Hace un mes desde que fue el funeral y aún se siente como el primer momento en que empezó esta locura. La culpabilidad no me ha permitido conciliar el sueño; cada vez que cierro los ojos vuelvo a ese oscuro día, a ese maldito instante.
Aún no sé cómo y de dónde voy a sacar las fuerzas para enfrentarme a William y decirle que Raymond, el hombre que lo acompañó durante todos estos años, fue víctima de quienes anhelan su cabeza, no me siento capaz de explicarle que murió asesinado por los bastardos que están detrás de nosotros.
Estoy consciente que llorar no va a traerlo de vuelta, tampoco va a borrar este dolor de nuestros corazones, mucho menos va a cambiar el pasado. Pero no he logrado reprimir los impulsos que me asaltan y me dejan completamente seca y exhausta. Durante los dos años que mantuve una relación con Kendall, Raymond me trató como parte de su familia y le tengo un cariño enorme por todas las atenciones que tuvo conmigo.
Todos hemos continuado con nuestras actividades cotidianas, la diferencia es que ahora nos turnamos para decidir quién se queda en el hospital con William. No ha despertado del coma en el que, al igual que su fallecido chofer, fue inducido.
He tratado de rendir a los niveles que Angelo exige, sé que puedo manejar la presión que se ha encargado de añadir en mis hombros y demostrarle que se equivoca. No voy a descansar hasta que esa propuesta pase a ser un hecho en mi carrera. No voy a detenerme hasta refutarle sus propias palabras.
—¿Rebeca? —La voz de Oscar retumba en mis oídos y mi vista se alza para enfocarlo tomado de la mano de Sofia—. Ya es hora de irnos, casi todo el personal de la empresa se retiró.
Un suspiro cansino es expulsado de mi organismo y en el proceso me las arreglo para asentir hacia su dirección.
—Sólo denme un momento. —Digo, mientras empiezo a juntar los pinceles y tapar las pinturas para después guardarlas en un estante.
Una vez que me aseguro de dejar cada objeto en su respectivo lugar me apodero de mis pertenencias y me apresuro a abandonar mi lugar de trabajo. Mis amigos me esperan ansiosos y con gesto impaciente, y sé que eso solo puede significar una cosa; tienen una cita.
—No es necesario que hagan esto. —Espeto al tiempo en que nos introducimos en el extenso perímetro del estacionamiento—. Puedo ir al hospital por mi cuenta.
La pareja que camina enfrente de mí no parece inmutarse en lo absoluto debido a mi comentario, Oscar alza los hombros y Sofia se limita a guardar silencio.
—Lo sabemos Rebeca, pero tu nueva rutina apenas y nos permite seguirte el ritmo. —Mi amigo habla luego de una pequeña pausa—. Eres más que nuestra mejor amiga y nos preocupas.
—Queremos darte más que un saludo Rebeca, queremos salir, conversar contigo, hacer un maratón de películas juntos. Cosas que antes solíamos hacer. —Sofia explica y no me pasa desapercibido el tono triste que se cuela en sus palabras.
—Lo siento chicos. —Hago una mueca—. Han sido tiempos bastante difíciles. —Sueno más afectada de lo que pretendo.
Ellos esbozan una sonrisa amable, pero tensa. No tardamos demasiado en abordar el auto plateado de Oscar y tampoco nos atrevemos a pronunciar nada más durante un buen rato.
—No veo la hora en que Benny se reincorpore a la empresa. —Oscar murmura concentrándose en el camino—. Desde que llegó Angelo la mitad de los empleados fueron despedidos y los demás somos explotados.
—El ultimo día que lo vimos lo encontré muy bien. —La chica pelirroja masculla paseando sus dedos por los bordes de la ventana de vidrio a su lado—. Observé que a la salida se quedó tratando algunos asuntos con gente que no pertenece aquí.
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Trabajando Con Michael Jackson - Fanfic {#MoonwalKingAwards2017}
FanficElla era fría y se enamoró, entonces sintió lo que nunca quiso, creyó en lo que nunca pensó y amó a quien nunca imaginó. Obra registrada en Safe Creative con el código 1612210162110, prohibida su copia o adaptación. Portada hecha por XxContrerasx_