Capitulo 7

63 2 0
                                    

Cuando la luz roja del cinturon se apago, todos los pasajeros comenzaron a moverse, a sacar sus cosas de las gabetas y a formar una fila para poder salir al exterior. Las compuertas seguian cerradas, pero la gente se iba amontonando para que pudieran ser las primeras en salir.

Creo que Maddie y yo fuimos unas de las ultimas pasajeras en salir del avion: nuestros asientos estaban casi al fondo y no nos amontonabamos por salir, como las demas personas.

Fue el mismo recorrido que hice cuando ingrese al avion, solo que esta ves desmboque en el aeropuerto estadounidense. Maddie me indico que doblaramos a la derecha y siguieramos a los demas pasajeros. Caminamos por unas cintas mecanicas, las cuales me parecieron muy comicas, ya que podriamos haber ido mas rapido caminando que transportandonod por esas cintas.

Al final, llegamos a un amplio sector en el cual habia un enorme cartel llamativo, el cual decia "Inmigracion y Emigracion", tanto en ingles como en español.

El sector estaba dividido entre los pasajeros inmigrantes (como Maddie y yo) y los pasajeros emigrantes. Eran 2 filas muy similares a las que tuve que etsar antes de pasar al Dutty Free Shop del aeropuerto de mi país. Rapidamente, Maddie y yo nos pusimos en la fila de los pasajeros inmigrantes, la más larga de las 2, y esperamos a nuestro turno.

El aeropuerto era, por lo menos este sector lo era, muy iluminado por grandes ventanales, aunque solo fueran las 6:30 de la mañana. La fila se iba reduciendo de tanto en tanto ya que había alrededor de 40 casillas, más de las que tenemos en nuestro aeropuerto.

Creo que fue en ese instante en que se prendió la calefacción central, porque la gente se iba sacando los abrigos que tenían encima, aunque no los guardaban porque la temperatura en el exterior era muy diferente a la del interior.

Me saqué mi sweater a lunares blancos y dejé al descubierto mi remera blanca. Maddie también hizo lo mismo: se sacó su ajustado saco negro y se quedó con una simple musculosa. Fué en ese momento en que lo ví: 2 negros y pequeños pájaros estaban en su hombro derecho, seguido de un hermoso sinsajo del mismo tamaño y color, en pleno vuelo. Era un hermoso tatuaje.

-¡Tienes un tatuaje! - le grité a Maddie, señalándole su hombro.

-Ajá - me dice, dandole un vistaso - ¿Te gusta? Me lo hice como el que tiene Tris en la clavícula, pero en el hombro. Y le agregué un sinsajo al final, para que siempre recuerde a Katniss.

-¡Es muy bello! - le digo, totalmente enamorada del tatuaje.

-Cuando llegues al instituto, tienes que hacerte uno - me dice - Hay gran variedad y puedes seleccionar...

-Espera, ¿en el instituto se hacen tatuajes? - le dije a Maddie, un poco atónita.

-Claro - me responde ella, con toda la tranquilidad posible - Es como en Osadía: es como una tradición hacerte un tatuaje que simbolize un libro que amas.

-Vaya...

¿Tatuajes? ¿En el instituto? ¿Encerio? Siempre había querido hacerme uno, pero por las caras que pusieron mis padres cuando les conté esto, creo que no iba a ser nunca posible. ¿Y ahora? Puedo hacer lo que quiera, puedo hacerme uno, inclusive 2. Y cuando llegue, me los tapo y listo. ¿No era un buen plan? Lo mejor es que nadie podía impedirmelo.

Continuamos charlando, continuando descubriendo cosas aún más interesantes del instituto.

-¿Y quién vendrá a buscarnos? - le pregunto con entusiasmo.

-Nos buscan profesores que estan en nuestro mismo piso de nuestros deptos, pero en tu caso es diferente: va a venir a buscarte un profesor especialemente a vos y seguro que van a ir a desayunar aquí al aeropuerto: es lo que pasó conmigo cuando lleguépor primera vez a este lugar.

Adolescentes Lectores: Nunca pierdas las esperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora