28- Bartemius Crouch

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Narra Harper:

Aún me sentía un poco abrumada pero me sentía tan confundida por lo que había pasado dentro del lago. Por un momento, pensé que había conseguido conjurar dos hechizos, que tonta soy.

Salíamos todos del comedor, después de tomar el chocolate. Bueno, en principio solo yo lo iba a tomar pero después todos se me unieron. En la puerta estaba Barty Crouch.

- Harper, ¿podría hablar contigo un momento?- me preguntó cuando salí. Yo asentí y comenzamos a andar por los pasillos de Hogwarts

- ¡Nos vemos en casa de Hagrid!- me gritaron Harry, Hermione y Ron. Yo sonreí y asentí

- Siento no haber podido hablar contigo antes- se disculpó mientras andábamos- Aún así, he oído tu historia... Es algo admirable, es algo trágico sin duda perder a la familia y todos tus recuerdos...

- No he perdido todos- dije interrumpiéndolo- Voy recordando, poco a poco, pero lo hago- dije con una sonrisa.

- Pero siempre se hecha en falta, ¿verdad?- me preguntó. Asentí- Aunque la vida continúa y aquí estamos...

- Supongo- dije encogiéndome de hombros

- Seguro que tus padres estarían hoy muy orgullosos de ti, Harper- me dijo con una sonrisa. Yo le imité. En ese momento, Ojo Loco apareció.

- Bartemius- lo llamó Ojo Loco- ¿No estarás intentando hacer que Harper se quedé trabajando en el Ministerio durante el verano, verdad?- Barty lo miró sin entender- El último que entró jamás salió

De pronto, Ojo Loco hizo como que sacaba la lengua era como un tic. Barty se acercó a él con los ojos como platos, Ojo Loco lo repitió un poco más pequeño, y Barty se alejó sorprendido. Como si acabará de ver un fantasma.

- ¡Y luego soy yo el que desvarío!- exclamó. Barty se alejó y Ojo Loco sacó su botella y le dio un tragó.

Me quedé mirando a Ojo Loco sorprendida.

- Puedes irte- me dijo Ojo Loco alejándose por los pasillos mientras refunfuñaba.

Esa noche quedé con Hagrid, Harry, Hermione y Ron y caminamos por el Bosque Prohibido. Aunque ellos iban todos juntos y yo un poco alejada de ellos.

- Aún recuerdo el día en el que os conocí a todos- decía Hagrid mientras andábamos- La pandilla más inocente que han visto mis ojos... Supongo que a mi también me recordaréis un poco, y aquí estamos otra vez... Cuatro años más tarde

- Aún somos inocentes- dijo Ron con una sonrisa

- Tal vez, pero ahora nos tenemos unos a los otros y tenemos a Harper, por supuesto... Que pronto será la campeona más joven del Torneo de los Tres Magos- dijo Hagrid señalándome.

Yo los miré y después volví a mi camino, no podía dejar de pensar en lo del lago.

- ¡Hurra!- gritaron los cuatro. Después comenzaron a reír y a cantar.

De pronto, mientras caminaba vi un sombrero tirado en el suelo delante de un árbol. Paré un momento y después me acerqué hacia el árbol lentamente. La frente me empezó a doler. Vi un pie tras el árbol y comencé a acercarme con un terror muy profundo. Al ver a quién pertenecía me quedé estática, paralizada, era como si mi sangre se acabará de congelar.

En el suelo, detrás del árbol, se encontraba Bartemius Crouch... Tirado en el suelo, con los ojos abierto y... Muerto.

- ¿Señor Crouch?- pregunté al verlo- ¿Señor Crouch?- volví a preguntar. Pero él ya no respiraba.

- ¡RON, HERMIONE, HARRY, HAGRID!- grité con todas mis fuerzas- ¡VENIR! ¡RÁPIDO!- gritaba mientras miraba el rostro pálido del señor Crouch.

Ellos vinieron corriendo y quedaron tan paralizados como yo. Ron fue el primero que llegó, lo miré a los ojos y él me abrazó. Oculté mi rostro en su hombro. Él pasó un brazo por mis hombros y puso su cabeza contra la mía en señal de apoyo.

- Iré a avisar a Dumbledore- dijo Hagrid- Y vosotros deberíais iros... Este ya no es un buen lugar para estar- nos dijo mirando a nuestro alrededor con una mirada amenazante.

Narradora:

Harper, al llegar al castillo, lo primero que hizo fue ir al despacho de Dumbledore a informarle de lo ocurrido. Al llegar escuchó una discusión entre Dumbledore y el Ministro de Magia, Cornelius Fudge.

- ¡Un hombre a muerto aquí, Fudge! ¡Y no será el último!- exclamó Dumbledore- ¡Debemos tomar medidas!- le dijo.

- En momentos como este el Mundo Mágico necesita fortaleza, Dumbledore- le dijo Fudge con firmeza

- ¡Pues empieza dando ejemplo!- rugió Dumbledore

- El Torneo de los Tres Magos no será suspendido, no quedaré como un cobarde- dijo Fudge molesto.

- Un líder hace lo que es correcto, al margen de opiniones ajenas- le dijo Dumbledore.

- ¿Qué has dicho? ¿Me dices eso a mí?- le preguntó.

- Disculpen caballeros, pero les interesará saber que esta conversación ya no es privada- dijo Ojo Loco sacando su varita y abriendo la puerta en el justo momento en el que Harper estaba levantando la mano para llamar a la puerta.

- ¡Oh, Harper!- le dijo Fudge al la muchacha con una sonrisa- Me alegra verte de nuevo...- dijo con una sonrisa

- Puedo volver luego sí...- comenzó Harper. Pero Dumbledore la interrumpió

- No es necesario, el ministro y yo hemos terminado- dijo rápidamente Dumbledore- Vuelvo enseguida- dijo bajando las pequeñas escaleras que había. Señor ministro, usted primero, aquí tiene- dijo Dumbledore dándole el sombrero a Fudge.

Me adentré un poco en el despacho.

- Harper, puedes tomar un poco de licor de regaliz en mi ausencia... Pero ten cuidado, pican un poco- después cogió dos y salió detrás de Fudge. Ojo Loco lo siguió y los tres hombres salieron de la sala, Ojo Loco cerró la puerta del despacho... Dejándome completamente sola.

Observé el despacho de Dumbledore con interés, había tantas cosas que no conocía pero que me intrigaban al mismo tiempo. Todo era fascinante. Me acerqué al licor de regaliz, eran como unos caramelos. Cogí cinco y elegí uno, al hacerlo este cobró vida y los cinco comenzaron a morderme.

- ¡Ah! ¡Ah!- exclamé cuando me mordieron.

¿Una muggle en Hogwarts? [EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora