Susurros

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Hace mucho tiempo, cuando los reyes eran seres egoístas y despreciables que robaban a sus pueblos, existía un ser el cual hacía pagar todos sus males a esas personas. Su nombre era fácil de recordar: Susurros. No es un nombre terrorífico pero para los reyes significaba algo peor que la misma muerte. No era un ser que se pudiese tocar ni ver a simple vista.

 Los reyes del pasado se caracterizaban por su egoísmo, como antes he dicho, y su ansia de poder. Cuando estos llegaban al limite, maltrataban a sus súbditos, violaban a mujeres sin importar la edad y robaban a su pueblo, todo para llegar más alto. Cuando esto ocurría, significaba que Susurros ya podía actuar. 

Todo el infierno empezaba, como bien indica su nombre, por susurros. Cuando los reyes hacían algo que para él ser era malo, este le advertía mediante susurros. Para el rey eran tan lejanos que más bien parecían zumbidos de un pequeño mosquito. Cada vez que el rey volvía a hacer de las suyas, Susurros se sentía ofendido y aumentaba el volumen de su voz, haciendo que cada vez sea más perceptible para el rey. Llegaba un momento en el que esos susurros eran tan perceptibles que el rey miraba alrededor para saber la procedencia de estos. Ahí empezaba la locura. 

A poco el rey se volvía loco. Oía voces sin dueño, chillaba que saliese, intentaba negociar con esa voz, la amenazaba, le suplicaba... Pero Susurros no se iba. Si alguna vez esta persona había oído hablar de este ser, sabía que tenía que parar con sus malas acciones pero si era un rey iluso la locura aún continuaría. 

Si la primera etapa eran susurros, la segunda son apariciones. Uno de los dones del ser era poder crear ilusiones. Cuando el rey, sin importar las advertencias continuaba sus fechorías, Susurros hacía aparecer a las personas las cuales sufrieron por su culpa. Al principio de esta etapa eran ilusiones de corta durada. El rey las veía de reojo y eran fugaces. Pero a medida que pasaba el tiempo, estas se hacían más visibles y más duraderas. Todas ellas le advertían. Al final de esta etapa, el rey se volvía completamente loco, no diferenciaba la realidad de la ilusión, mataba a cualquiera que se pusiera en su camino y casi siempre estaba escondido en un rincón pidiendo piedad o perdón. Pero ya era demasiado tarde. 

La última etapa: la aparición de Susurros. Las apariciones anteriores desaparecían de golpe, no había susurros, todo era silencio y tranquilidad. El cuerpo de este ser pasaba desapercibido entre la multitud: era parecido a un hombre, alto, con una capa que cubría parte de su rostro, gordo y pálido. Y te preguntaras: ¿cómo se sabía que era él? Por su sonrisa. Una sonrisa tan maléfica que incluso la muerte y los dioses se horrorizarían ante ella. Poco después de que el rey lo viera, este se encontraba muerto, desnudo y todo lo robado había sido devuelto a sus dueños. 

No estés tan tranquilo, no pienses que es un héroe. La humanidad se ha vuelto egoísta y despiadada. Han habido casos en los que este ser ha matado a personas parecidas a ti. No va a por personas de poder, si no a por los que, a sus ojos, son malvadas. Generalmente son personas como los antiguos reyes: egoístas que solo piensan en si mismo. ¿Lo eres?

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