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-Consecuencia mía por estar en otro lado mi lord –digo sonriendo de lado -¡Achu! –estornudo entre mis manos

-Ha estado mucho tiempo fuera mi lady, se enfriara si sigue más tiempo aquí –dice sacándose su chaleco

-No se preocupe mi lord, que un resfriado no me impedirá disfrutar de la noche –miro al cielo

-Si me permite

Lord Luka Stróganov en un movimiento elegante pone su chaleco encima de mis hombros.

-Gracias lord...

-Luka Stróganov mi lady –hace una reverencia

Sus ojos no se apartan de los míos ni un solo segundo des que me he girado al mirarlo.

-¿Está esperando algo mi lord?

-¿Disculpe? –pregunta cofundado

-Sus, no han dejado de mirarme directamente a los míos, siento que está esperando algo –se ríe de lado, haciendo ver un poco de su dentadura

-Sin duda alguna, espero que me diga su nombre

-Entiendo, pero quien me asegura que cuando le diga mi nombre empiece a interesarse por mí por el título que poseo –me mira sorprendido, cosa que me rio –veo que le he sorprendido mi lord ¿Mis sospechas son ciertas?

Lord Luka Stróganov sonríe, una sonrisa que me deja ver su perfecta dentadura.

-Me temo que sus sospechas son erróneas

-Rubí Carlton, mi lord –hago una reverencia, sin despegar la mirada de sus hermosos ojos.

-¿Le puedo hacer compañía?

-Ya lo está haciendo mi lord

-No hay duda de ello

-Pero siento decirle que he estado mucho tiempo fuera y temo que a mi tía le esté dando un ataque –me quito el chaleco –gracias por el chaleco mi lord, gusto en conocerle.

De forma elegante le pongo el chaleco de la misma forma que él lo hizo y me voy alejando de él, camino llegando a la terraza, abro la puerta de cristal y entro en el salón, donde los caballeros se han unido también.

Los músicos empiezan a tocar sus instrumentos dando inicio un vals. Busco con la mirada a tía Antonia, o a Vanesa y Verónica. Empiezo a notar las miradas encima de mí.

-Mi lady me permite el siguiente vals

Dice un hombre de mi edad, alto, de pelo oscuro corto, liso, ojos marrones claros, como la miel y con su mirada puesta en mi cuerpo menos en mi cara, un descaro.

-Es usted un grosero –digo llamándole la atención, poniendo sus ojos en los míos

-¿Disculpe?

-Creo que he hablado lo bastante clara, si me disculpa

-¡Rubí! Válgame dios, por fin te encuentro –dice tía Antonia, caminando a mi dirección con las gemelas –has estado casi una hora desaparecida

-He estado en el jardín tita

-¿Tanto tiempo? –pregunta Vanesa

-Al principio estaba sola pero luego se presentó Lord Stróganov

Al decir el nombre del hombre con quien estaba me miraban las tres sorprendidas.

-Eso no es normal, Lord Stróganov no va detrás de ninguna mujer –dice Verónica

-Ninguno de esos cuatro hombres va detrás de ninguna mujer, al contrario las mujeres van a por ellos como cazadoras persiguiendo a su presa –dice Vanesa

-Si no me creéis preguntárselo a él mismo

Me giro y lo veo entrar al salón con su chaleco puesto, Lord Stróganov mira a su alrededor y nuestras miradas se conectan en ese momento.

-No, no hace falta te creemos querida –dice tía Antonia llamando mi atención, dejando de mirarlo

Que extraño al mirarlo he deseado acercarme a él, no, deben ser cosas mías.

-Hemos quedado el lunes a primera que pasaremos a recogerlas para llevarlas a la escuela

-No puedo esperar para estar rodeada de niños –dice emocionada Verónica

-Los niños están ansiosos por ir aprender, vienen a nuestra mansión para escuchar los cuentos de Rubí –dice tía Antonia, sonrojándome, cosa que hace que las tres se rían de mi reacción y yo me uno a ellas.

El Caballero MisteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora