CAPÍTULO 2

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Luego de un día agotador en el colegio y una tarde relajante tomando café y comiendo torta de chocolate en mi dormitorio mientras veía una película, el sol comenzó a perderse por el horizonte, y decidí comenzar a prepararme para esta noche.

Elegí ponerme un jean que se amoldaba bien a mis piernas, una blusa de tirantes negra y arriba un sweater color beige con unos tacones del mismo color, me delineé los ojos, puse a penas un poco de rímel en mis pestañas para que se vean más largas y coloqué gloss transparente en  mis labios.

Eran las diez y media de la noche, por lo que ya tenía que ir a casa de Angie volando, ya que ahí estaría con Chaz, Kate y Ryan esperándome para comer unas pizzas y luego salir a donde sabrá dios. Cogí mi cartera y baje rápidamente las escaleras para despedir a mis padres.

      - Mamá, papá, me voy a casa de Angie así luego salimos- les dije.

      - ¿A dónde irán?- me pregunto mi mamá.

      - No lo sé- le respondí mientras me fijaba si llevaba el celular en la cartera.

  -Ok, tengan cuidado, cualquier cosa estaremos en casa de tus tíos- me dijo mi papá acompañándome a la salida.

       -De acuerdo papá- le dije mientras le daba un beso en su mejilla.

Cogí mi abrigo negro y me encaminé hacia casa de Angie.

Después de que Kate empezara a salir con Ryan, luego de que Chaz y Angie los presenten, yo había comenzado a pasar más tiempo sola, ya que los fines de semana salían los cuatro juntos y yo nunca aceptaba  ir con ellos porque sentía que estorbaba, aunque ellos siempre lo negaban y decían que no los molestaba ni nada de eso.

Por ahí me gustaría encontrar un chico y enamorarme, pero después me pongo a pensar que seguramente voy a sufrir por amor y automáticamente se me va la idea de conocer a alguien.

Toqué la puerta del departamento de Angie, ella vivía sola, ya que sus grandiosos padres le habían regalado esa maravilla de departamento el año anterior para su cumpleaños número 15. Generalmente Kate y yo nos quedamos durante una semana completa cada mes para hacerle compañía y pasar más tiempo juntas. Desde fuera se  escuchaba la risa de Angie, la puerta se abrió y me dejo ver a una Angie realmente feliz.

      - Hasta que por fin llegas tortolita, ya se estaban enfriando las pizzas- dijo corriéndose a un lado para que pudiera entrar hacia el interior de la casa.

Solo le dedique una sonrisa como modo de disculpa por llegar atrasada, cuando entre dentro el cálido ambiente rodeo todo mi cuerpo, por lo que sentí que no necesitaba del abrigo ahí, así que decidí sacármelo y dejarlo sobre el respaldar de la única silla que estaba vacía en el comedor.

     - ¿Se puede saber que estabas haciendo que no llegabas más ______?- me pregunto Kate entrecerrando los ojos.

        -¿Hola no?- dije fulminándola con la mirada.

        -Hola- dijo negando divertida con su cabeza.

         - Hola Chaz, hola Ryan- dije moviendo mi mano como modo de saludo.

         -Hola- me saludaron al unísono, mientras sonreían.

Luego de haber llenado completamente nuestros estómagos con las deliciosas pizzas, decidimos que hora de salir, ya que estaban por ser las una de las madrugada.

My Sweet DrugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora