Te quiero

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Desperté en sus brazos sintiéndome tan segura que ni siquiera me preocupé por la hora, voltee a verlo y unos hermosos ojos debajo de un abanico de pestañas me examinaban iluminándome - Hola - le dije sonriendo, ya había superado la etapa de taparme la boca por miedo al mal aliento - hola - me dio un pequeño beso, estábamos abrazados frente a frente con piernas entrelazadas, un enredo total al amanecer, la mañana estaba fría, no quería ir a clases solo quería estar así con El todo el día - me siento tan cómodo así ¿Tienes que ir a clases? - pregunto como leyéndome el pensamiento, estaba a mitad del semestre, no había ninguna evaluación agendada y podría pedirle las notas a alguien, no es que pensara ganar un premio de asistencia ni nada - podría hacer una excepción, pero solo una, sabes que amo ir a clases - perfecto entonces - me dijo besándome provocador y pasando una mano por mi cuerpo - ¿que quieres hacer? - mi estómago gruñó, sonreí en modo de disculpa, ¡siempre tengo hambre es un don! - bien vamos a comer - dijo levantándose, llevaba solo boxers negros lo que me dejo observarlo descaradamente, su paquete, abdomen, espalda, ese trasero Si definitivamente tengo hambre, ¡pero de El! notó que lo miraba y se acostó encima de mi, dándome un beso suave y sensual de esos que invitan, se acerco a mi oído mordiéndolo - te alimentare  - halo de mi brazo sonriendo y me hizo levantar, no llevaba puesto nada mas que mis cacheteros de encaje negro, atravesamos toda la casa corriendo hasta la cocina me subió a la mesa y tapó mis ojos - ¿lista? - ujum - asentí sonriendo - abre la boca - dude - obedece - dijo en voz baja y sexy - Benet por favor - me riño, yo reí pero abrí la boca mordí y saboree - ¿ te gusta ? - era una fresa con chocolate obviamente me gustaba pero no tanto como este momento - responde Benet - si, me gusta - dije casi sin voz - ¿sabes? - dijo colocando otra fresa en mi boca y pasando su dedo por la piel de mi cuello - alimentar a la persona que quieres es un acto de completa intimidad, abre - otra fresa, la mordí hasta la mitad y El mordió la otra, comenzamos a basarnos de una manera tan deliciosa tan sensual, casi como el chocolate negro, probándonos sin poder esperar pero sin prisa a la vez, mis uñas comenzaron a pasear por su espalda y sus besos se acompañaron de suaves mordidas, de repente paró, se alejó un poco - desde que te vi en aquel café, mordiendo tus labios llenos de chocolate frente a tu libro, quise hacer esto - dijo untando de chocolate en varios sitios de mi cuerpo y luego lamiendo, solté un gemido y me removí - no te muevas, hay una razón por la que estas en la mesa - ¿cual? - eres mi comida - dijo con una risa, siguió lamiendo besando y mordiendo a través de mis pantorrillas, muslos, curveo cerca de mi clítoris subió por mis caderas, abdomen, senos, aquí se paseo un largo rato por mis pezones, yo era solo gemidos y respiración agitada, enterré mis uñas en su espalda a la altura de su cintura, subió por mi clavícula hasta llegar a mi boca, estaba a su merced, pero eso no me impidió apretarlo con mis piernas y brazos, mi manos paseaban por su espalda hasta llegar a su trasero lo apreté con mis uñas y baje sus boxers lo sentí reír - eres tan sexy - dijo - te deseo tanto - le dije desesperada por tenerlo dentro, al tiempo que tomó uno de los lados de mis pantys con sus manos y las bajo sonrió lo escuche abrir el paquete del condón y me mordí el labio esperando, mis pezones anticipaban su entrada levantados, lleno mi pubis de chocolate y bajo la cabeza dándome el oral mas increíble de mi vida que al raz del orgasmo hundí su cabeza con mis manos  y estalle en un muy sonoro gemido El continuo unos segundos y luego rompió el paquete del condón me apretó de las caderas masajeándo mientras entraba comenzamos a   tanto movernos poco a poco subiendo la intensidad del movimiento, arquee mi espalda y lo apreté a mi cuerpo aún más llegamos juntos al orgasmo El apretando mi cintura yo arañando su espalda destapó mis ojos, me miró y sonrió, tomo mis mejillas entre sus manos y me beso - eres una deliciosa trufa Benet - dijo tocando mi cuerpo - yo sonreí tocando su miembro - vamos a la ducha - dije tomándolo de la mano con picardía.

Pasamos  el dia juntos, haciendo el amor, viendo películas, ordenamos comida pues ninguno quería levantarse de la cama y si volvía desnuda a la cocina no había manera en que nos concentráramos en la comida, al final de la tarde me llevo al spa, cerré caja, revise las cámaras y el inventario por si algo hacia falta, luego fuimos por ropa a mi casa y cosas de la universidad,  volvimos a su casa y le prepare de cenar mientras conversábamos - ¿como dices que se llama? - lo mire con sarcasmo - pasta fría - hum - te gustara - Benet podrías darme comida quemada y seria feliz - ok tu primo podrá ser chef pero mi mamá me enseñó a cocinar y es la única persona que puede hacer que no me preocupe engordar con su comida, asi que es buena - eres hermosa Benet ¿porque te preocupa tanto engordar? - voltee a mirarlo - ¿me has visto? - oh si muchas veces - dijo seductor - Soy bajita de senos , trasero y piernas grandes si engordo pareceré una pequeña bola y no queremos eso - bueno mi pequeña pelota de playa desinflada lo que tu digas - dijo abrazándome no pude evitar reír - estas completamente loco - citando a la maravillosa mujer con la que comparto mi cama "¿hasta ahora lo notas?" - lo besé - bien esta listo, pasta fría o ensalada de pasta, como quieras llamarlo, tiene pasta corta , guisantes, zanahoria, tomate, aceitunas, jamón, queso mozzarella aderezado con queso crema y mostaza dulce espero que te guste Señor quisquilloso - ¿es una receta de tu madre? - "es una receta de tu madre" - repetí haciéndo mofas - claro que no solo utilice lo que hay en tu nevera - saque te helado y me serví - gracias Benet, buen provecho - dijo mordiendo suavemente mi mano - igualmente - dije un poco molesta, se que no soy la mejor cocinera pero cocino bien y mas la pasta ¡Tengo sangre italiana por Dios!, comenzó a comer - esto esta divino Benet, la verdad no quería comer porque a nadie lo llena la ensalada solo a ti, pero esta rico - claro que llena es pasta Adrián - nunca me llamas Adrián - cierto - ¿que pasa? - nada - no parece nada - bueno tampoco parece que te guste mi comida - pero me gusta esta muy rica, ya me la acabe mira - dijo mostrando su plato vacío - es solo que creí que no me llenaría yo como mucho lo sabes - dijo llenando de nuevo su plato - me gusta tu cocina Benet yo solo se hacer filetes, huevos revueltos  y pan tostado que a veces se quema - lo mire y sonreí - bueno, solo me molesta que no te guste mi comida, quiero que te guste - ¡quieres ganarme por el estomago he! - quiero ganarte todo - lo has hecho ya - dijo mirándome a los ojos, volví a sentir el Te quiero en la garganta pero no se atrevía a salir, en vez de eso me acerqué El y lo besé, diciéndome a mi misma que era demasiado pronto.

La sonrisa de BethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora