Capítulo 1.

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Theodore Nott era un chico tranquilo. No se metía en problemas, ni suyos ni ajenos, y no obstante conocía los trapos sucios de medio Slytherin. Escuchaba más que hablaba y era célebre por su discreción, así que en su casa solían tenerle por un "tío legal". Por eso, solían pasar por alto sus rarezas. Rarezas como no meterse con los impuros, no odiar a los Gryffindor y no considerar su obligación asustar un poco a los alumnos de primero,—ya sabes, alguien tiene que hacerlo —decía Draco Malfoy a menudo.

En cambio, para los Ravenclaw, Luna Lovegood no tenía rarezas. Era una rareza. No se podía negar que cuando menos, Lunática Lovegood era diferente. Para empezar llevaba un hortera collar de corchos que despedía un leve olor a cerveza de mantequilla a su paso.
Lucía unos pendientes de rábanos habitualmente,aunque los alternaba con otros tipos de tubérculos y solía colocarse la varita detrás de la oreja y pasarse horas buscándola por cualquier rincón de la Sala Común de Ravenclaw pensando que la había perdido.
Pero su rareza no se limitaba a su aspecto físico, no, porque Luna solía creer en las cosas más extrañas. En polillas invisibles, snorckacks o pumpikers.

Y no, nadie aparte de ella parecía saber qué demonios eran esos bichitos.

Eso la hacía blanco de numerosas burlas y malas pasadas, la mayor parte de ellas a cuenta de Slytherins.

Theodore por su parte, había visto a Draco Malfoy y su pandilla aterrorizar y extorsionar a muchos alumnos de Hogwarts, y aunque no le gustaba que lo hicieran, nunca se había metido en ello. Pero ese día las cosas fueran diferentes, raras.

La Luna y La Serpiente [Theodore Nott Y Luna Lovegood]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora