Lunes: 6:30 a.m
¡DEMONIOS! El camión a él campamento sale a las 7:00. Voy tarde.
Me tropecé poniéndome mis tenis mientras bajaba las escaleras, pero salí viva, así que creo que estuvo bien.
Llegué a la escuela, Lili estaba afuera de la puerta del camión hasta que me vé.
- ¡Diana! - me hace un gesto con la mano para que me apure.
- ya se, ya se - me subí a él camión e inmediatamente arrancó.
Ya en el camión:
- ¿que paso? -
- hay... Es que se me hizo tarde, no sonó la alarma - le digo viendo hacia la ventana.
Y llegamos:
La verdad, es que antes consideraba los campamentos estúpidos, no les encontraba sentido alguno, por que no le encontraba sentido alguno al convivir con demás gente, pero creo que si sirven para algo, tal vez, por unos días, o semanas, podamos descansar, pero no descansar de las tareas, ni de el trabajo, si no, de la vida en casa, que es más agotadora.
El director y una maestra (que la verdad no se quien sea) estaban en el camión con nosotros. Cuando llegamos se levantaron de sus asientos.
- muy bien chicos, vamos a salir, las recamaras de las niñas están al fondo, y las de los niños, son las primeras que están hacia allá - señaló hacia su izquierda - bueno, necesito que vayan, escojan una cama, dejen sus cosas, y vayan al comedor - se bajó, y cuando estuvo a 2 metros de distancia gritó - ¡ya bajen! - todos salieron despavoridos, ahora entiendo por qué hizo eso.
- ¡te gano Diana! - grita Lily mientras corre hacia los cuartos
- ah... ¡no! - ag... Odio correr.
Pero aún así.
Corrí.
No le gane.
Por lógica.
Pero al menos ella logra que me mueva.
