Capítulo 3.

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"___ despierta, ___" me despertó una voz, traté de pensar de quién podría ser, pero no lo lograba. Giré mi cabeza y miré a una mujer rubia, de ojos hermosamentes grises, de estatura no tan alta, su ropa era cara, rápidamente la reconocí.

"¿Qué rayos haces aquí?" Me desperté de repente.

"Soy tu madre, quiero saber cómo estás. ¿Acaso no puedo?"

"¿Saber cómo estoy?  ¿de repente te interesas en mi? ¡Estuve tres putos años aquí dentro y nunca me has venido a visitar, joder!" Levanté mi tono de tranquilidad, a un tono furioso.

"Cálmate ___. Lo lamento, es que no he podido." La mujer trató de acercase a mi.

"¿Qué? ¿no has podido? joder, qué bien y qué rápido mientes. Dime que en estos tres putos años no tuviste aunque sea diez minutos libres para venir a ver a tu maldita hija. Tú no eres mi madre, ya olvídate de mi." Me levanté del suelo y caminé hacia la puerta, saliendo por ella y empujando a mi madre.

"No digas eso por favor, lo lamento, estuve muy ocupada, pero yo te amo y quería venir a verte bebé." Me siguió por el pasillo, hasta que yo me di vuelta para contestarle.

"¿Sabes qué aprendí? que cuando te enfermas mueres para todo el mundo, más cuándo tienes cáncer. Te enfermas de cáncer y eres el desprecio y la lástima de todas las personas, no eres nadie, una pobre chica que pronto morirá, pero ¿sabes qué? no te necesito, ni a ti, ni a tu tiempo, ni tus consejos, ni nada que venga de ti." Ya no pude resistir las lágrimas, ellas comenzaron a recorrer mis mejillas.

"Espera, es que yo pensé que tal vez necesitabas..." no la dejé terminar.

"¿Necesitar qué? de ti no necesito nada, no necesito tu pena, no necesito la ayuda que necesité el día en que me abandonaste en este hospital pero gracias a Dios aprendí a arreglármelas solas, aprendí a luchar sola sin el consentimiento de una madre. No necesito tu dinero, ese dinero sucio que tienes, ese dinero que consigues con la droga, tu dinero querido, lo que más amas en tu vida, incluso más que tu hija, eres una mierda. No me busques más, ¿quieres hacerme ese favor? Desaparece, joder." Al terminar de decir esto, corrí hacia mi habitación y cerré la puerta tras de mi. Dejé caer mi cuerpo en mi cama, y comencé a llorar, nuevamente.

Justin me miraba, pero no decía nada, veía la lástima en sus ojos, era lo que más odiaba.

"No me mires así, joder, que no necesito tu lástima." lancé mi mirada sobre la suya.

"Lo siento." Fue lo único que dijo y siguió mirando su laptop.

Sabía que aunque quería decir mucho, no decía nada. Sin embargo estaba acostumbrada a ese silencio lleno de palabras no dichas, así que cerré mis ojos. Las lágrimas nunca paraban. Mis ojos se mantuvieron cerrados hasta oír que la puerta se abría.

"Buenos días niños. Aquí está su desayuno." La enfermera colocó nuestro desayuno en nuestras mesas. "¿Qué pasa?" ella volvió a hablar, fijando su mirada en mi.

"Después te cuento." sonreí leve y miré la comida llevándola a mi boca.

La enfermera salió y Justin me miró, se dignó a hablar.

"¿Quieres contarme por qué lloras?"

"Mi madre, volvió haciéndose la madre generosa, cuando me abandonó en este maldito hospital, nunca me ha venido a visitar, si no fuera por mi padre, yo no estaría aquí."

"Lo siento, quiza ella no podía." Opinó él.

"¿Qué? en tres malditos años no ha venido, ¿vas a decirme que en esos tres años nunca ha tenido diez minutos libres y tomarse ese tiempo en venir a verme? por favor." Pinchaba el tenedor en la comida con bronca.

"Tienes razón, pero cálmate." Se acercó a mi y besó mi frente, lo cual me tranquilizó.

"Justin, ¿por qué nunca me cuentas de ti?" me atreví a preguntar.

"¿Qué quieres saber?"

"De donde vienes, tu apellido, cosas de tu familia... sobre ti, cómo eres, tu historia, no lo sé."

"Soy de aquí, Ontario. Mi apellido es Bieber, tengo dos hermanos pequeños, una nena de cinco años y un varón de cuatro años. Mis padres están separados desde que yo tenía diez meses. Era pobre, salía a cantar en la calle para poder llevar dinero a casa. La comida casi no alcanzaba, por lo cual comíamos poco. En la escuela todo el mundo me discriminaba, por no llevar ropa cara, y por ser feo. Mi padre volvió, con mucho dinero, cuando yo tenía 14 años, y la economía en mi familia se elevó. Somos una de las familias más ricas de aquí. Mis hermanos son parte de mi papá con otra mujer. Mi mamá sólo me tuvo a mi. A los 15 años, mis papás comenzaron a pelear nuevamente y me afectó demasiado, yo creía que podía tener una familia normal, creí que podía tener a mis dos padres juntos y ser una familia feliz, pero no. Todo se derrumbó, y comencé a salir más, conocí a personas que arruinaron mi vida, por ejemplo esa chica de la cual me enamoré y sólo era una apuesta con sus amigas, o esos chicos los cuales me hicieron probar la droga y ahora no puedo salir de esa porquería. Me preguntabas por qué lo hacía, porque quiero olvidarme de la realidad, escapar a otro mundo. No eres la única que sufre aquí, aunque lo mío no es tan grave como lo tuyo, mi vida es una completa mierda." Se reveló, el chico dulce que conocí.

Yo simplemente lo abracé con fuerza y largué una que otra lágrima.

Mi ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora