Mystic messenger~ ERROR

Invasión de dudas

 {Flashback 2}

 — ¿Cual es el informe?— . Preguntó una voz.

Abro los ojos, me encuentro en una especie de habitación oscura iluminada por la tenue luz de una lámpara de consultorio.

  — ¿Do-donde estoy?— . Logro decir, mientras intento incorporarme.

— Será mejor que no hagas mucho esfuerzo, eso podría dañar seriamente tu columna vertebral.

Dijo una joven mujer que llevaba puestos unos lentes y su cabello era corto. Ella... su rostro... me parece conocido, siento que la he visto en alguna parte.

  — ¿ Como dice? ¿mi... columna? —. Me encuentro confundido y me llevo una mano a la cabeza, mi cabeza duele, miro mi mano y puedo notar pequeñas gotas de sangre. Abri los ojos de sorpresa atemorizado.

  — No es algo por lo que debas preocuparte— . Dijo mientras se acercaba y revisaba la bolsa de solución que se conectaba a través de una manguera y terminaba en una aguja hacia la vena de mi brazo izquierdo.

  — ¿Por que estoy aquí? — . La miré a los ojos, su rostro inflexible reflejaba una profunda seriedad y control de cualquier situación, pero sus ojos marrones parecían estar a punto de llorar.

  — No intentes averiguarlo, vuelve a dormir antes de que se den cuenta que despertaste.

¿Eso quiere decir que ella me esta protegiendo? si yo fuera un extraño para ella ya le habría avisado a los demás que había despertado. Sin embargo no lo hizo, no hallo el por qué.

  — ¿Por que no le dices a los demás que estoy despierto?

Mi pregunta pareció impactarle e incluso evadió mi mirada y frunció el ceño, confundida.

— No sabes quien soy, ¿cierto? 

Dijo con la cabeza baja mientras soltaba la bolsa que contenía un liquido espeso, ¿eso llega a mi sangre? entonces ¿mi cuerpo esta contaminado de esa sustancia?

  — No...— . Dije casi susurrando.

Hubo un silencio hasta que  se escuchó que alguien llegaba a paso veloz. Volteó a ver en dirección a la puerta, tomó la bolsa transparente con una mano, con la otra sacó una especie de jeringa y la insertó en mi brazo mezclando el liquido naranja con el transparente... Mi vista volvió a ser borrosa, una inmensa sensación de sueño se apoderó de mi y lo ultimo que pude escuchar fue su voz...

— Lo siento, Yoosung...

{Fin del flashback}

El frío de la noche helaba su piel, sus cabellos se mecían con el viento. La luna se encontraba arriba, entre las nubes, blanca y brillante. A su alrededor habían edificaciones enormes parecidas a las de las fábricas oxidadas.

Seven suspiró, había sentido un alivio después de escapar de aquel encerrado y pequeño lugar, no obstante ahora tenía que hallar la forma de como salvar a MC ya que había perdido contacto con ella desde que ambos habian entrado a ese lugar extraño y vacío. Se quitó sus audífonos, tomó un desarmador y comenzó a quitar sus partes, una por una. Tomó solo las que necesitaría y las demás las quemó para que no siguieran su rastro. El hecho de deshacerse de ellos de esa forma le provocaron angustia y frustración, pero era algo que debía hacer, de lo contrario podrían seguirlo y acabarían asesinándolo. Eliminó la diadema, los protectores, sólo tomó los auriculares y los cables que lo conectaban con la computadora. Buscó la zona de abastecimiento de electricidad más cercana, para ello avanzó a largos pasos, siempre cubriéndose de las cámaras.

Se hallaba sentado, había despertado tras un largo sueño.
Frente a ella había alguien con una voz femenina, sin embargo su rostro estaba cubierto, al igual que su cabello por una capucha de color negro. Suspiró. En esos momentos MC se sentía bastante nerviosa, no podía dejar de preocuparse acerca de en donde estarán los demás. La voz melódica de aquella mujer resonó, sacándola de sus pensamientos.

—¿Sabes por qué estás aquí? —preguntó aquella mujer, juntando sus manos y entrelazándolas sobre la mesa.

MC tragó saliva.

—No —respondió, intentando conservar la calma. Había más personas vestidas como aquella mujer desconocida. Estaban mirándola fijamente, vigilando cada uno de sus movimientos.

—Muy bien —dijo, sacando un objeto extraño de una bolsa transparente— ¿Sabes qué es esto?

Era un broche de cabello, de color marrón oscuro. Por un momento le pareció similar, «¿acaso ese es el broche de Yoosung?» pensó.

—¿Entonces si sabes de quien es? —Cuestionó a la presente, inclinándose.

—No, jamás lo había visto en mi vida —confesó la castaña. Aquella mujer soltó una pequeña risa.

—Oh MC... —dijo acercándose—no eres buena para mentir.

Dijo con una sonrisa que le produjo escalofríos a la interrogada. Sacó una fotografía de la bolsa.

—Sé perfectamente que lo conoces, ahora necesito que me digas donde están los demás o tu amigo sufrirá las consecuencias.

MC frunció el ceño. ¿A qué se refería con eso?
De repente dos personas trajeron a una persona alta y delgada, tenía el cabello rubio pero su mirada era triste y apagada...

—¿Yoosung? —dijo MC, le invadió la tristeza el ver una persona tan dulce convertida en un robot, sin expresión ni vida.

La mujer sonrió. MC había dicho el nombre de Yoosung por accidente, simplemente las palabras fluyeron de su boca.

—¿Entonces si lo conoces? —dijo sonriendo.

MC negó con la cabeza, pero luego la bajó.

—Si... —dijo en voz baja.

—Eso creí —afirmó la mujer, dos hombres se llevaron a Yoosung.

—Esperen, ¿a donde se lo llevan?

—El tiene trabajo que hacer, pronto tu también lo tendrás.

MC la miraba con furia.

—Ah vamos, no me veas así, esto es por su bien, solo así podremos restaurar la paz de este mundo —una sonrisa amable se dibujó en su rostro y se quitó la capucha que la cubría.

Rika.

MC abrió los ojos de sorpresa y retrocedió en su asiento.

—No tengas miedo al cambio cariño. No te haremos nada, al menos no a ti...

Detrás de ella aparecieron Zen y Jumin.

—¿Como los encontraron? —pero los chicos no respondían. Solo la miraban tristes, con una mirada de haberlo perdido todo, una mirada de derrota.

—Saeran me hizo el favor de traerlos. Fue muy amable de su parte.

De repente una alarma roja comenzó a sonar, el sonido era punzante y alto.

—¿Qué esta pasando? —dijo MC.

De repente frente a una pantalla grande aparece Seven, tecleando en una computadora detrás de unos tubos oxidados, dentro de una fábrica.

—Está dentro —avisó un hombre.

—Oh no... —dijo la castaña en voz baja.