Seokjin odiaba su sonrisa.
Odiaba los hoyitos que se formaban al costado de su boca.
Odiaba su cabello largo y sus grandes ojos rasgados.
Odiaba su facilidad para regalar sonrisas y su facilidad para fruncir el ceño.
Odiaba la delicadeza de sus mov...
Un golpe seco resonó en toda el área seguido de un quejido apenas audible.
Seokjin frunció el ceño pero se adentró en el silencioso y oscuro gimnasio que bien podría haber estado solitario de no haber sido por una tela que colgaba del amplio techo y por una pequeña figura enroscada mil veces en ésta.
La luz del atardecer alumbraba aquella extraña escena y cuando la joven que se encontraba en el aire se desenroscó de manera magistral, Seokjin se quedó sin aire por un momento, más cuando aquella chica dibujó con su cuerpo otra figura completamente digna de ser apreciada por los dioses, lo supo.
Tenía que odiarla.
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hola ( ͡° ͜ʖ ͡°)
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