There's Nothing Holdin' Me Back

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Capitulo 8 — There's Nothing Holdin' Me Back

Oh, I've been shaking
I love it when you go crazy
You take all my inhibitions
Baby, there's nothing holding me back
You take me places that tear up my reputation
Manipulate my decisions
Baby, there's nothing holding me back


El movimiento brusco del aterrizaje alerto al japonés quien alzo la vista de aquellos interminables documentos que poseía entre sus manos. Lo primero que capto su atención fue el leve murmullo que dejo salir el ruso mientras se acomodaba aun mas en su lugar.

Cualquiera pensaría que este se hubiese despertado debido a la fuerte sacudida que hubo momentos atrás. Sin embargo, no fue de ese modo. Yuuri sonrió ante esto para levantarse con fastidio.

Tantas horas de viaje no le hacían bien a nadie.

— ¡Yuuri Sempai! ¿Qué tal lo hice? —Minami entro por aquella puerta pequeña que separaba la cabina del resto del jet, sonriendo de oreja a oreja.

—Sabía que había sido obra tuya este aterrizaje tan... brusco —Yuuri se quejó negando con su cabeza. Minami encajaba perfectamente frente a un computador, no allí.

—Lo siento —Bajo su rostro avergonzado.

Yuuri sonrió nuevamente, suavizando sus facciones mientras caminaba hasta el de menor estatura para revolver sus cabellos como solía hacer cuando solo era un pequeño niño llorón. Minami ante la acción, no pudo evitar enrojecer.

—Lo hiciste bien —Susurro para apartarse con cuidado. Su vista se poso entonces en el ruso que aun dormía plácidamente.

—Señor el auto espera ¿A dónde desea ir? —La voz de uno de sus guardias le llamo al mismo tiempo que se asomaba por la puerta.

—A mi departamento —Respondió con voz frígida, apartando la mirada del ruso.

Minami no pudo evitar sentirse un poco decaído ante la acción, comprendía la incomodidad de Yuuri.

— ¿No debería de ir ante su padre primero? —Algo temeroso el chico se atrevió a preguntar entrando por completo al jet.

Yuuri entrecerró los ojos mientras apretaba sus puños. Su padre era lo último que deseaba ver en esos momentos. Minami retuvo el aliento al observar como su jefe comenzaba a caminar con porte peligroso hasta el hombre.

—Disculpa ¿podrías repetir lo que acabas de decir? —Yuuri deslizo su mano sobre el hombro del contrario provocando que este diera un salto en su lugar— Creí haber oído que me decías que hacer —El japonés ejerció presión sobre el lugar.

El chico soltó un jadeo lastimero.

—Yo...— Asustado sintió a su corazón latir con descontrol en su pecho. Los ojos casi carmesís del pelinegro le taladraban profundo, el hombro le dolía demasiado y aquella voz le erizaba cada bello de su cuerpo.

No por nada era su jefe. El próximo líder del clan Katsuki.

—No te escucho ¿Tu lo haces Minami? —Yuuri sonrió con travesura observando por el rabillo del ojo al niño quien se sonrojo en su lugar sintiendo sus piernas temblar.

Aquella faceta en el pelinegro siempre le pondría de aquella forma. Sus orbes brillaban peligrosamente intimidando a cualquiera.

—No... — Jadeo apartando la mirada a un lado percibiendo como el ruso aun dormía plácidamente.

El ambiente se encontraba lo suficientemente tenso como para que cualquiera se despertara ¿Cómo dormía aun?

«Maldición estoy caliente» Minami apretó sus manos. Yuuri era malditamente hermoso.

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