Por Una Vez En La Vida

Once

15 de Junio del 2014

《Blanco》

Eras tu, Amelié. No se por qué motivo, pero me alegró verte.

- ¿Qué haces tu por aquí? -Traté de mantenerme firme.

- A lo mismo que los otros muchachos, a postularme para el puesto -Rió.

Su risa me alegró el dia.

- Bueno, comencemos con el cuestionario -tomé asiento- ¿Tienes experiencia laboral?

- Si, trabajé como asistente en un local de ropa por dos años, doble turno en Starbucks durante cuatro años, mientras estudiaba diseño y producción de moda. Me presenté a una entrevista en Beautiful Place y también aquí. -Sonrió.

- Ese tal Beautiful Place, lo conozco, también a su flamante dueño -soltó una carcajada- Algo me dice que estas dentro de la empresa. Dígame una buena razón para estar aquí.

- Porque escribir es lo que más me gusta hacer además de diseñar, adentrarme en libros y estar en mi mundo es algo mágico.

Fue la primera vez que sentí que esa respuesta era de verdad, que alguien que la decia lo hacía con una pasión verdadera y unica.

- Nunca coincidí tanto en una respuesta. ¿Horarios libres? -Enarcó una ceja.

- Todos los días después de las tres de la tarde, fines de semana en cualquier momento.

- ¿Quieres tomar un café luego de esto? -Sonreí.

- ¿Pregunta capciosa? -soltó una bella risa- Si quiero.

- Nos vemos en dos horas entonces.

Nos quedamos viendo durante unos minutos. La misma brisa de antes apareció, más fuerte, más perfumada, más profunda y más violenta.

- Amelié...¿Tu has sentido eso? -Pregunté.

- ¿Sentir qué? -Frunció el ceño.

- Nada, no importa. Te envío un mensaje cuando termine, ¿Te apetece?

Sentí como si algo dentro de mi me mantuviera tenso.

- Claro, nos vemos.

Sonrió y se fue.

Terminé mi trabajo para luego escribirle a Amelié, quedamos en vernos en un café cercano. Mientras la esperaba ordené un agua con gas y un delicioso sándwich de pollo con lechuga, estaba tan hambriento que hasta unas piedras al vapor me hubieran parecido exquisitas, justamente en el momento en que tome un sorbo de mi agua y sentí como aquellas burbujas explotaban en mi boca, Amelié entró en el local haciendo que sintiera el doble de pequeñas burbujas dentro de mi. Llevaba consigo un vestido blanco con tul en la falda y en las pequeñas mangas, el escote era cerrado pero tenía una pequeña abertura en la espalda, al pasar por la puerta el sol la alumbró tan dulcemente que la hizo parecer un pequeño ángel caído del cielo, mi corazón empezó a latir con fuerza; Amelié simplemente brillaba.

- Hola -dijo amable- siento la tardanza, me quedé dibujando en el parque y se me pasó la hora.

- No te preocupes, ¿Puedo ver el dibujo? -extendí mi brazo-

- No, en este libro están mis secretos.

- Vamos Amelié, déjame ver, por favor -Insisti con mis dos manos.

- No Harry -tomó mi mano- es mi mundo, quizás algún día te lo enseñe, pero hoy no, me avergüenza

Cuando tomó mi mano, volví a sentir un burbujeo feroz pero amigable dentro de mi, haciéndome sentir feliz. La única vez que lo sentí fue con ella, con Gina.

- ¿Con que quieres salir conmigo? -dijo nerviosa-

Mientras esperaba mi respuesta Gina jugaba con su vestido blanco de seda, tirando de los pequeños flecos que decoraban su cintura, haciéndola parecer más pequeña, mas frágil.

- S...si...quiero -contesté igual-

- Entonces -tomó mi mano- salgamos, veamos el mundo juntos, ya ha pasado tiempo de nuestro primer beso y quiero volverte a sentir sobre mis labios.

Miles de burbujas y mariposas explotaban en mi interior, haciéndome sentir completamente feliz. Una sensación de plenitud se apoderó de mi, convirtiéndome en la persona más feliz.

- Tu eres mi mundo, Gina.

Sellé nuestra charla en un beso sin explicación, en un beso que nos decía cuanto nos necesitábamos, que éramos todo el uno para el otro.

- En lo que vuelves de tu sueño, voy al tocador -oí un tono un tanto molesto-

- ¿Qu...qué? Lo siento, me pasa seguido y no puedo evitarlo, juro que es totalmente involuntario, tendria que ir con algun especialista y...

- Tranquilo, ya regreso, ¿Si? -dijo mas calmada-

- Si, aquí te espero

Hice esto toda mi vida y es la primera vez que me siento avergonzado de hacerlo, siento vergüenza de recordar, siento vergüenza de tratar de vivir mi anterior vida, siento vergüenza de no avanzar. Por primera vez en mi vida quiero seguir adelante.