KATY

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NARRADO POR KATY:

Estoy tan jodida mente deprimida, me parece que todos me malinterpretan, soy débil, pero ya estoy harta de ser dulce, estoy cansada de ser tan buena, cansada de regalarle sonrisas a todo el mundo, después de todo... ¿ Quien piensa en mi? Además de que nadie valora eso.

Ahora en este mundo tan lleno de mierda, todos te buscan cuando te necesitan, amigos incluidos, al fin y al cabo, todos acaban traicionándote, pasan de decirte que te quieren para luego decirte, que la ultima persona con la que quieren hablar serías tu, como si hubiéramos hecho algo, simplemente así es la vida, y así son las personas.

Ahora mismo, todos quieren algo de ti, y como una verdadera idiota, haciendo todo por los demás sin recibir nada a cambio, cuando pides algo, nadie intenta hacer ese algo por ti, solamente te ignoran y ya.

Ahora solo quieren que les escuches, que les des toda tu atención y que les entiendas, les aconsejes, pero cuando tu necesitas consejo, necesitas que te escuchen, claro, todo el mundo desaparece, nadie te apoya, nadie te hace caso, como si fuese invisible, algo del cual yo ya era consciente.

La soledad, lo único fiel, ahora mismo. Estoy cansada de que todos los que prometieron estar a mi lado, los que decían ser mis amigos, ya me han cambiado por otros.

Estoy harta de ser yo la que siempre está buscando, la que escuche, la que ame, la que de, y la que facilita varias cosas a los demás sin pensar en ella misma.

Creo que ya es tiempo de volver a ser fría, no prestarle atención a nada y a nadie, de pensar en mi, me da igual tener que llorar, seguramente eso haga, aunque tenga que dejar de ser quien soy, PUES LO HARÉ, porque ya no puedo soportar la falsedad de las personas mas cercanas, a veces noto más a desconocidos, que a gente de mi alrededor.

Este año será diferente, la gente dejará de pasarme por encima, empezarán a respetarme, porque me haré valer por mi misma, la gente dejará de tratarme como mierda cuando yo soy quien mas los necesita, pero tal como dije en algún momento, UNO YA SE ACOSTUMBRA.

Prometí cambiar, y eso haré, cambiaré para mejor, sin dejar de ser yo misma.

...

Llevamos ya tres semanas de curso y ya me estoy agobiando de tantos exámenes, estamos ya en octubre, siempre me ha gustado este mes, ese en el que no hace ni frio, ni calor.

Yo por ejemplo soy mas de invierno, odio el calor, pero tampoco es que ame el frio, mas que nada, por eso, porque hace mucho frio.

Hoy mismo tengo examen de Economías de la empresa, por el cual no he estudiado, por eso estoy ahora mismo despierta, que son las... 05:00 de la mañana intentando estudiar, se me hace difícil, me muero de sueño y encima, aun habiendo bebido cinco vasos de café.

No lograba concentrarme lo suficiente, sin contar que no me quitaba a William de la cabeza, es algo extraño, ya que no hemos hablado nada desde el primer día de clase, aunque eso no significa que no me lo haya quedado observando, a decir verdad, creo que me ha pillado varias veces, lo único que puedo hacer cuando pasa es sonreír hostilmente y voltear la cabeza avergonzada.

Mirarle a los ojos, a mi me parece algo, por así decirlo, peligroso, ya sin tenerle cerca, la corriente eléctrica está allí.

Son sensaciones extrañas, que jamás antes había sentido, como si se apoderara algún ser extraño de mi.

Me siento rara y enfadada al mismo tiempo me gusta, si, las típicas mariposas, bueno, no, mas bien esa sensación de cuando estás en lo alto de una montaña rusa y sabes que en nada caerás.

Ya son las 07:45 de la mañana en un cuarto de hora debería entrar a clase, por lo tanto debería salir ya de casa, acabo de desayunar, unas galletas con leche fría, odio la leche caliente, y cojo la mochila, por cierto creo que ya debería cambiarla, está bastante vieja, algún día se me romperá.

Salgo de casa, me pongo los cascos y empiezo a escuchar música, mas animada, así para andar mas rápido.

Repaso mentalmente si llevo todo mientras voy de camino, ¿llaves? si, ¿libros? si, ¿estuche? si, vale creo que todo, aunque algún día me dejaré la cabeza, creo que no hay nadie mas desordenado que yo, y puedo comprobarlo.

Llego al instituto antes de tiempo, me apoyo a un coche de los que hay delante del instituto y espero a que abran la puerta y todos entren, odio la multitud, me agobian.

Cunado veo que ya queda poca gente entro sin esfuerzo alguno y veo a muchos niños de primer año felices, corriendo y riendo, yo recuerdo que también era así, me hacía ilusión llegar pronto a clase, que tiempos aquellos.

Al llegar a clase lo primero que hago es mirar si ha venido William, y al observarlo me percato de que me estaba mirando, un momento extraño, pero me rio, y sonrío, puedo ver como sus comisuras también quieren elevarse, pero el intenta contener la sonrisa, pero aun así la consigo entrever.

Hoy faltaba el profesor de matemáticas y al ver que los asientos de alrededor de William están vacíos, y le digo a Alexia de sentarnos mas adelante con la escusa de que hay mas sitios, cuando me siento delante de el, veo que mi buen amigo de la infancia Paolo, se sienta al lado de William y aprovecho el momento para girarme y le digo a Alexia que se gire así podemos establecer conversación mas fácilmente, solo que yo estaba muy al tanto haciendo preguntas abiertas para que William se atreviese a hablar.

Paolo le pregunta algo que no llego a escuchar, supongo que sobre fútbol, ya que la conversación siguiente a la pregunta era sobre el tema, le veo reír y creo que a yo parezco una estúpida mirándole, ya que cada vez que se ríe, yo sonrío sin darme cuenta.

Alexia me está mirando de reojo con una ceja elevada y eso me hace reír mas fuerte que hace que llame la atención de William y Paolo que nos miran extrañados.

Cuando recuerdo que ayer fui a un centro comercial que hay en Barcelona y recuerdo que me entró hambre y quise comprar algo de comer, pero al entrar al supermercado no encontré la comida, que dilema ya que empecé a dar vueltas y vueltas pasando por un mismo sitio varias veces, electrodomésticos, ropa, champú, mas cosas, pero no comida.

-Alexia! ¿no sabrás si en el supermercado carrefour del Gran Via, hay comida?- empieza reírse, mas que reírse se estaba descojonando de la risa, y eso me enfurecía ya que lo que dije no tenía gracia.

-¡Te digo que en el carrefour no hay comida!- Exclamé bastante fuerte creo, ya que varias personas se giraron con cara de " ¿que coño?"

William me miró y dijo que si que había y eso nos llevó a nuestra primera conversación larga, mas que conversación empezamos a discutir, hubo un momento que ya no sabia de que hablábamos, solo le miraba y me reía, y el también se reía, al final acabamos estando serios mientras me miraba fijamente, como si pudiese ver a través de mis ojos, parecía que podía ver mas allá, decidí ponerle fin a aquella guerra de miradas intensas girando hacia Alexia que todavía seguía aguantándose el estomago de tanto reírse.

Hablar con el me transmite mucha tranquilidad, y me siento como mas libre, es extraño, pero siento que con el puedo ser yo misma, reírme sin sentirme juzgada.

Sinceramente es bonito conocer a alguien así, alguien que te ponga nerviosa, que te haga sentir extraña, que te haga hacer tonterías, que haga que te quedes sin palabras, y que no puedas dejar de mirar.

Después de hoy, he sentido como algo entre los dos empezaba a nacer, algo fuerte, e incesable, algo extremadamente bonito, que en el fondo me hace temer.

LA SOMBRA DEL NIÑO ©LSDN#1 #wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora