Estaba tumbado en mi cama, vestido únicamente con una bata blanca. Tenía una bandeja de comida a mi derecha y la tele estaba encendida,
retransmitiendo un partido de fútbol. La sala hubiera sido acogedora, si no fuera por la multitud de máquinas extrañas que me rodeaban, llenas de tubos y de alguna que otra bolsa de sangre. Mi sangre.
Desde la cama no veía muy bien a través de la ventana así que me levanté,poco a poco, como si fuera la primera vez que lo hacía. Aunque lo cierto es que era la segunda primera vez. Me acerqué a la ventana y descubrí el mundo. Grandes edificios miraban por encima del hombro a cientos de viviendas, pequeñas y de todas las formas y colores. Y muchas personas, muchísimas. Algunas conducían coches, otras salían de las tiendas. La mayoría caminaban a toda velocidad, llenando las aceras. Vi a una pareja besándose y entonces me vino a la mente lo sucedido hace un momento. Y empecé a buscar mujeres rubias entre los peatones, llamándolas a gritos, con la esperanza de encontrar aquellos labios.-EEH, LA DEL PELO DE COLOR AMARILLOO, ¿ME HAS BESADO HACE UN MOMENTOO?
Nada.
-HOLAA, AQUÍ ARRIBAA. NECESITO SABER QUE CHICA CON EL PELO AMARILLO ME HA BESADOO!!!!
Cinco chicas levantaron la cabeza hacia mí, todas rubias. Yo estaba esperando a que entraran en el hospital para decirme si eran ellas, pero no lo hicieron. Simplemente me miraron durante unos segundos, con el ceño fruncido, como si intentaran adivinar si me pasaba algo en la cabeza, o si realmente era un gilipollas desesperado. Yo seguí llamandolas,por si acaso,hasta que me cansé. Luego me di la vuelta y continué examinando la estancia, casi afónico.
Era una habitación pequeña y las paredes eran blancas y azules, como el mar. Y pasaba el tiempo y comenzaba a pensar que me ahogaba. En mis propios pensamientos. En mi soledad.
Estaba perdido en un océano de confusión, y las voces y el beso de unas desnococidas eran la único razón por la que seguía a flote.
Habían transcurrido dos horas cuando el cielo empezó a oscurecerse,trayendo consigo la noche y la necesidad de encontrar un interrumptor. Entonces me acerqué a la ventana,otra vez,y descubrí un rayo de luz que cruzaba la habitación, centrándose en una cosa rara que habia en la pared como si fuese la estrella de una obra de teatro. Con la curiosidad dividida en dos mitades,decidí averiguar primero de donde provenía esa luz. Cuando saqué la cabeza al exterior, un ráfaga de aire frío me sacudió por completo. Y entonces me abracé, instintivamente, para darme calor. Me abracé porque nadie más lo iba a hacer por mí, y eso en parte era un alivio. Porque el primer paso para ser feliz es quererte, y después, lo que tenga que pasar pasará. Encontrarás a alguien a quien jamás podrás olvidar. Y ahí comenzará todo. Ahí, en ese momento, todos y cada uno nos volveremos débiles, vulnerables. De todos modos tiene gracia, porque yo sólo me abracé porque tenía frio.
Cuando miré hacia arriba me quedé maravillado. La luna brillaba en medio de la noche, como una lámpara gigante y demasiado original. Un círculo perfecto de luz en la oscuridad, seguramente harto de tantas miradas. Pero yo no tenía la culpa de que fuera tan bonita.
Me quedé media hora contemplandola. Me imaginaba tocandola, disfrutandola. Me preguntaba como habría ido a parar allí, y si habría algo más, alguien más. De repente repare en el objeto extraño de la pared, y abandonando mis pensamientos, fui rápidamente a inspeccionarlo. En cuanto lo toqué, la habitación se iluminó por completo y lo primero que se me pasó por la cabeza fue darle las gracias a la Luna, gritando bien fuerte, por si no me oía. Desde entonces se convirtió en mi superheroína y sobre todo,en mi mejor amiga.
Mi única amiga.Cuando me di la vuelta, aliviado por haber recuperado la vista, me encontré con una persona.
Aunque pronto dejé atrás mi estupefacción pues me di cuenta de que era a mi a quien estaba observando. Me veía a través de un espejo y era la segunda primera vez que lo hacía, como todo lo que me iba a suceder de allí en adelante. Yo entonces no era consciente, pero fue el primer paso en el camino por encontrarme. El primer caso para descubrir quien era en realidad.Tenía el pelo negro,oscuro,como el lugar donde dormía mi superheroína, largo dentro de lo que cabe y totalmente liso. Mi piel era ligeramente morena y unos pelillos invisibles me cubrían los brazos y las piernas. Hacían cosquillas. Tenía un ojo marrón y el otro verde. Algo raro,sí; pero ahora me doy cuenta de lo afortunado que soy. De lo bonitos que son mis ojos, de lo bonito que es tener unos ojos bonitos y de que una mirada dice más que mil palabras, sin ninguna duda. A no ser que esas palabras provengan de un poema de Elvira Sastre. Mi nariz era respingona,pequeñita. Pasaba desapercibida en un rostros donde unos labios rojos y muy carnosos se disputaban el protagonismo frente a mis pupilas. Tenía un pendiente en la oreja izquierda que me quedaba muy bien, la verdad y una perilla muy callada junto con unas patillas un tanto más visibles me daban un aspecto bastante maduro. Mis rasgos eran un tanto suaves, la mandíbula no muy marcada y un montón de pecas me llenaban los mofletes.
Tenía una cara bonita, la verdad, era muy guapo. Pero justo después pensé en cómo sería la chica del pelo amarillo. Me la imaginaba preciosa, no se porque. Pero estaba seguro de que no me iba a equivocar.Decidí quitarme la camiseta. Tenía varios vendaje.
Mis bíceps estaban muy marcados, al igual que mis pectorales. Tenía el vientre plano pero los abdominales casi no se me marcaban. Mi amor por la comida habia sido y es demasiado fuerte, y ahí estaba el claro ejemplo. Luego me quité los pantalones, tenía curiosidad. Y así me quedé, desnudo, delante del espejo. Cuando me giré, dos enfermeras me observaban con los ojos muy abiertos. Me miraban la entrepierna con la boca en forma de "o" y el color empezó a asomar por sus mejillas.
Yo en cambio estaba tranquilo y muy emocionado. Porque era la segunda primera vez que iba a hablar con una persona.-Hola- les dije.- ¿Quienes sois?-
Habló la de la derecha, un poco incómoda y excitada.
-Puess...somos...tus..enfermeras.
Enseguida su compañera acudió en su ayuda.
-Hugo, escuchame. ¿Quieres que te traigamos algo de vestir?
-No la verdad, muchas gracias. Así estoy muy bien. No hace ni calor ni frío y además, me siento libre. ¿Porque no os desnudáis vosotras también?
La de la derecha ya se estaba desabrochando los botones de la bata cuando la otra le hizo un gesto para que se detuviera. Le dijo algo en voz baja que sonó algo así como "contrólate" y después se dirigió a mí.
-Hugo, ¿cómo se llaman tus padres?
La verdad es que eso no tenía nada que ver con lo que les había preguntado, pero contesté con total sinceridad.
-Ni idea. ¿Los tengo?Es decir, ¿tengo familia?.
-Si que tienes familia. Están aquí, en el hospital. En la habitacion de tu padre.
-¿Y como he llegado hasta aquí?¿Que le ha pasado a mi padre?
No se porque, pero algo dentro de mí despertó. Y me dolió. Comencé a hacer preguntas sin parar y cada vez me ponía más nervioso. Cada vez gritaba más.
-¿Quien es mi padre? ¿Porque todo el mundo me llama Hugo?
Joder,¡¿quien soy?!, ¡¿que hago aquí?!Y entonces ahí, de repente, sin más,empecé a darme cuenta de la situación en la que estaba. Lo empezaba a entender. Empezaba a sentir que algo faltaba. Algo muy grande. Y entonces grité, más fuerte que nunca.
¡¡¿POR QUE NO RECUERDO ABSOLUTAMENTE NADA DE MI VIDA?!!!
No tenía sentido. No tengo ni idea de porque me puse así. Me volví loco.
Las dos mujeres se miraron. Su mirada era de terror. Tenían miedo.
-Nadie lo sabe- respondieron. Y después salieron corriendo sin añadir nada más.

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HUGO (PAUSADA)
Fantasy"Tengo que volver a amar, Mamá. Necesito recuperar mi vida. No soporto ver como otra gente me quiere cuando ese cariño no tiene sentido para mi, y quiero que lo tenga." Una critica a la vida, en general, que te hará reflexionar y reír,y llorar,esper...