Invernadero

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-Hoy es su primer baile, no es así mi lady –pregunta una de las sirvientas

-Así es, y va a ser la más guapa del baile, ya lo veréis cuando baje por estas escaleras con el hermoso vestido que he elegido para ella –dice mi tía Antonia con una gran sonrisa de orgullo

-Espero que todo vaya bien, a lo mejor hago alguna amiga ¿no tita?

-Así es cariño, en las fiestas hay muchas mujeres de tu edad con diferentes personalidades.

-Pero tiene que tener cuidado con lo que dice i hace, hay muchas mujeres que se dejan llevar por lo celos y pueden llegar hacer cosas inimaginables –me advierte Wen, a lo que todos en la mesa asienten con la cabeza, dándole razón

-Olvidando las mujeres envidiosas, también hay muchos caballeros –dice tía Antonia, mirándome, me coge de la mano –en estos bailes tienes que investigar a los hombres para elegir a tu marido

-¿No es al revés? –se ríe

-Tengo el presentimiento que serás tú la que se lo vas a pedir. Como lo hizo tu madre ¿te conté como tu madre le pidió a tu padre delante de todos su mano? Yo estuve presente, cogiéndole el brazo diciéndole que no lo hiciera –se ríe –fue una escena muy épica.

-Madre me conto que le llamo la atención padre, por su diferente forma de tratar a las personas

-Así es, pensaba que tenía un hermano gemelo –se ríe

-Madre dijo que se enamoró de padre en una competencia de tiro, ella participo, quedaron de finalistas ella y padre. Me conto que quedaron en empate después de dos horas largas tirando en la diana

-Después de eso todo hablaban de tu madre durante un mes entero. Durante el mes tu madre orgullosa iba a los bailes diciéndole a todo el mundo "fue la mejor competición, que quiero repetir". En cambio tu padre se sentía curioso por ella. Lo que no se esperaba nadie es que delante de los amigos de tu padre le pidiera matrimonio –todos se ríen un poco

-Es una historia de amor un tanto rara –dice una de las sirvientas –pero hay que admitir que aún se hablan de ellos como si aún fueran jóvenes.

-Tienes razón, alguno sirvientes mayores aun hablan y tienen curiosidad de cómo es su hija –habla un sirviente

-Cuando todos los nobles de Londres se enteraron que la única hija de los lores Carlton ya ha cumplido la edad para empezar la temporada no he parado de recibir invitaciones para bailes

-Es increíble que padre y madre sean famosos

-No solo por su historia de amor son famosos, querida –dice tía Antonia ahora con su cara un poco serie –nunca olvides que tus padres tienen mucha influencia tanto en Alemania e Italia, si no también en muchos más y tienen un honor que mantener, que ahora tu llevas.

Todos se quedan en silencio.

-Lo entiendo tita

El ambiente se ha puesto tenso, pero gracias a dossirvientes que se levantaron, todos los demás lo hacemos para proseguir con el postre con una taza de té.

-Me gustaría servir el té a mis amigos, que han estado aquí cuidando esta mansión y aguantando mis desapariciones, incluyendo a Lady Antonia –digo cogiendo el carro con las tazas de té listas para servir, junto con pastelitos –tenemos el honor de probar estas deliciosas pastelitos, hechos por nuestra jefa de cocina Wendolin, por favor aplausos.

Todos en la mesa se rieron y aplaudieron, sonrojando a Wen.

Pasando de silla en silla, sirviendo el té con la pasta como he visto y me han enseñado, algunos me sonríen, otros se quejan de que una no debe hacer estas labores, cuando una dama puede hacer lo que se propone, una de ellas mi tía Antonia. Por ultimo me sirvo yo, no antes de guardar el carro en su sitio.

-Espero no llevarme una sorpresa en la fiestaRubinrot –me advierte la tía Antonia –como sabes tus acciones no son propias deuna dama- voy a replicar per ella mueve levanta la mano, indicándome que no haacabado de hablar –te he dado estas charlas muchas veces y aun así tepermito que hagas lo que quieras, pero si haces algo que ponga en ridículo el honor tuyo y de tus padres, prometo castigarte –su mirada seria hace que recapacite.

-Tita, prometo por mi honor que si hago algo que me ridiculice será por una causa, no te voy a prometer que no cometeré ningún error, ya que eso es mentira, cada ser humano tiene el derecho de equivocarse todas las veces hasta que aprenda.

-¿Entonces?

Me levanto de la silla, llamando la atención de todos los presentes.

-Prometo por los títulos que poseo que si causo algún estrago que provoque la vergüenza hacia nuestra familia, será por una razón y que no sentiré ningún culpa –digo serie mirando a todos, sobre todo a tía Antonia

-Que sea lo que dios quiera –dice al final tía Antonia

Me vuelvo a sentar en la silla.

-Unas grandes palabras –me alaga Wen –pero espero que todo vaya bien

-Yo también, le pido a dios que me ponga las cosas fáciles –se ríe Wen

-Dios tiene su forma de actuar

-Yo pienso que las acciones son cosas que nosotros hacemos

-Así es

Al acabar de tomar otra taza de té, me voy a mi habitación a por el violín junto con el arco, camino por los amplios pasillos de la mansión, hasta llegar a una puerta de cristal, al abrir la puerta entras al magnifico invernadero de cristal, construida por mi abuelo para mi abuela.

Un hermoso invernadero, con todo tipo de flores, cada una de diferente color, forma y uso, tenemos hasta hierbas medicinales, en medio de tanta belleza natural está la fuente donde hay algunos peces. Todos los días sin falta toco el violín después de comer, es una rutina que mi difunto abuelo y yo hacíamos por la abuela.

Aún recuerdo cuando tenía 14 años vine aquí. Cuatro años fueron suficientes para que me enseñen a valorar la naturaleza y el poder que tiene la música sobre las personas. Suficiente tiempo para componer mis propias piezas sobre el violín y el piano. Suficiente para recordar a mi abuela con su vestido de campo manchado de barro, cuidando a la plantas, mientras nos escuchaba a mí y al abuelo tocando el violín. Y en la noche cuando no podía dormir tocaba el piano, despejándome la mente, para después escuchar la melodía del abuelo con el violín, haciéndome compañía aun estando cansado.

Tía Antonia dice que hay veces que llora recordando a los abuelos. Des de la muerte de los abuelos sigo tocando después de comer, mientras mi madre o la tía Antonia o algún sirviente se encargan de cuidar las plantas y darles de comer a los peces.

-Abuelo, abuela –me siento en la fuente de lado, mirando los peces –esta noche es mi primer baile y estoy nerviosa, todos dicen que no tengo porque estarlo, que debo comportarme como una dama –suspiro, levanto la mirada mirando el cielo despejado –me gustaría algún consejo, madre y padre aún están fuera asique no me pueden decir nada, ni siquiera en la cartas que me escriben no me dicen nada –sonríe de lado –es curioso ¿no? Como pasan los años. Ya tengo 17 años soy toda una "dama", según todos, pero yo me siento igual que cuando tenía 14 años. Lo único que ha cambiado es mi cuerpo –me rio –cuando me miro en el espejo veo a lo que todos dicen una hermosa dama, en cambio yo solo me veo yo ¿Es eso bueno? Bueno solo quiero que deseen lo mejor para que todo vaya bien, yo espero que si –me pongo de pie, pongo el violín en el hombro y el arco encima de las cuerdas, preparada para tocas –abuelo esta melodía la he compuesto yo. Bueno en realidad no la he escrito en partitura, está en mi cabeza. Espero que os guste, abuelo, abuela

El arco toca una de las cuatro cuerdas del violín, me dejo guiar por la melodía que me llevan a los recuerdos que tengo de los abuelos, de padre y madre, de la tía Antonia, de los niños de la escuela... todo está en mi mente, si la escribo en una partitura se me olvida y no tengo la misma sensación que cuando la toco.

El Caballero MisteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora