PRÓLOGO (WILLIAM)

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NARRADO POR WILLIAM

Odio el verano, nunca me ha gustado. Han sido demasiados años en los que el inicio del buen tiempo y las vacaciones comportaban un aumento de la violencia verbal en casa provocando unos estados de tensión y ansiedad lo suficientemente elevados como para que me de un brote psicótico.

Afortunadamente hoy es día de suerte, empiezan las clases de nuevo y esta maldita época de helados y piscina llega a su fin. Anuncios de lapices de colores, mochilas, libros, uniformes y niños felices inundan la televisión. -Como gusta el dinero!!- me decía.

Este año es decisivo para mi, solo me resta este curso para poder superar el agobiante y desmoralizador bachillerato.

Espero que todo vaya bien, me he propuesto dar mi mejor versión aunque esto ya me lo he dicho en distintas ocasiones y no he tenido la mejor de las fortunas ciertamente. Se que tengo la suficiente capacidad para llevarlo a cabo pero no se espero que la presión de jugármelo todo a una carta no pase factura.

Este sera el segundo curso que empiece en este materialista y conservador instituto, viviendo en mi nueva casa y en una nueva demarcación. Me siento mejor en comparación a otros años, esto es mas tranquilo mas relajado mas cómodo en definitiva.

Después de los nervios habituales en los primeros días de septiembre debido al inicio del curso y a la presencia de nuevos compañeros procedentes del curso anterior ha llegado la hora y el día marcado en rojo en el calendario.

Con una leve ansiedad me dirijo hacia la puerta del instituto, distante, analizando el entorno me mantengo separado del resto apoyado en una farola sin saber muy bien a donde dirigirme ni que hacer. Realmente me siento como un extraño aunque bueno esto ya es normal en mi. Comienzo a mirar el reloj desesperadamente alguien se acerca pidiéndome explicaciones sobre un problema que había sufrido su teléfono, yo que si en algo soy malo es la tecnología me limite a soltarle: -No se Yo no entiendo- y me dirigí hacia las escaleras para luego volver al mismo lugar donde estaba.

Era la primera vez que asistía a la presentación del curso en este instituto y no sabia como funcionaba todo así que esto combinado con mi baja capacidad para las relaciones sociales me situaban en una posición desconcertante.

De pronto empiezo a observar como una mujer sujetando una especie de micro comienza a llamar a los alumnos es entonces cuando definitivamente me dirijo a las escaleras para sentarme e ir bajando poco a poco para finalmente reunirme aunque en la distancia con mis nuevos compañeros.

Entramos en el interior del centro cruzamos el patio, enorme por cierto, y nos adentramos en los llamados barracones, los cuales eran pequeños blancos e incómodos bajo mi punto de vista. Aunque bueno eso si, teníamos aire acondicionado.

En estos barracones como digo faltaba espacio. Prácticamente todos los alumnos, eramos 35, se habían posicionado en sus puestos preferidos, yo que iba un poco separado me mantenía al margen y no me atreví a colarme entre todos para coger sitio aunque bueno como se dice, todo pasa por algo en esta vida.

La falta de espacio y mi timidez provocaron que unos pocos nos tuviésemos que esperar de pie mientras una profesora iba a por unas sillas para que pudiésemos sentarnos y escuchar la chapa típica del inicio del curso y las advertencias de que hay que estudiar. Palabrerías, ni que el estudio nos vaya a dar la felicidad. Uno lo que tiene que hacer es conocerse a si mismo y ser una persona estable mentalmente sino de que sirve ser un genio en la filosofía por ejemplo. -Así nos va- me decía indignado.

Bendita la falta de espacio! A mi , cosas del destino, me toco sentarme al lado de una chica, tímida en mi primera impresión pero me llamaba la atención.

Mi primer contacto con ella fue cuando le tuve que pedir sino recuerdo mal,un boli ya que yo no había traído nada de casa. sonreímos. Algo en ese momento se inicio, ella estaba con sus amigas distraída pero yo me quede pensando y pensando y no sabia porque, pero sentía que no podía dejarlo en una anécdota así que la volví a mirar en busca de una mirada cómplice que despierte algo mas en los dos. Desde ese momento vi que no era una chica especialmente cariñosa o al menos esa fue mi primera impresión y eso me echaba para atrás.

Mientras todo esto sucedía las dos tutoras mantenían el ruido de fondo mientras yo seguía pensando. Siempre he sido muy intuitivo creo percibir lo que sienten los demás aunque me cuesta horrores sacarlo de mi complejo mundo interior. Esta chica, katy, tenia algo especial que me producía una sensación extraña. Tengo la convicción acertada o equivocada de que la gran mayoría de personas creen que tienen unas capacidades o personalidad determinadas porque simplemente son así y no estoy dispuesto a aceptarlo.

A veces hay que volver al pasado y sanar las heridas volver a encontrarse con uno mismo cuando se era un niño. Katy parecía leerse en los ojos "no estoy bien" mientras su rostro dibujaba una bonita sonrisa tras la cual se ocultaban importantes problemas que le hacían tener la cabeza en otro mundo.

Ella no era como era porque su personalidad era así. Era como era por lo que había pasado en los años anteriores. Claro que de vez en cuanto sacaba el lado mas Katy mas personal pero no se entregaba a la vida a las personas tenia miedo en el fondo.

LA SOMBRA DEL NIÑO ©LSDN#1 #wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora