Capítulo 12

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La noche se me hacía eterna, ni siquiera mis ojos daban señal de descanso. Tomaba delicadamente la botella de vodka que recogí de nuevo en la cocina. Y miraba en mi ventana el hermoso paisaje de París. Las luces reflejaban su esplendor.

Saqué de mi cuaderno en lo cual, escribí unos numerosos mensajes a cada uno de las personas más importantes de mi vida. ¿Cuál era mi plan?, pues, si era un sitio aislado es perfecto para activar la bomba. Segundo plan esperar al equipo de rescate de mi academia y esperar que saquen a todos para activar la bomba del chip. Tercer plan escapar con todo el chip, e irme a un sitio lejano y activar la bomba. Cual quiera de los tres planes podría morir. Lo importante es que ninguno de estas personas de esta casa sea lastimado.

Salí de mi habitación para devolver la botella de lo que sobro. Todos estaban durmiendo pues estaban cansados. Entre a cada recamara de los integrante de esta casa y deje las cartas a cada uno de sus cajones. Lo marque con un punto y la inicial de mi nombre SB.

Las 5 de la mañana, el aparato parpadeaba. Lo puse en mi oído. Era el papá de Gisele.

¨Tan temprano como siempre Sky¨¨

-Si como sea- bufe.

¨¡No me faltes al respeto!, mocosa, pero bueno. A las 6 te veo por la Torre Eiffel, sólo quiero que estés tú y mi hija. Se puntual¨

-Puedo llevar al menos alguien para asegurar

''Sólo a una persona¨...

...

Fui a la recamara de nuevo de Gisele para levantarla y fui a buscar a Jin por ser el mayor de todos. Conducimos hasta la Torre Eiffel durante el camino les explicaba lo que el padre de Gisele me había dicho.

Llevamos puntual, no había tantas personas en ese lugar, solo unos cuantos, ahora entendía porque a esa hora. Era un lugar público por lo cual no convenía hacer ningún escándalo así que era un trato limpio. Muy astuto.

-Sky- susurró Jin- No te vez nada bien, ¿hay algo que nos ocultas?

-Nada- esperaba el maldito carro en llegar.

Ahí llegaba una camioneta de rojo vino. Se abrió la puerta, un hombre con las mismas faciales de Gisele. Era atractivo pero era un mafioso. Un desperdicio de vida. Portaba una ropa decente, examinaba cada parte de su cuerpo para poder encontrar alguna pista o sospecha. Por su cintura guardaba un arma que lo cubría su chaleco de lana.

-Siempre obediente,- sonrió- Esto es lo que quiero, me entregas el chip y a mi hija y nos dejas en paz y te devolveré a tus amigos sin ningún problema.

El carro se abrió sacando a Jimin y Lucy atados de las manos. Lucy se veía catastrófica, pues, el maquillaje de sus ojos estaba escurrido. El pelo todo revuelto y sin zapatos. Jimin estaba peor, su camisa desgastada y un moretón en su labio. Era espantoso verlos así. Mi culpa engrandeció más. Tenía ganas de sacar una lágrima pero me contuve.

-Padre, ella viene conmigo- dijo Gisele.

-¿A qué te refieres?

-Le metí el aparato de desbloque, total ella es la cabecilla de todo esto- sonrió maliciosamente- Así podrá estar vigilada. No crees que sea mejor tener a ella de presa que esos imbéciles- sabía que estaba fingiendo así que también actuaba.

-¡¿Qué?!- dije espantada- ¿En qué momento?

-Cuando dormías, es una lástima que ni siquiera sabes cómo mantener encerrada a una persona. Te falta inteligencia, mujer- se acercó a su padre, tomándome de la blusa.

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