WILLIAM

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NARRADO POR WILLIAM:

FLASHFOWARD: (VISTA AL FUTURO)

A lo lejos, en el horizonte, el cielo comenzaba a iluminarse. Colores rojizos, anaranjados y lógicamente azules parecían aparecer, por arte de magia, para que nosotros, al salir de su calle lo viéramos y nos acompañase en los primeros pasos del camino, eterno y sencillo.

A veces podamos percibir la silueta de la luna, a veces la luna entera, blanca sobre aquella casa. Raíz de esta bella historia. Estimulo de tantas charlas. Fue motivo de horas de conversación. Debo darle las gracias.

No sabría de que hubiésemos hablado sino.

Soy parco en palabras inmenso en sentimientos.

Cada vez que nos veíamos, mi corazón me incitaba al abrazo.

-Dale un beso, inútil, ¿no ves que lo desea?-. Una caricia, un te quiero, algo. Sonreíamos. Mi lado racional me frenaba:

- estate tranquilo, no la cagues, conserva las distancias pero que note que tienes ganas de estar con ella-.

Así que me limitaba a estar a su lado, a dejar que hablara, que me contara cosas de ella, de como había pasado la noche,de sus preocupaciones de sus ilusiones. En fin.

Y así fueron pasando los días, las horas, los minutos y los segundos. Cada mañana, sin necesidad de despertador, mis ojos abrían la mañana aun oscura y fría. Me dirigía, con energía, a buscarme algo de ropa que ponerme, me daba una ducha y salia. Decidido, entorno a las 7 50 de la mañana salía de mi casa.

Cada una de esas mañanas, caminaba por la calle con ganas de verla de nuevo. Era algo especial, algo que nacía en lo mas profundo de mi alma. A veces me sentía extraño, caminar a esas horas por la calle pero era por un bonito motivo y lo hacia sin apenas esfuerzo.

Siempre era puntual. Llegaba unos minutos antes para relajarme y que no me viera tan nervioso. Me sentaba en un banco que había justo al lado y esperaba. Miraba el móvil haber si me decía algo, miraba hacia arriba, ella vive en un ático, y respiraba un poco, intranquilo.

Solíamos caminar siempre por el mismo sitio. Subíamos una seria de cuestas pasando por distintas casas, unas mas interesantes que otras. Al principio solíamos estar un poco cortados pero poco a poco nos íbamos soltando. Normalmente, a mitad de camino, empezábamos a mirarnos en busca de ese abrazo sentido.

Continuábamos caminando a un paso tranquilo, observando los detalles de esas casas tan acogedoras y, de repente, como quien no quiere la cosa, se producía un choque de miradas, un pausa en el tiempo, una mirada a sus labios, un beso.

Cada beso que le daba era insuficiente para mi pues si por mi fuera estaría todo el día enganchado a ella, regalando le sonrisas y caras de seductor de película, aunque en el fondo, cuando me imagino pienso que le tendría que producir mas risa que otra cosa ya que no diré que soy feo pero no soy el hombre guapito clásico. Soy normal, pero en esas situaciones, pegados a la pared y nadie mas a nuestro alrededor, me salia el lado que mas me gusta de mi, ese lado romántico y seductor que todos llevamos dentro.

Esos días fueron pasando, ya nada quedaba del primer día que nos encontramos. Esa katy mas fría y distante se había convertido en alguien mas cariñosa y mas atrevida. Eso me hacia sentir mas tranquilo ya que de haber seguido así hubiese dudado de su gusto por mi.

Cada día que pasaba era mejor que el anterior, mas abrazos, mas besos, mas amor. Mas seguridad.

-Un día de estos te vienes a mi casa- le dije seguro. En el fondo no soy alguien de grandes sorpresas pero quería un poco de intimidad con ella y dejar nuestro banco para conversaciones unicamente. No sabia que íbamos hacer. yo no necesito hacer nada. no me aburro si estoy con ella pero a la pregunta: y que haremos? no encontraba respuesta. Así que buscaba rápido una solución que normalmente no llegaba. Ese día le dije de ver una película. Una película si, a mi que no puedo ver una por mas de 5 minutos iba a estar con ella a mi lado viendo una? No era posible.

LA SOMBRA DEL NIÑO ©LSDN#1 #wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora