Amabilidad⁴ ➸ Fluttershy.

«9»

Caminaba a la dirección mientras pensaba en todo lo que hice.

Soy un monstruo...

Strawberry Jam se merecía ese golpe más que nada.

Me avergüenzo de mi misma...

Ojalá así aprenda a quedarse callada.

Llegué y toqué la puerta.

—Pase. —escuche y obedecí.

Estaban Strawberry Jam con una bolsa de hielo en su mejilla, la directora Celestia y la subdirectora Luna.

—Tome asiento.

Me senté en el asiento a lado de la fresa de hielo.

—Señorita Fluttershy-.

—¡Expulsenla!

—Strawberry Jam calma por favor. —dijo la subdirectora Luna tocando su hombro.

—Señorita Fluttershy, tengo entendido que usted golpeó a Strawberry Jam. —habló Celestia.

—Sí, lo hice.

—¡Lo dijo!—me señaló—. ¡Ahora expulsenla!

—¡Silencio, señorita Jam!—ordenó Luna ya tonta obedeció.

—¿Me puede explicar porque lo hizo?—me preguntó Celestia.

—Lleva días molestándome, como por ejemplo hacer que me cayera y lastimara la rodilla. —la señalé—. Y yo no decía nada porque tenía miedo y esas cosas de inseguridades. Hoy colmó mi paciencia involucrándose en temas que no le incumben.

—¿Eso es cierto Strawberry Jam?

—Mmm... sí. —contestó con la mirada baja.

—Sé que estabas molesta Fluttershy pero la violencia no arregla nada.

—Supongo... —murmuré irritada.

—Ambas tendrán un castigo. Y Strawberry, le debes una disculpa a Fluttershy.

—¡Pero!...

—Ahora.

—Mmm... lo siento, ¿okey?

Sonreí burlona.

—No te escuché, ¿qué dijiste?

—¡Que lo siento!—repitió molesta.

—Eso es suficiente. Ya te puedes ir Strawberry. —acomodó unos papeles.

La pelirroja salió no sin antes darme una mirada furtiva, que ignoré.

—Tengo algo más de lo que hablar contigo, Fluttershy.

—¿Sobre qué?

Luna me indicó con la cabeza que mirará a la televisión que estaba en un mueble a lado de mi.

—Sobre las cosas que he escuchado de ti estos últimos días, has estado tratando mal a varios compañeros, incluso a tus propias amigas.

Pasó el momento en que le dije todas esas cosas a mis amigas...

Estúpidas cámaras de seguridad.

—¿Es un juicio acaso?

—No, en una conversación sobre los problemas de ira que tienes. Y que tienes que ir a clases extra para mejorar tu actitud.

Pff, por supuesto.

Alguien normal hace todo eso y no hacen nada pero la chica más introvertida lo hace y ya debe ir a clases de ira.

—No quiero ir a esas clases, es más, quisiera ya no venir más para no volver a ver a nadie de mis estúpidos compañeros.

—Ese lenguaje. —me advirtió—. Pero, lo que dices es una posibilidad.

La observé confundida.

—¿Enserio?—asintió—. Entonces me interesa...