Capítulo 5: Equipo 2IV13

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En otro lugar de G-Tech, Alex Corsse esperaba con mucha paciencia mientras usaba como medio de entretenimiento un péndulo que lucia en el escritorio de la oficina donde se encontraba. No estaba sentado, solo estaba de pie, recargando sus brazos sobre el escritorio y dando impulso al péndulo para agotar la impaciencia. De pronto el comandante Rick Dalton entró por la puerta. Alex lo analizó y supo que estaba molesto, pues él lo conocía bien, sabía que cuando el comandante se molestaba tenía la mirada perdida y divagaba mucho en su mente.

-¿Algo que hayas arreglado con ese soldado rebelde, Dalton?- Esa pregunta había sonado más como un "Te lo dije" de parte de Corsse.

-Silencio, Alex.- Dalton no quería admitirlo, pero Alex estaba en lo correcto al hablar de Gwen.- Es rebelde y engreída, hemos lidiado con muchos soldados así antes.

-Ninguno tenía un poder antiguo en sus nudillos- Alex seguía jugando con el péndulo y a la vez se introducía muy bien en la conversación. Dalton caminó hacia su dirección para sentarse en su asiento, ya que la oficina era de él.

-¿Entonces tú crees que se comporta así por poseer un poder superior?- Observó el péndulo que manejaba Alex.

-No. Se nota a simple vista que ella rechaza ese poder. Es más....- Levantó la mirada quedando frente a frente con Dalton- Lo aborrece.-

-¿Entonces de qué se trata, Corsse? - Alex dejó un segundo el péndulo y caminó al centro de la oficina con sus manos sujetándose una con la otra detrás de su espalda.

-Ella tiene algo... Una motivación que no encuentro. Los Atzimels llegaron a ella porque vieron una influencia emocional muy fuerte dentro de sí misma.- Estaba tan seguro de sus palabras como si fuera un hecho casi científico.- Aún desconozco la razón del porqué llegó aquí, pero sé que tiene mucho que ver con su causa emocional... ¡Y con su reacción contra ese soldado J! ¿Recuerdas cómo se comportó ese día? El día que obtuvo los Atzimels y envió a un soldado J al hospital, ella se sentía furiosa. Casi puedo asegurar que su odio y rencor viene dirigido hacia ellos.

-Muy observador, Corsse.- El comandante colocó su mano en su barbilla. Se levantó de su silla para comenzar a hablar más seriamente- Ahora, Alex, dime qué te trae a mi oficina. ¿Necesitas algo que haga por ti?

-Eso mismo- señaló Alex Corsse.

-Muy bien, te escucho.- se paró frente a la ventana de su oficina para escuchar a Alex.

Alex tomó aire y con voz firme exigió- Necesito que mueva al soldado Brehm a un equipo auxiliar.

-¿Disculpa?- el rostro de Dalton era inimaginablemente intrigado.

-Lo que escuchó. Quiero que el soldado suba de rango, y que ahora se convierta en un miembro  de un equipo auxiliar.

-¿Me estás jodiendo?- se dio media vuelta mirando la ventana con indignación.

-No necesito que comience a criticarme, sé lo que hago.

-Lo que me pides, ¡simplemente no se puede hacer!- le exclamó molesto sin apartar su vista de la ventana.

-Se puede, pero usted no quiere.- La firmeza de Corsse al exigir algo de un hombre de mando superior era impresionante, hasta para Dalton.

-¿Y porqué crees que no quiero hacer esto? Ella es una chica engreída, rebelde e irrespetuosa ¿Qué esperas de ella?

-Lo mismo que espero de mis soldados: Lo mejor.- Se sentó en una de las sillas al otro lado de la oficina dando a entender que no le importaba la opinión de Dalton.

-Olvídalo, Corsse, la respuesta es no.

-No viene aquí a pedir permiso, comandante, vine aquí para exigir, y no estoy exigiendo un "no"

El Puño De G-Tech (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora