Capítulo 6.

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Mi capuchino y su café estaban en nuestros estómagos, ambos vasos vacíos solo con la espuma.

Sólo sobraron dos panes en la cual guarde en una bolsa. No dejaba de sonreírle a Zack, y mis labios apretar que estaba con él un momento como este.

Salimos del restaurante ¨The much¨ no había notado pero al pasar adelante pude sentir su aroma, un perfume muy masculino pero relajado, muy pegado a su personalidad.

Seguimos caminando, mientras saludaba a conocidos, algunos eran chicas muy bellas. Eso me disgusta, no de un modo celoso sino de nostalgia.

-¿Por qué quieres entrenar de más?

Abrí mis ojos, no quería mentirle pero era lo mejor.

-Quiero mejorar.

Me veía extrañado, él no es tonto, sé que sospecha de mí.

-Oye esos chicos este seguro que son aprendices, no sé, se ve que no saben pelear.

Trague saliva, cada vez más sospecha.

-Si lo son, como dijo Lucy, son bromistas- sonreí de lado.

-De acuerdo- sonrió.

Pasamos por una tienda, no dejaba de ver las ropas, eran de mi gusto. Amaba usar las medias de rejilla acompañada de pantalones rasgados con un top.

Zack entró a la tienda y agarro la blusa que tanto me gusto, le dio dinero a la señorita y salió.

-Toma- sonrió.

-Pero...-me sonroje.

-No hace mucho fue tu cumpleaños, así que no sabía que regalarte, hasta que al fin lo sé.

Agarre la bolsa, mis ojos ya eran un universo.

-Gracias.

Seguimos caminando hasta llegar al centro comercial. Estaba bastante lleno, eso me gustaba.

-¿A dónde quieres ir?

- Que tal a una tienda deportiva.

-Suena bien.

La tienda era un poco pequeña pero cómoda, conozco a Zack le gusta este tipo de lugares.

-Crees que me quede- agarró una camisa suelta.

-eres guapo todo te queda-dije verdad.

-¿Qué dices Sky?- sonrió.

-¿Qué dices Zack?-sonreí.

-¿A caso te gusto?- mis mejillas ardieron.

-¿A caso te gusto?-repetí.

-Sí- entre cerró los ojos.

-Sí- repetí, sabía que estaba jugando.

-Hay Sky, sabes jugar- dejo la camisa y fue por otra.

Si tan sólo supieras que no lo hice.

Checaba cada camisa, se veía que le gustaban varías. No dejaba de verlo, estaba segura que debía decirle lo que sentía antes de irme. ¿Por qué no lo hago ahora?, era muy tímida para este tipo de cosas.

Hasta que afín decidió alguno fue directo al cajero. Yo por mi parte adelante mi paso, mi corazón temblaba al igual que mis piernas.

Salió de la tienda después de unos 2 minutos.

-Aquí estas.

Su cara cambió a una preocupada.

-¿Pasa algo?, estas completamente roja.

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