the revolution of my heart

Sanación.

Donde empezó tu búsqueda, comenzó mi olvido o más bien tu olvido.

¿Por qué tenía que ser tan agradable conmigo? Antes de besarme, juro que me miró unos segundos casi con la misma admiración con la que ambos lo hicimos minutos atrás con el cielo estrellado, y el sentimiento del culpa fue tan intenso que no me hubiera importado recibir una paliza si él hubiera sido consciente de que mi única intención era perderme en otros labios que no fueran los de ella y ahogarme en las penumbrosas aguas de mis lagunas mentales. 

Todavía soy capaz de sentir su mano recorriéndome la espalda delineando las costuras de mi cazadora, sus dedos de piel áspera y fría sobre los míos prontos cerrados sobre mi culo, la calidez de su boca con un sucio olor a tabaco arropando mis temblorosos labios... Y aún así, mis pensamientos se quedaron estancados en los carnosos labios y porcelanosa piel de la flautista.

Cuatro semanas, pensé. Cuatro largas semanas.