I: El Origen de la Manzana

1.4K 52 4
                                    


I: El Origen de la Manzana

Sábado 17 de Junio, 2006.

Geraldine


Celebrar mi cumpleaños numero quince visitando el Zoológico de esta nueva ciudad era bastante interesante por decirlo así.

Solíamos vivir en Vancouver, una ciudad inquieta y con mucha lluvia que me gustaba, aun cuando no tenia muchos amigos y los pocos que tenia eran solo para que les pasara las tareas de la escuela o les ayudara en los exámenes. Por lo que papá aceptara este nuevo trabajo aquí en Hamilton me entusiasmaba mucho porque tengo la esperanza de poder hacer muchos amigos, aun cuando Genevieve, mi hermana ha sido mi mejor amiga todo este tiempo.

Mi vista vuelve al panda cómodamente sentada en el suelo mientras come de su bambú, has varias personas observándola detrás de una larga y alta reja que mantiene a los animales encerrados.

Siento algo de pena al ver a estos lindos animalitos encerrados en un lugar tan pequeño, yo se exactamente como se siente estar encerrada en un lugar así, incluso con frio y con hambre. Pero me alegra que ellos por lo menos comen y reciben los cálidos rayos del Sol.

Su casa tiene bastante pasto verde, algunos arboles y rocas gigantes, pero lo que capta mi atención por breves segundos mientras observo el lugar es una panda con su bebe. Sonrió tomando la cámara negra de mi pequeño bolso para poder capturar la imagen.

Por un leve momento pienso en aquella mujer pero decido dejarlo atrás, hoy no quiero estar triste por pensar en ella.

—Toma cariño—me dice papá llegando hacia mi y entregándome una paleta de manzana acaramelada—vamos con tu madre y hermana—asiento agradeciéndole, tomando la manzana.

Papá toma mi mano y caminamos hacia mi madre y hermana quienes se mantienen observando a un par de cotorros muy habladores.

—Tome una foto de la mamá panda y su bebe—le digo a mi mamá emocionada mostrándole la imagen cuando llegamos hacia ellas.

—Pero si esta hermosa la foto, tienes un buen ojo Geraldine—me dice mamá besando mi frente sacándome una sonrisa.

Aun cuando mamá y mi hermana Genevieve son muy parecidas físicamente con su cabello y ojos cafés, me gusta la idea de que al menos tengo los ojos azules como los de mi papá, por lo que me hace sentir mas parte de la familia.

Realmente amo a mis padres, para mi son mis ángeles salvadores. Aun cuando no son perfectos se que se preocupan por mi y por mi hermana, y nos demuestran que nos aman.

—Tengo una cola—rio fuertemente cuando el perico habla llamado nuestra atención.

—¿Cómo te llamas perico hablador? —;e pregunto acercándome a verlo mas de cerca.

—Perico, perico come manzana.

—Creo que quiere comerse tu manzana—me dice Genevieve riendo.

—Hay que ir a otro lugar no podemos alimentarlos—menciona papá.

Caminamos hacia donde se encuentran unos monos, hay unos comiendo fruta, otros espulgándose, otros jugando, y otros revisándose... sus lugares oscuros.

—Acompáñame al baño—no me da tiempo a responder cuando Genevieve toma mi mano libre y me lleva hacia los baños que por suerte somos capaz de encontrar después de caminar por unos minutos.

—Te espero aquí afuera—le digo a mi hermana quien me asiente y poco después la veo entrar al baño.

Mientras espero a que salga me mantengo observando a la gente pasar mientras le doy pequeñas lamidas al caramelo de mi manzana, y es antes de que pueda darle un gran mordisco y saborear el delicioso jugo de la manzana junto con el caramelo cuando de la nada alguien choca contra mi, ocasionando que la manzana se escape de mi mano y caiga al suelo.

Observo con la boca abierta mi manzana en el suelo sin poder creer que no logre siquiera comerme la mitad de ella.

—Perdón—es lo único que la chica que choco contra mi me dice antes de alejarse rápidamente.

—¿Se te cayo? —me pegunta Genevieve saliendo el baño alisando su cabello con sus manos.

Me limito a asentir tomando la manzana del suelo para después caminar en silencio hacia el bote de basura, sintiendo a Genevieve detrás de mi. Pero antes de tirar la manzana a la basura por algún motivo alzo la vista y no muy lejos de mi veo a dos chicos, uno bastante lindo.

A mi mente llega el recuerdo de aquel libro que leí anoche, donde explicaba que años atrás las personas se demostraban su interés arrojándose manzanas, por que la manzana era vista como la fruta deseada.

Y ahora, antes de que realmente piense bien lo que quiero hacer ya le he arrojado la manzana a aquel chico lindo, pero eso no es lo peor, no claro que no, lo peor es que la manzana golpeo la frente del chico equivocado.

El chico herido alza la vista llevando una de sus manos a la área afectada sobre su frente, pero antes de que pueda llegar hacia mi y seguramente reclamarme por lo que le he echo, Genevieve toma de mi brazo y me hace corre rápido lejos de el, esquivamos como podemos a la gente tratando de lograr perderlos.

Después de todo el zoológico es demasiado grande como para que me encuentre. Suspiro aliviada cuando después de una larga y agotadora huida veo a mi padres. Nos acercamos a ellos quienes nos observan con el ceño fruncido, seguro imaginándose que hemos hecho alguna travesura. Mi hermana y yo les sonreímos como si no hubiera ocurrida nada interesante y suspiro algo aliviada cuando nos regresan la sonrisa y nos preguntan si tenemos hambre.

Pocos minutos después nos encontramos tranquilamente comiendo una ricas hamburguesas, no puedo evitar pensar en lo ocurrido minutos atrás. No tengo una buena puntería por lo que la manzana golpeo al chico equivocado, no era el chico atractivo a quien quería por alguna estúpida razón declararle mi interés hacia el, se que estuvo mal lo que hice pero admito que fue gracioso. Rio, obteniendo las miradas de mis padres y una sonrisa de complicidad de mi hermana.

Me sentía un poco mal pensar en que quizás a causa del golpe el chico seguro obtendría un gran bulto en su cabeza por algunos días, pero tenia el cabello algo largo por lo que podría utilizar para ocultar esa hinchazón.

Eso fue un momento que no salió de mi mente por el resto del verano, me sentía culpable y otra veces simplemente me reí ante mi estupidez. Sabia que era algo que recordaría toda mi vida.

Pero todo enloquece cuando en el primer día de clases toda mi alegría por comenzar un nuevo año escolar en una escuela y ciudad nueva desaparece porque en mi primera clase; ciencias, me encuentro al chico con el que golpee con la manzana.

Mi rostro toma calor cuando el chico me ve llegar y me observa seriamente. No puedo creer mi suerte, de tantas escuelas que hay en el área tenia que asistir a la misma que el asistía.

Me dirijo al asiento mas alejado del chico rubio esperando que no piense en tomar venganza.

🍎🍎🍎

Les agradecerian si votaran y comentaran, gracias.✌️


En Arlington (#0) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora