Crush.

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Mi vida a decir verdad es la vida de una adolescente normal, soy... por decir algo, invisible en el instituto, solo cuento con la compañía de mi mejor amiga de la infancia, Sarah, que no me quejo; mis notas no son muy buenas, pero tampoco malas, se podría decir que estoy en un punto intermedio... No tengo novio, aunque me gustaría. Llevo pillada por un chico de mi instituto dos años y él ni sabe de mi existencia, se llama James y es lo que podría decirse mi crush.

Sarah lleva diciéndome que le hable  como mínimo un millón de veces desde que le comenté que me gustaba pero no lo he hecho, soy demasiado tímida y a decir verdad tengo miedo de que me rechace y luego yo sea el admereir del instituto.

Hasta que un día como otro cualquiera cuando vuelvo de pasar la tarde en la casa de Sarah me lo encuentro sentado en el sofá de mi salón. Al principio pensaba que estaba teniendo una alucinación, o peor, que me estaba volviendo loca. sin llamar la atención subí a mi habitacion y llamé a Sarah.

-Ya te has olvidado de algo?

-Emm, no. Creo que me estoy volviendo loca.- digo caminando de un lado a otro de mi habitación.

-Eso ya no es novedad- dice riendo- cuenta, que ha pasado ahora.

-Acabo de ver a James sentado en el sofá de mi salón.

-Que!? Como está él en tu casa? Que hace ahí?

-Eso mismo quisiera saber yo.

-Pues baja e investiga.

-Está bien...

-Espera, espera- dice justo antes de que cuelgue.

-Que pasa?

-Estaba sentado en el sofá beige o en el negro?

-Qué más da eso ahora?

-Responde.

-En el negro.- digo mientras pongo los ojos en blanco.

-Que? Ese sofá es de mi propiedad, saca su culo ahora mismo de mi amado sofá.

-En realidad ese sofá es mío, está en mi casa.

-Pero la forma del culo que tiene encima es mía, eso ya lo convierte en mío. Sácalo de ahí.

-Está bien, está bien.- digo riendo para después colgar.

Cuando regreso el sigue sentado en el mismo sitio, y ahora caigo en la presencia de dos personas más a parte de él y mis padres. Doi unos pasos dentro del salón llamando así la atención de los presentes a lo que ellos se levantan aún mirándome.

-Hija, al fin llegas. Ven, quiero presentarte a los nuevos vecinos.

Espera, que? Nuevos vecinos?

-Mónica, Álvaro. Os presento a nuestra hija, Lexy.- dice mi madre cuando llego a su lado.

-Es un placer conocerte- dice Mónica mientras me da dos besos. -Este es nuestro hijo, James. Según nos han contado tus padres vais al mismo instituto.

Después de media hora más de charla entre lo smayores nos sentamos todos en la mesa del comedor a cenar y por órdenes de su madre James se sienta justo en frente mía ya que según ella no hemos hablado nada entre nosotros. Cosa que es verdad.

La cena transcurre con normalidad y durante el postre miro por primera vez en toda la noche a James. Cuando mis ojos llegan a su cara caigo en la cuenta de que me está mirando por lo que bajo la mirada avergonzada.

No hablamos en toda l anoche, de hecho no volví a mirarlo por miedo de que volviera a pillarme infraganti, solo cuando se fueron pude volver a respirar tranquila.

Las cosas fueron tranquilas el resto de la semana hasta que el Sábado cuando estaba en mi perfecta sesión de películas suena el timbre. Malhumorada me levanto del sofá y abro la puerta llevándome la sorpresa de mi vida ya que James está del otro lado y en cuando me ve se lanza y me besa.

Y así fué queridos niños como vuestro abuelo y yo empezamos una relación que aún después de 40 años sigue igual de fuerte que el primer día.

Dos Locas OrgullosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora