quatre

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Jiwoo rodeó su muñeca con la larga tela elástica, al finalizar, añadió un nudo.
Se levantó y dirigió hacia el cuadrilátero, pasó entre las cuerdas y se detuvo en el centro. Enderezó su postura y levantó sus brazos en defensa. Uno adelante del otro y ambas piernas separadas.
Observó a su contrincante y entonces... atacó.

× ♡ ×

Seokjin elevó una ceja, ¿en serio acababa de intentar golpearlo? Sonrió de lado y esquivó un tercer golpe. Se preguntó cómo había terminado en el cuadrilátero con una pequeña y para nada temible joven.

— ¿Tenemos un problema aquí? —preguntó la castaña.
Seokjin continuó mirando hacia adelante mientras vendaba sus muñecas y manos, ignorándola.
Jiwoo tensó su mandíbula y se plantó frente a él.
El mayor continuó impasible y con su vista al frente comenzó a caminar, empujando a la más baja con su hombro.
La pelinegra lo tomó del brazo abruptamente y Seokjin la miró por primera vez en el día.
—Me vas a decir cuál es el puto problema que tienes conmigo y va a ser ahora —el tono autoritario y determinante que usó sorprendió al más alto.
—No tengo que hacer nada, bonita —susurró cerca de su rostro y se soltó del agarre.
—No me lo creo, el gran Kim Seokjin me ha dicho bonita, el día no podría ir mejor —soltó irónicamente.
Seokjin la enfrentó abruptamente.
— ¿Qué quieres? —ignorando el apodo que anteriormente había utilizado.
Jiwoo sonrió ampliamente y con su cabeza señaló el cuadrilátero.
Él retrocedió negando.
—No le pego a mujeres.
—Éso no va a ser necesario —y cínicamente, mostró sus hoyitos.

La congregación de personas vitoreaba sus nombres mientras Seokjin seguía esquivando los golpes de la castaña.
Admitía que aquella chica era fuerte y veloz, quizás hasta admiraba su técnica pero no era suficiente. No cuando era el campeón escolar de boxeo.
Aquello ya empezaba a divertirlo, la morena se iba enojando más y más con el transcurso de los minutos por no poder pegarle y a Seokjin eso le encantaba.
— ¿Tienes algún problema, bonita? —le sonrió y remarcó suavemente la última palabra.
Jiwoo gritó enfurecida y saltó sobre él dándole arañazos, golpes y tirones de cabello.
— ¡Estás loca, suéltame! —gritó el mayor mientras intentaba deshacerse de ella.
— ¡Te odio, eres detestable!
Seokjin la tomó del interior de la rodilla y la derribó.
El golpe de su cuerpo contra el duro piso resonó por todo el gimnasio, enmudeciendo a todos los presentes.
Jiwoo intentó escapar pero fue en vano.
Un grito resonó por todo el área, el coach los había descubierto.
 
                             × ♡ ×

Seokjin se ganó dos semanas de castigo y un buen moretón en su mejilla izquierda, más mientras caminaba y recordaba la loca tarde que había tenido, un sonrisa se dibujó en su rostro y ni siquiera fue consciente de ello.

× ♡ ×
Amor eterno a las dos o tres
personas que me siguen leyendo.
Se merecen mi más sincero
agradecimiento♡

Jasminum ↝ Kim SeokjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora