Nocividad.

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Hoy no sé si tuve un sueño o si se trataba de una pesadilla. Estaba desquiciada, no podía comprender si todo eso era realidad o mentira. No podía distinguir lo real de la fantasía, que sucedía conmigo, donde estaba mi suelo, y donde estaba mi cielo. No sabía si correr al norte o al sur. Me convertí en nada, era simplemente nada. Tenía la sensación de que un veneno mortal hubiera entrado por mis venas, el cual me iba matando sin compasión. El veneno se iba abriendo camino por cada célula, cada partícula de mi interior hasta llegar a mi corazón y sentía como mi cuerpo estaba luchando contra este que ya había entrado con todo su poder de destrucción en cada cavidad de mi cuerpo. Necesitaba un antídoto para detener esa toxina y en mi mente enferma de tanto odio y amor, la única imagen que se me venía una y otra vez era su rostro. Podía visualizar sus ojos ambarinos tan bellos y enormes pero tan mentirosos susurrando a la muerte. Y usando la mejor arma que tenía, sus suaves labios con sabor a pólvora mojada de guerras pasadas, en voz tierna y dulce me decía: "Si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, bella instantánea muerte".

Y la besé.

the revolution of my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora