Respiro con dificultad, sentía su cuerpo desvanecer en cualquier instante, y es que su sangre no fluía muy bien, le comenzaba a preocupar si el cuello del Smoking le había quedado quizá un poco bastante apretado. Sentía la yemas de sus dedos picar, así que los movió ágilmente, como si estuviese tecleando, repitiendo el movimiento con constancia sobre su rodilla. Comenzaba a hacer calor, su cuerpo subió de temperatura, su garganta igualaba a un desierto. Apretó con fuerza su mandíbula. Luchaba contra el mismo intentado distraerse divisando a través de la ventana blindada y polarizada que el señor Horan había puesto para su hijo y familia, pero cada vez que veía el auto avanzar apresuradamente, el lugar donde se encontraba el señor Horan se acercaba y eso hacía a su corazón palpitar al cien. Trago fuerte y alzó la vista.A pesar del aire acondicionado, sus mejillitas teñían un colorado. Sus abundantes y rubias pestañas parecían cortinas que no dejaban ver el precioso color azul palo que había detrás de ellas, tantas ganas le entraron de querer ver aquellas pupilitas dilatarse exageradamente cuando lo veía a los ojos, le hacían ver tan adorable ansioso. Sus manitos, húmedas, sin poder estarse quietas en un solo lugar, ansiaban tocar todo, incluso, limpiaba el poco sudor fastidioso que empapaban de estás contra la tela negra del pantalón. Tan solo quería ver una sonrisa en sus labiecitos, sabía que no era el momento indicado, pero lucharía por eso hasta el último momento de su vida, y esa había sido su promesa consigo mismo. Miro detalladamente la bota de su pantalón, no muy arriba, exactamente unas pulgadas más abajo de sus tobillos, cubiertos por unas medias color negro de material extremadamente suave, sus zapaticos brillaban como sus ojitos, bien lustrados y sus cordones bien guardados, todo tan excelente, tan bien acomodado en su sitio, todo en el lucia a la perfección, lucia tan bonito, lucia como un dulce angelito.
Había cumplido muy bien su labor de haber envuelto muy bien a su bebito en un lindo Smoking, que por último, observó minuciosamente aquel corbatín rosa palo que le combinaba a la perfección con sus matices, pero, oh no, se había corrido un poco a la derecha. Elevó un poco su cuerpo con sus manos y se sentó a su lado, agarrando sus manitos, sintiéndolas empapaditas de sudor, admirando el precioso anillo bien encajado en su dedito que brillaba como la luna que poco a poco iba a apareciendo. El menor con timidez ocultó su sonrojado rostro entre sus hombros, el mayor levantó su mentoncito con delicadeza, le brindó una sonrisa cálida y protectora, no sin antes respirar hondo y tragarse sus miedos.
Por otro lado, miro a su izquierda. Aquella bella mujer, con la cabeza en alto y tan concentrada en sus pensamientos, no sabia que lucía tan hermosa, brillaba como un diamante ante los ojos del morocho, incluso, lo haría ante los ojos de todos los hombres en el mundo. Su vista parpadeo, despertando a la realidad, sintiendo su mirada encima y dirigiéndole la misma curiosidad y angustia, pero sobre todo, fortaleza, que nada más ellos dos sabían que tanta adrenalina corría entre sus cuerpos.
En realidad, todo era tan confuso, correr y no correr. Todos encerrados en un auto, sin ninguna amenaza ni obligación a estarlo, consumidos por el aniquilante silencio tan fulminante que abarcaba allí, se podía cortar con el filo de un cuchillo.
El nombre de la causa de ese extraño y desconocido temor, se llamaba Greg Horan, más conocido como el señor Horan.
Entrelazo su mano con la de su bebé, con fuerza y firmeza, besando de esta mientras sus ojos observaban los suyos, cientas de palabras transmitidas, pensamientos, ideas, sensaciones, sentimientos, pero no podían dar un paso en falso y retroceder. Por más que no querían, estaban tan cerca pero se sentían tan distantes.
No sabía a lo que se estaba enfrentando exactamente, o de hecho, si lo sabia.
Se estaría enfrentando a Harry.
Se estaría enfrentando al señor Horan.
Y se estaría enfrentando a ese alguien más que su corazón presentía con fatalidad desde que habían nombrado dicha reunión.
Cinco minutos, y sus vidas podrían cambiar. Tanto peligro concentrado en un solo lugar, todos reunidos en una misma jaula, todos aquellos llamados familia y aún así, los tres allí no podían ni respirar del fatal miedo que los apoderaba.
—Estas a punto de conocer a tu padre –murmuro, envolviendo su pequeña y temerosa alma con el cálido aliento de su voz.
Luchaba por hacer sus mejores intentos.
El menor esbozó una pequeña sonrisa, pero la angustia y la ansiedad predominaron en esta.
—No te dejaré, ¿está bien?
Sintió como estas palabras fueron nombradas al pasar del viento, soplandolas y esfumándolas mientras sentía sus pulmones apretujados, cortando su respiración, los latidos de su corazón bombeaban fuerte contra su pecho, gimiendo de dolor por sus agresivos golpes. Podía escuchar todo su cuerpo al mismo tiempo, colgando de un solo hilo, cuando de repente la puerta del auto fue abierta por uno de los escoltas y sintió un fastidioso pitido en sus oídos, ensordeciendo del fatal descontrol de su cuerpo, deteniendo su mundo por unos instantes segundos diminutos que dejaron ver en un pasmado suspiro, todo lo que sucedía a su alrededor con tanta lentitud, mientras su cabeza podía analizar la situación y maquinar sobre un plan. Escucho lentamente tres palpitaciones de su corazón, observó como parecía fantasía el mover sus piernas o sus manos, incluso sus dedos, como si algo lo impidiera y hubiese una máxima fuerza de gravedad, veía una nube blanca entre ellos, el temor lo invadió y busco entre sus espaldas la manito de su niño, que cuando al sentirla, despertó de esa enorme nube tóxica, reaccionando y regresando a la realidad.
—Te amo, Zayn.
Y esto último retumbó por sus oídos, como si una fuerte pesadilla inundara su pensamiento.
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A él le gusta que le partan el CULO | Ziall
Teen Fiction-Quiero hacerte mío -susurro contra su oído. -N-no quiero -dudo. -Se que quieres -agarro la entrepierna del menor, haciendo que ahogara un fuerte gemido- Shh... -tapo su boca- No querrás que tu hermano se entere. ¿O sí? Negó rápidamente. »ziallshit...