capítulo 5.

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  - Así que los protegeré  tanto a Lucy y su hermano.
  Me veían de forma seria.
  - Fue una accidente, Sky- dijo Jin.
- No es tu culpa, como dijo Jin es un accidente- hablo Jimin.
  No dije nada más y baje la cabeza.
Todos continuaron comiendo, yo comí lo mas rápido que pude. Salí corriendo a mi habitación para llamar a Zack.
Llame como 3 veces y no contestaba, hasta que alfin contesto.
  - ¿Sky?
  - ¡ Zack!
  - ¿Qué sucede?
  - Necesito entrenar mas mañana.
  - ¿Qué?
  - Sí, quiero entrenar el doble.
  - Sky, eso es mucho rendimiento.
  - No me importa, por favor.
  - De acuerdo, a partir de mañana saldras mas tarde.
  - Sí- Sonreí.
  Rápidamente me puse mi pijamada, antes podía ponerme una vata pero ahora ya no , solo me pongo un short y una blusa ancha y esperó hasta que los chicos se duerman para salir al baño o tomar agua. Pero en esta ocasión me puse la vata ya que estaba sucio mi pijamada.
Aseche por el pasillo, todas las luces estaban apagadas, aproveche para salir como un ratón.
Fui directo a la cocina, el silencio era total, era una calma.
Una vez llegando a mi destino, abrí el refrigerador en busca de agua fría, hasta que de pronto la luz de la cocina me reveló.
Mire para ver quien había prendido las luces.
  -¿Nam?- dije con el jarrón en la mano.
  - Hola, Sky- dijo rascándose la nuca y sus ojos clavados en mi ropa.
  - Bueno, y, ¿ que hace despierto?
  - Vine a lavarme la cara, tuve una pesadilla.
  - Pero si el baño esta del otro lado.
  - Es que queda mas cerca aquí- sonrió.
  - Ya veo- me vire y serví el agua en un vaso.
Me sentía incomoda en esta situación, pues la vata era sumamente delgada para notar la silueta de mi cuerpo.
  - Bueno hasta luego- metí el jarrón al refrigerador pasando enfrente de Nam. Pude notar una sonrisa pícara en su rostro.
Salí de inmediato como un rayo tapando mi rostro de la vergüenza. Si pudiera verme en un espejo les juraría lo tomate que estaba.
Fui a mi cuarto de inmediato para no toparme con alguien más. Agarre mi vaso de agua y lo puse en el tocador ya toda vacía.
Fui a mi cama y escuche que alguien toco.
Abrí la puerta y era Jungkook con una cara preocupante.
Lo deje pasar.
  -¿Qué pasa?
  -Podemos hablar.
  - Claro.
  -Pero no aquí.
Salio de la habitación, este aura se veía serio por lo cual no me importaba estar en vata adelante de él.
Me llevo hasta la sala, se sentó en el mueble y luego golpeó el haciento con pequeñas palmadas.
Me senté como unos 8cm lejos de él.
  - Dime- hable.
  - Sabes, tengo miedo de lo que pase- miraba el techo- por favor no dejes que nos pase algo.
Miraba a Jungkook, de pronto baje la mirada.
  - No te preocupes ya tenia planeado algo.
  Sus ojos brillaron.
  - Cuando agarre el avión, los dejare en otro país y yo sola me iré a trapar a ese mafioso.
  - ¿De verdad?
  - Si, no le digas a nadie, no arriesgaran nada.
  Saco una sonrisa y de inmediato me abrazo.
  - Eres valiente- sonrió.
  Me puse roja de inmediato, si alguien nos vería de seguro pensarían mal.
  -No vallan a pensar mal- intente de soltarme.
Me miro confundido y después bajo la mirada, pude notar su rostro arder.
  -Lo... siento-dijo de inmediato, clavando su mirada en donde menos quería que viera.
  -No importa, buenas noches- me levante enseguida.
  - Que bonito tracero-susurró.
Fingí que no escuche nada y continúe con mi camino.
Vivir con 7 hombres no es nada fácil y mas si eres la única chica. A veces me parecen agradables pero hay veces que son insoportables.
A pesar del poco tiempo que he estado conviviendo siento que los quiero como hermanos. Ellos me han enseñado nuevas cosas como bailar y cantar. Que incluso se sorprendieron que aprendo rápido.
Regrese a mi cuarto y ahora si fui a dormir.
El despertador sonó, lo apague de golpe y continúe dormiendo unos cinco minutos mas.
Comencé a escuchar gritos en el comedor por lo cual abrí mis ojos automaticamente. Me puse una blusa rapidamente y un short. Agarre un bate que tenia hace años. Abrí la puerta y salí corriendo bajando las escaleras sin zapatos.
  - ¡¡Salgan!!- dije mientras buscaba a los impostores.
  Mire hacia los chicos y vi que me miraban confundidos.
  - ¿Eran ustedes?- los miraba a los ojos.
  -No funciono-dijo Nam.
  -¿Qué?
  -Si, ya me di cuenta, nimodos-dijo Yongi.
¿De que están hablando?
  -Demasiado tarde, yo quería ver- hablo Jin con brazos cruzados.
Son extraños.
  -Bueno, al menos yo lo disfrute-dijo Nam con una sonrisa como la de anoche.
  - Ustedes cada vez mas son raros-dije mientras subía las escaleras.
  -Tiene bonitas piernas-dijo Jimin.
Eso si lo había escuchado, él es pervertido al igual que Jungkook.
Baje de las escaleras mirando a Jimin.
  -Te escuche- le mostré el bate.
  Él comenzó a rascar su nuca.
Seguí subiendo la escalera para cambiarme e irme a la escuela.
Rápidamente me di una ducha, agarre mi uniforme y me lo puse.
Me gusta ir con tenis o botas, aunque existen los zapatos escolares. Mi principal look es ponerme una cinta en la cabeza como símbolo de diadema y hacerme una coleta alta.
No me maquilló porque pienso que es importante para ocasiones especiales.
Baje de nuevo las escaleras y Jin ya había preparado la comida.
  -Esta lista la comida- me miro.
Asentí y fui a la silla.
La comida de Jin era muy buena, no les podía preparar a los chicos comida coreana porque no sabia ninguna. Jin y yo nos turnamos, él hace el almuerzo y yo la cena. A veces compró el desayuno o entre los dos lo hacemos antes de que me baya a la academia.
  - Jin tienes que enseñarme la receta de esta comida.
  - Claro- dió un bocado.
  -Me gustaría probar tu versión-dijo Ho Seok.
Mire a Ho Seok y le regale una sonrisa.
Termine de comer y fui directo a cepillarme para ir a la escuela.
Me despedí de los chicos y salí corriendo para agarar mi autobus
Lucy ya estaba ahí con sus audífonos como siempre.
  -Hola.
El autobús se asomo y subimos.
  - ¿Cómo están mis esposos?
  - jejeje bien.
  - Me hubiera gustado que seas mi cuñada lastima que ya te gusta Zack- puso su mano en mi hombro.
  - Ni siquiera le gusto a tu hermano.
  - Cierto- sonrió.
  Lucy y yo nos gusta ponernos en la parte tracera.
  - Te traje un regalo.
  Le robe una camisa a Yongi, a ella le gusta mucho.
Abrí la mochila y note un pequeño brillo. Sabía que era del chip.
Lo agarre sin sacarlo.
  - París- susurré.
  El chip tenia escrito eso y aparte un nombre extraño.
¿Esto podría ser una pista?
Saque la camisa y se lo di a Lucy, después le mostré el chip.
  -Esto es interesante-miraba como brillaba.-Puede bajar por favor.
  - ¿Qué haces?.
  El autobús bajo enseguida solo habíamos avanzado una cuadra.
  Lucy me agarro de la mano y bajamos, los demás chicos de mi escuela nos veían.
-Iremos a mi casa-dijo seria.
  -¿Qué?
No me soltaba para nada de la mano, sospechaba que sería capaz de escaparme.
  - Sky, creo que ya es comento.
  -¿A qué te refieres?, ¿crees que sea una pista?
Ella no me explicaba la foma de su comportamiento, me estaba preocupando.
Después comenzó a correr parecía una niña.
  - ¡ Lucy!- no me respondía.
Hasta que llegamos a su casa, al parecer su hermano estaba ahí.
  - ¡Hermano!-gritó.
  Él salió de la cocina.
  - ¿Sí?
  - Mira.
  Me extendió la mano.
  - ¿Qué?
  - El chip.
  Saque el objeto de mi mochila, se lo di y después a su hermano.
Ella cerro todas las ventanas, quedando en plena oscuridad. Enseguida su hermano noto el brillo.
  - Esto puede ser una pista- tocaba sus lentes.
  - Explica- me acerque.
  - Este puede ser el nombre del creador y en donde se emcuentra. No sabemos si fue secuestrado o es parte de ese comando por las buenas.
  - Había escuchado que antes que mi hermano trabajara en la academia, había otro.
  - Pueda que sea él.
Era mucha coincidencia el señor Brown nunca me dijo de esto.
  - Sky, tendremos que ir a París esta noche-dijo su hermano de Lucy abriendo las cortinas.-Prepara todo, dile a los chicos, nos veremos hoy en el aeropuerto.
  - No robaremos un avión-hable rápidamente.
  - No es necesario por el momento- sonrió.
  -Le diré a los chicos- salí inmediatamente.
Lucy me presto su patineta y fui directo a la casa.
Abrí y estaban cantando, Yongi tocaba el teclado.
  - Hola Sky, se te olvido de nuevo tu tarea-dijo Jimin.
  Los mire detalladamente.
  - Chicos esta noche nos iremos al aeropuerto.
  Se miraban uno con otros
  - De acuerdo-dijo Nam.
  - Por favor empaquen.
  Los chicos se iban a sus habitaciones para preparar sus cosas.

Por mi parte ya había hecho mi maleta. Investigue la estación en París al parecer en primavera- verano no hace tanto calor. Así que deje algunas blusas de manga larga pero la mayoría de manga corta.

Cambie algunos pantalones por shorts, y agregue más zapatos. No sé cuántos días podríamos quedarnos ahí, así que agarre dinero suficiente para un mes más o menos. Desde que murió mi padre, de lo que ganaba a mí se me dio para poder mantenerme.

Una vez que termine, rápidamente me cambie de ropa, poniéndome un short de mezclilla, unas sandalias y una blusa de top demasiado fresca. Salí a las calles de New York, para ir a buscar a un restaurante cercano.

La gente se movía de un lugar a otro, se podía ver la prisa y desesperación de algunos, otra estaba llena de energía y otras tristes se notaba por sus expresiones faciales.

Agarre mis audífonos, y con mi celular puse una canción sumamente movible, con mis manos seguía el ritmo y veía mi alrededor atentamente.

Cuando llegue al restaurante, abrí la puerta, mira para todos lados y note a Zack sentado a un lado pegado de la ventanilla con un capuchino y una canasta con panes sumamente deliciosas.

No lo pensé, fui directo a él.

-Hola- sonreí.

Verlo fuera de la academia era completamente diferente. Llevaba un pantalón de mezclilla rasgado con una camisa suelta gris. Un gorro negro como su tenis y unos lentes sin aumento. Podría jurar que estaba gallardo. Era la primera vez verlo así. De seguro tenía la cara como la pintura famosa de Edvard Munch.

-Hola Sky, toma asiento- agarro su capuchino y enarco las cejas.

-¿Vienes seguido aquí?- examinaba el lugar con la mirada.

-Sí, queda cerca de la Universidad- sonrió.

-Sí, pienso ir también ahí.

-¿Enserio?, espero verte ahí entonces este año.

-Sí- mire el suelo, ¿seguiría con vida después de todo esto?

Una señorita, como unos 21 años, se acercó.

-Buenos días, ¿Qué va querer?- dio una sonrisa agradable, era linda, sus ojos eran como el mar azulado, su cabello castaño y sedoso. Ojala supiera sus secretos de belleza.

-Deme un café de vainilla, por favor- en un cuadernillo anotó.

-Ahora vengo- se retiró de nuevo con la misma sonrisa.

Mire a Zack, estaba comiendo un pan con crema. Mi favorito.

-¿No deberías de estar en la escuela?- remojo el pan.

-Suspendieron las clases, solo por hoy- invente lo primero que se me ocurriera.

-Qué suerte, si quieres podemos ir a otra parte.

Sentí un corazón agitado por su invitación.

-Me gustaría- sonreí.

-Bien.

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