Capítulo 1.

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"Hola." Se escuchó una voz, no tan grueza que provenía de la puerta de la habitación. Ésta continuó diciendo "Esta es mi nueva habitación, seras mi compañera." Levanté mi mirada y dejé la comida sobre la mesa. Miré los ojos color miel del chico nuevo, era atractivo, su pelo castaño y brillante, su sonrisa era perfecta y parecía muy simpático.

"Oh, hola, me llamo ___" exclamé, sin apartar mi mirada de sus ojos.

"Un gusto ___ soy Justin." Habló el chico guapo, coronando una sonrisa en sus deseables labios.

"Que lindo eres, digo tu nombre." me maldije por dentro, y mis mejillas se tornaron rojas, ¿qué había dicho? que tonta. "Y... ¿qué haces aquí?" Volví a hablar para tapar lo que había dicho.

"Oh, tu también eres muy linda." Humedeció sus labios. "Drogas." Volvió a hablar.

Justin caminó hacia su cama y dejó caer su cuerpo sobre ella, coloco un brazo en su frente y miró el techo.

"¿Drogas? wow, duro ¿cierto?" Agregué.

"Lo es. Y tu, ¿tienes cáncer?" Su mirada volteó hacia la mía, haciéndo que yo bajara ésta junto a mi cabeza.

"Sí." Logré decir con un nudo en la garganta.

"Lo siento." El chico se paró y caminó hacia mi cama, se sentó frente a mi y buscó mi mirada.

"No, está bien, cáncer es lo que tengo, cáncer es lo que tendré y no es culpa de nadie, es culpa de esta enfermedad de mierda, sólo son cosas que pasan." Dejé caer una lágrima. Aún no quería mirar sus ojos, aún no quería sentir la pena en su mirar, no quería sentirme más humillada de lo que ya estaba.

"Yo sé que puedes, eres fuerte, y créeme. Saldras de aquí, tendrás una vida normal, sólo tienes que creer." Justin levantó mi mirada, colocando su mano sobre mi mentón.

No puedo explicar lo que sentí al ver sus ojos, él me entendía, yo conocía a las personas, conocía las miradas, conocía la pena, el dolor, las burlas y la lástima. Pero en sus ojos había algo distinto, él me entendía.

"Llevo tres putos años lidiando con el cáncer, desde los seis años hasta que me internaron aquí, hasta los doce años lidié con el bullying, en casa me trataban mal, mis padres tenían problemas. ¿Crees que tendré una vida normal? ¿crees que lograré olvidar el pasado? ¿crees que todo cambiará? Pues no amigo, tú te puedes recuperar, estás a tiempo, pero yo tengo el maldito cáncer." Levanté el tono de mi voz, aunque él me entendía y quería ayudarme, yo no quería que se meta, no quería que me mienta.

"Nunca lograrás olvidar el pasado, esa etapa, marcó tu vida y nunca la borraras. Tienes el puto cáncer, puedes morir cómo puedes seguir viviendo si crees, nunca digas nunca, porque no sabes cuándo la vida te sorprenderá. Yo estoy a tiempo, pero ¿sabes qué? no quiero recuperarme maldita sea, ¿crees que eres la única con problemas? Pues no, te equivocas. Y tú también estás a tiempo de recuperarte." En cuanto terminó de hablar, dirigió su mano a mi brazo y lo giró observándolo. "¿Te has cortado alguna vez?" Volvió a hablar.

"¿Crees que quiero tu lástima? ¿Crees que lo que dirás me salvará la vida? Estoy harta de mentiras Justin. Yo no quise esto para mi vida, ¿lo entiendes? yo sí quiero recuperarme, tengo quince años, joder. Tres putos años, pero tú nunca lo entenderas, porque no lo sufres." En cuanto tomó mi brazo inmediatamente lo miré fijamente a los ojos y fruncí el seño. "¿Qué haces? ¿quién te crees que eres? No, no le he hecho." Dije molesta.

"¿Sabes qué? cree lo que tú quieras, algún día me darás la razón." Sin decir más, el chico se levantó y se dirigió a la puerta, antes de salir giró mirándome. "Aún pienso que eres hermosa." Fueron sus últimas palabras, salió de la habitación.

No podía sonreír, no tenía fuerzas, estaba cansada de la vida de mierda que llevaba. Corrí la mesa a un costado, acomodé mis almohadas y apoyé mi cabeza. Me puse en posición fetal y comencé a llorar.

Mi ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora