El primer vals

11 3 0
                                    

-Disculpe la intrusión señoritas, espero que esta bella dama me conceda esta pieza

Un hombre de mi misma edad, alto, de piel un poco morena, rubio oscuro, ojos azules oscuros, de contractura bien formada. A diferencia del otro, él si me mira a los ojos con una sonrisa.

-Sera un placer –le doy mi mano la cual la coge con delicadeza

El caballero me lleva a la pista de baile, me pongo delante de él, pongo mi mano en su hombro, mientras él la pone en mi cintura, empieza a sonar la música dando inicio los pasos.

-¿Disfruta de la velada? –pregunta el caballero

-No le puedo decir, ya que es la primera en la cual asisto –digo mirándolo a sus ojos, igual que él

-Entonces ¿Cuál es su primera impresión?

Miro a mí alrededor mirando a las damas y caballeros sobre nosotros, damas practicando mientras nos miran y algunos caballeros hablando entre ellos. Dejo de mirar a mí alrededor para mirar al caballero que no ha apartado la mirada de mis ojos, sonrió de lado.

-La primera palabra que se me ocurre para este tipo de eventos es incomodidad –el caballero me da una vuelta -¿y usted qué piensa?

El caballero sonríe de lado también, me da una vuelta y se acerca a mi oído.

-Falsedad

Aquel susurro hace que mi cuerpo se ponga tenso, su voz profunda suena como eco en mi cabeza, sin darme cuenta lanzo un suspiro. La cercanía del caballero me pone nerviosa.

-¿Podría mantener las distancias? –digo nerviosa y con mi corazón a mil, me pregunto por que aún no estoy muerta, si sigo así mi corazón saldrá disparado de mi cuerpo.

-¿Le pongo nerviosa? –dice con una sonrisa arrogante.

Una sonrisa arrogante que me indica que se está burlando de mí por algún motivo al parecer, sigue poniéndome nerviosa.

-Usted lo ha dicho –me aparto de él, de forma un poco violenta

Por suerte la música ha parado y las parejas aplauden, dando las gracias a los músicos.

En cambio él caballero y yo nos quedamos sin hacer nada, solo mirándonos directamente, yo de forma de serie y el con gracia.

-Me alegro que le guste molestarme –digo molesta

Sin escuchar sus palabras me voy de la pista de baile para ir con la tía Antonia, que está hablando con dos damas. Tía Antonia al girarse para mirarme se acerca de prisa, poniéndose en frente de mí.

-Has estado increíble –dice dando un aplauso –estoy muy orgullosa de ti, todas las miradas estaban puestas en ti y en el jefe del departamento de policía

-¿Ese caballero es policía?

-Y no uno cualquiera, todos lo llaman el policía cruel, dicen que es un experto en torturar a su prisionero tanto físicamente como psicológicamente –me explica

-Gracias por la información –suspiro

-¿Qué pasa? ¿Te ha ofendido? –pregunta seria

-He tenido la sensación de que se estaba burlando de mí, de alguna forma –digo pensativa

Me giro para encontrar al policía per solo encuentro miradas de damas y algún que otro caballero.

-¿Por qué todas las damas me están mirando como si quisieran clavarme un cuchillo?

-Tienen envidia porque has bailado con el policía cruel. Él junto con los cuatro caballeros imposibles, no van ninguna dama, eres la excepción –dice emocionada

No digo nada porque me parece un poco estúpido, cada uno puede decir con quien bailar ¿no? Si me he contado con Lord Luka, es por pura coincidencia y porque el policía ha querido bailar conmigo será porque le apetecía ¿no? Si seguro que es eso.

-No me gusta esa mirada ¿quieres irte?

-Si tu no lo deseas diré que no

-Eso es un si ¿No te ha gustado la velada?

-No me gusta ser el centro de atención

-Bien, has aguantado más de lo que esperaba, despídete de las gemelas, mientras voy a preparar el carruaje

-Gracias tita –le doy un abrazo

-Todo lo que sea por mi sobrina

Íbamos a separarnos pero de repente suenan unas campanadas que hace que todos los presentes se pongas tensos.

-Rubí –escucho que me llama tía Antonia

Me giro para mirarla pero de pronto las luces se apagaron, escuchando los gritos de todas las damas gritando asustadas.

El Caballero MisteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora