Destino.

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CONTINUACIÓN DEL ANTERIOR.


     Las primeras semanas fueron un tanto relajadas en comparación a todo lo que me han dicho algunas mujeres en el consultorio de la obstetra, no tuve muchas nauseas, ni mareos, ni ciertas aberraciones hacia una comida en particular, la verdad no sé por qué, pero igual me encantaba, estar embarazada siempre me lo imaginé así, aunque si debo confesar que me costó varios días al principio reponerme porque me sentía cansada y enferma, pero gracias a la ayuda de Julián, que me cuidaba mucho, me fui acostumbrando más rápido, sin estar en este estado estaba pendiente de mi, bueno ahora es mucho más protector, pero no me quejo, me parece lo más tierno del mundo. 

     Es más hasta podría presumir que tenemos mucho buen, excelente, sexo, mis hormonas estaban a mil y por supuesto mi amado compañero se  aprovechaba de eso, que yo estuviera así lo hacía más creativo. 


... A LOS CINCO MESES 

     Una noche, después de haber cenado con mi chico en un lindo restaurante en el centro de la ciudad, decidimos ir a caminar un rato al parque que estaba cerca del mismo. Eran casi las 11 de la noche cuando empezó a caer un sereno, que por más cubierta que estaba me hizo mal, porque a los siguientes días me empecé a sentir muy enferma, empecé a sentir los síntomas que todas aquellas mujeres me dijeron alguna vez cuando me vieron por primera vez en el consultorio de la doctora Mónica, mi querida obstetra. Era, es, la mejor, me daba recomendaciones de todo, era muy sutil cuando me revisaba, siempre tenía la mejor disposición, una sonrisa en su rostro. 

          Estaba acostada en la cama cuando escucho a Julián llegar y sube directamente al cuarto a enseñarme todo lo que había comprado para el bebé, decidimos no saber el sexo del bebé porque queríamos que sea sorpresa cuando estuviera entre mis brazos, lo que había comprado era todo rosa y blanco.

-Gordo, ¿por qué es todo es de dos colores?

-Porque estoy seguro de que es niña -respondió de una vez- Ya te lo he dicho -dijo besando mis labios. ¿Cómo sigues?

-Dentro de todo, bien, la sopa de pollo que me preparaste estaba muy rica -le contesté tomándolo de la cara para volverlo a besar -Aunque todavía me siento un poco cansada. 

-Mmm, que bueno. Dale tiempo a la comida para que te haga efecto.

-Ahora, cuéntame algo. Cuándo el bebé nazca y sea niño ¿qué diablos vas a hacer con toda esta ropa de beba?

-Tú, tranquila que eso no va a pasar, es niña, estoy cien por ciento seguro -dijo muy cerca de mi pequeña panza, mientras la sobaba- No todo es para la beba, te traje algo para ti también.

-¿Qué? -pregunté entusiasmada. 

-Tus chocolates favoritos.

-Ay, por eso es que eres el mejor novio del mundo -tomé los chocolates y le devoré la boca en forma de agradecimiento.

-Lo tomaré como un gracias -dijo separándose de mí.


Yo también presiento que vamos a tener una niña, sólo que me gustaba escucharlo hablar de su mejor creación, como el mismo lo dice, me hacía enamorarme cada vez más de él. 


...2 DÍAS DESPUÉS...

     Julián se comportaba de lo mejor, sin duda iba a ser un gran papá, se ocupó mucho de mí, en parte porque me llegó a decir que se sentía culpable de mi resfriado porque fue él quién tuvo la iniciativa de salir a comer esa noche y, por otra porque se notaba lo entusiasmado que estaba por tener al bebé entre sus brazos, estaba muy ansioso.

Única - Orian HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora