Trabajando Con Michael Jackson - Fanfic {#MoonwalKingAwards2017}

21. "Un Día Marca Una Diferencia"

—¿De verdad es necesario que regreses a Nueva York? —La voz de Michael hace que la corriente de pensamientos que transita por mi mente se esfume—. Anhelo que te quedes conmigo.

No respondo inmediatamente, me limito a parpadear varias veces para eliminar el aturdimiento y la desorientación provocada por su repentino cuestionamiento.

Me demoro unos momentos más en procesar el mensaje que el hombre de bucles negros expresa, pero cuando lo hago, un destello de culpabilidad se apodera de mi cuerpo.

—Sí, Michael. —Digo, evitando el contacto visual que intenta construir conmigo—. Mañana mismo estoy allá.

Mis manos transpiran y, por un momento quiero soltarlo y salir corriendo debido a lo mal que me siento por irme. Él se limita a guardar silencio durante largos instantes mientras continuamos con nuestra caminata matutina.

—No quiero que pienses que me marcho porque así lo deseo. —Puntualizo—. Sabes que esto no depende de mí. —Muerdo la parte interna de mi mejilla.

—Yo lo entiendo. —Masculla con la voz ronca—. Sé que tu trabajo y los asuntos que tratas con William tienen una cierta importancia. —La punta de su lengua se pasea por los límites de sus labios—. Pero, ten en cuenta que eso no evitará que te extrañe.

Otra oleada de culpabilidad y remordimiento me golpea con violencia, sin embargo, no la detengo.

—Tampoco quiero que te sientas menos. —Inquiero las palabras correctas—. Nada puede ser más importante para mí que tu persona.

Se detiene haciendo uso de la mano que está entrelazada con la mía, de modo que ahora estoy enfrente de él. Trago duro en un esfuerzo por desaparecer el nudo que se ha instalado en mi garganta.

—¿Cómo esperas que me mantenga relajado cuando conozco los peligros que enfrentas? —Su ceño se frunce—. No me pidas cosas imposibles, amor.

—Escúchame. —Digo, ahuecando su rostro entre mis manos—. No me va a pasar nada, tampoco van atentar en contra de mi vida, mucho menos voy a sufrir daños. —Musito con voz tranquilizadora pese a que estoy asustada hasta la medula—. No te atormentes ideando escenarios fatalistas. Necesito que estés consciente de eso.

Michael parece leerme la expresión ya que sacude la cabeza en una negativa frustrada.

—Tienes que dejar de ponerte la máscara de mujer fuerte, al menos conmigo —Dice, con aire severo—. Sé que angustiarme no es tu voluntad, pero no logras engañarme con ese discurso.

Un suspiro cansado se me escapa.

—Trato de manejar mis problemas lo mejor que puedo. —Cierro los ojos con fuerza—. Soy una adulta, no es apropiado que en vez de buscar alternativas permita que mi ausencia las otorgue.

—Eres tan complicada. —Se queja clavando sus ojos en los míos.

—Y tú tan testarudo. —Utilizo el mismo tono. Sus brazos rodean mi cintura reduciendo la distancia entre nuestras anatomías—. Tan terco, tan...

Entonces, su boca me ataca en un beso feroz, estableciendo un ritmo delirante. Su lengua explora cada rincón de mi cavidad bucal intensificando el contacto.

—Cállate. —Nuestras frentes siguen unidas—. Piensas demasiado.

Trabajo en normalizar mi respiración.

—Michael...

—Hablo en serio, Rebeca. —Insiste—. Asimilar que nuestro próximo encuentro es en meses no es sencillo.