Ambos hombres y mujeres trabajan duro en la aldea. Cuando la estación de sembradío llegó, el pueblo entero estaba ocupado con las preparaciones.
En el estimulante sol de la mañana, la campana sonaba y las personas se dirigían hacia las granjas. Las gotas de sudor brillaban con la luz tenue del sol sobre las frentes de los hombres cultivando el suelo. Las mujeres cantaban y hablaban mientras ayudaban en la siembra. A medio día todo mundo sentado y relajado comían sus almuerzos que habían estado empacando en la mañana. El pan recién horneado, preparado por las esposas de los hombres, los ayudaría a recobrarse de la fatiga.Para los aldeanos, trabajar los campos era como criar a los hijos. Con el amor de los aldeanos y la bendición de la naturaleza, habría una buena cosecha dentro de poco.
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La Aldea
Short StoryHay una aldea, dirigida por malas enseñanzas, una aldea de tristeza. Ninguna flor por el camino, ninguna voz festiva, ninguna huella del calor de vida dondequiera que te encuentres. La única pista de los aldeanos que solían vivir aquí está puesta en...