Capítulo 1

22 2 0
                                    


Sam caminaba por los pasillos de cuartel a paso alegre, estaba listo para hablar con Snake sobre su última misión; fue algo dura, pero logro obtener la información necesaria. Realmente no podía creer que los Agentes de SHIELD sean tan cobardes para soltar todo, aunque pensándolo bien, podrían ser simples mentiras. De todas formas decidió arriesgarse a creer aquellas palabras y después asesinar a cada uno de los agentes.

Ya a unos metros de llegar a la sala de reuniones, pudo ver una nueva figura caminar por los pasillos cercanos. Sam conocía a cada alma que habitaba en el cuartel, y le inquietaba no poder identificar a ese hombre de cabellos castaños.

-Sam- El joven fue interrumpido por el sonido de su nombre. Giro para encontrarse con el portador de aquella voz. El General Snake se encontraba en la puerta de la sala, esperando a que Sam entrara para comenzar la reunión.

-General- Sam contesto serio. –Espero no haberme retrasado tanto- Dijo con la sonrisa gatuna que tanto lo caracterizaba.

-Entra de una vez, Sam, no tenemos tiempo para charlas vulgares- Al terminar, el General entro a la sala seguido por el joven soldado, el cual tomo asiento una vez dentro. –Caballeros- Saludo Snake con un ligero movimiento de cabeza. – Estamos reunidos para discutir la nueva información traída por nuestro Agente Fire Cat – Se sentó. – Puedes empezar – Dijo, dirigiéndose a Sam.

-Seré breve. SHIELD logro devolverle los recuerdos a Winter Soldier, el cual en estos momentos, está en manos de los Avengers. – Hizo una pausa para respirar. – El problema aquí son los secretos e información que el soldado tiene de Hydra. Decir que la información que posee nos hace vulnerables es lo más obvio, pero si llegan a rehabilitar al soldado y este se une a los Avengers, estaremos acabados. – Saco de su uniforme un pendrive y lo puso sobre la mesa. – Aquí está la información que el soldado ha revelado por ahora. También contiene parte de las modificaciones que Tony Stark; Aka: Iron man, ha realizado en el brazo metálico del soldado.

El silencio en la sala indicaba la seriedad del problema. Nadie se movió de su asiento hasta que Snake se levantó y golpeo con fuerza la mesa, haciendo que varias de las personas en aquella sala dieran un pequeño salto del susto. Cuando todos los presentes le prestaron atención, el General dio un respiro y se dirigió a Sam.

-Fire Cat, puedes retirarte. – Sam de mala gana se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta de la sala. Volteo a ver al General. – Te llamare luego para discutir otro asunto. – El joven asintió, y finalmente salió y cerró la puerta. Una vez fuera respiro profundamente y comenzó a caminar hacia su cuarto.


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


La habitación de Sam era una de las más grandes que poseía la base en la que se encontraba. En ella tenía una cama de dos plazas; un escritorio donde reposaba su laptop y algunos informes de misiones pasadas; tenía un baño con ducha; en una de las paredes tenia algunos estantes con más informes y algunos que otros cómics de Batman; y gracias a la amabilidad del General Snake, también tenía un pequeño frigobar lleno de latas de gaseosas y algunos que otros snacks.

Una vez dentro de su habitación, fue directo hacia su amplia cama y se dejó caer boca abajo sobre ella. Estaba realmente cansado, pero sabía que todavía no podía tomarse ese merecido descanso que tanto necesitaba, y menos cuando Snake le dijo que todavía tenían que discutir otro asunto. Realmente esperaba que no sea otra estúpida misión para recolectar información. Sabía que él era superior a todos los agentes que se encontraban en la base, pero tampoco eran tan inútiles para arruinar una misión tan simple como recolectar información. Justo cuando se estaba por quedar dormido, la puerta de su cuarto fue tocada. Sam se levantó dando un leve suspiro, camino hacia la puerta y la abrió, dejando ver a un soldado de cabellos rubios y ojos verdes.

-¿Qué es lo que quieres, Matt? – El hombre mencionado le saludo con una sonrisa traviesa. Lentamente dio unos pasos al frente para quedar más cerca de Sam, y tomo su cintura para pegar ambos cuerpos.

-Ya sabes lo que quiero, Gatito. Tú, yo, y esa cama. – Matt llevo su boca al cuello de Sam y comenzó a depositar pequeños besos.

-Realmente no tengo tiempo para esto. – Puso las manos sobre los hombros del otro y lo aparto para mirarlo a los ojos. – Debo atender a una reunión con el General Snake, y no quiero que me interrumpan en medio del sexo, asique puedes venir mis tarde. – Sonrió de manera provocadora, causando que aquel rubio lo mirara con deseo.

- Oh, Gatito. Me tienes loco por ti. – Volvió a juntar ambos cuerpos y retomo con los besos en el cuello de Sam. – Quizás podrías chupármela. Lo digo enserio, Gatito, estoy en mi limite y no me puedo contener ni un minuto más – Matt llevo una de sus manos a la espalda baja del joven para juntarlos aún más y así poder frotar su creciente erección sobre él. Sam rio bajo y envolvió el cuello del mayor con sus brazos.

- De acuerdo, Matt. Pero será rápido, de verdad que no tengo mucho tiempo para darte. – Eso fue lo que se necesitó para que el rubio empujara a Sam dentro de la habitación, y una vez dentro cerró la puerta y se acomodó en la cama. Sam se arrodilló en el piso entre sus piernas, y con una pequeña sonrisa, comenzó a desabrochar sus pantalones. Matt no despegaba su vista del joven, se veía tan sexy entre sus piernas, tomando lentamente su erección y dándole pequeñas lamidas. Comenzó a gemir.

- Gatito, tu boca es el paraíso y...- Quiso continuar pero un pequeño espasmo lo interrumpió, haciendo que cerrara sus ojos en placer. Volvió a gemir cuando Sam se llevó todo su miembro dentro de su boca, y lentamente iniciaba un vaivén. – Así, Así. Ah, ah, ah. Eres hermoso, Gatito. – El joven, alagado con los comentarios de Matt, decidió separarse del miembro por unos segundos, y luego volver para succionar la punta de aquel falo. Esto causo que el rubio tomara a Sam de sus cabellos eh iniciara a penetrar su boca. –Dios. Quiero hacerte mío, Sam. – Decía mientras seguía penetrando la boca del joven. – Arrojarte a la cama y metértela tan profundo que me sentirás por semanas. Terminaría dentro de ti y me regocijaría viendo como mi semen se desliza entre tus testículos.- Matt comenzó a dar envestidas mas desesperadas y rudas, estaba a punto de terminar. – Oh, oh. Ah, ah, ah, ah. Sigue así, Gatito. Me estoy... ah, ah, me estoy por venir.- Aquella advertencia hizo que Sam comenzara a succionar todavía más fuerte y dirigió su mano a los testículos del rubio para masajearlos. Con la nueva estimulación, no se necesitó mucho tiempo para que Matt acabara dentro de la boca del joven.

Sam siguió succionando el miembro mientras este se corría, y cuando no hubo más semen que succionar, saco el falo de su boca acompañado con sonidos obscenos. Busco con la mirada al rubio y cuando ambos se encontraron trago el semen que todavía contenía dentro de su cavidad bucal.

Mientras la respiración del rubio se iba normalizando, Sam se levantó del suelo y se dirigió al baño para cepillarse los dientes. Al volver trajo consigo una toalla y se la ofreció a Matt para que pueda limpiar su húmedo miembro, luego camino hasta el frigo bar y de allí saco dos latas de Sprite y chocolates. Volvió a la cama y se sentó junto a Matt, ofreciéndole la bebida y una barra de chocolate.

-Espero que haya sido de tu agrado.- Sonrió y tomo un poco de Sprite. Se llevó una mano a la mandíbula. – Ugh, mi mandíbula me está matando.- Volteo a ver a Matt. – Y es tu culpa.- Dijo, haciendo un puchero.

-¿Que puedo decir, Gatito? Eres increíble, no pude contenerme. – Coloco su mano sobre el mentón del joven y lo atrajo hacia él. – Muchas gracias.- Susurro, y lentamente poso sus labios en los de Sam, comenzando así, un beso lento que luego se convirtió en uno apasionado, lleno de jadeos y pequeñas mordías. Estaban a punto de dejarse llevar nuevamente hasta que alguien se atrevió a tocar la puerta. Matt bufo molesto y se separó de Sam para que este abriera la puerta.

- ¿Qué es lo que quieres, soldado?- Pregunto irritado el joven.

-El General Snake desea verte inmediatamente.- Sentencio el soldado.

-Iré enseguida. Retírate de una vez.- Ordeno Sam. Cuando aquel soldado se esfumo de su vista se adentró nuevamente a la habitación, se acercó al espacio personal de Matt y le dio un fugaz beso en los labios. –No me esperes despierto, cariño.- Le guiño un ojo con una pequeña sonrisa y se retiró de la habitación, dejando tras de sí a un anonado rubio.

Let It BurnWhere stories live. Discover now