CAPÍTULO 8

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*Reneesme*

Estaba plácidamente dormida hasta que el sol comenzó a iluminar la habitación, al abrir mis ojos lo primero que veo es a un Alec realmente apuesto con un conjunto negro mate que realza sus colores carmesí de sus ojos.

Tan bello.

Vuelvo abrir los ojos y me siento rápidamente en la cama cubriendo mi cuerpo con la sabana.

—¿Que haces aqui?— pregunté molesta — ¿Y por que tienes mi teléfono?— me apresure a quitárselo de las manas pero pise parte de la sabana haciendo que mi pie se resbalara y cayera en sus brazos. Su rostro perfecto estaba a solo centímetros del mío, sus labios tan rosados y carnosos hacia una invitación a que los tocara.

El tambien estaba viendo mis labios, me aparte de sus brazos de un solo movimiento, aclare mi garganta arrebatandole el teléfono de las manos.

—No tienes la suficiente educación para saber que lo que no es tuyo no lo puedes tocar

El simplemente sonrió de manera cínica como es su costumbre.

—Vamos a entrenar a las ocho, no llegues tarde.— salió guiñando un ojo.

Que fue todo eso por que esta vez no me insultó diciendo híbrida o algún otro insulto a mi persona, simplemente salió como si lo hubiera elogia en lugar de echarlo casi a patas de la habitación. Gire la cabeza apartando todos esos pensamientos, mire la pantalla del teléfono, faltaban quince minutos para las ocho.

Apresurada tome un baño rápido y termine cubriendo mi cuerpo con ropa cómoda para practicar, puse una leve capa de maquillaje en mi rostro y máscara de

pestañas. ¿Que estoy haciendo? no es una pasarela es un entrenamiento. Salí corriendo siguiendo su inigualable aroma hasta llegar al jardín trasero del Castillo.

Ahí estaba el con su porte tan elegante, su piel palida brillaba por la poca luz que se colaba entre las ramas de los árboles del jardín. Todo es realmente hermoso, muchas flores todas en particular rosas con un rojo tan intenso como sus ojos.

—Estoy aqui— le dije, el giro sobre sus talones de una manera rápida pero delicada.

—Si, ya me di cuenta, tu aroma inundó el jardín. Disfrutando la vista.— su manera de decirlo las últimas palabras me insinuaba que no hablaba sobre el jardín, se había dado cuenta que lo estaba observando de mas.

Mis mejillas se tiñaron de rojo dejándome sin palabras.

Dio una carcajada para después hablar;

—¿Cual es tu posición de ataque?

—¿Debo de tener una?— conteste con ironía.

—No, tu no. Eres una Cullen— abrí la boca dispuesta para atacar verbalmente pero no salió una sola palabra.

Se deslizó de una manera rápida hasta posicionarse frente a mi, su ráfaga de viento me heló la nariz. Mi corazon late tan fuerte que parece que se quiere salir de mi pecho.

—Ahora te enseñaré la posición.— tomo mis hombros acomodandolos a su manera, sus manos eran tan frías mientras que mi cuerpo desprendía un intenso calor sofocante.

Se inclinó quedando a la altura de mis caderas y tomo mi pierna izquierda, trayendo hacia delante.

Mis mejillas ardieron al igual que todo mi cuerpo.

Santo cielo que me esta pasando, todos los bellos de mi cuerpo se erizaron.

El parecía bastante concentrado en su trabajo que no se dio cuenta de lo torpe que me vuelvo junto a él. Alec se levantó presumiendo su metro noventa, levante la cabeza para que nuestros ojos se vieran.

—Esa es la posición de ataque de un Vulturi— dijo cruzandoce de brazos.

Trage saliva y asenti. Alec Vulturi comenzaba a tener poder sobre mis emociones y eso no se lo permitiría.

Sonrió mostrando esa blanca hilera de dientes perfectos: — Lo que haras será facil, abalanzate hacia mi.— me miro de pies a cabeza y volvio hablar— eres pequeña pero pareces fuerte, usa todo tu cuerpo para atacarme.

—¿Dices atacarte? ¿No pretenderás que luche contigo o si?

—No veo a alguien más Híbrida— me guiño un ojo burlándose de mi.

Lo voy a matar. Sin pensarlo bien ni idear un buen plan me lance sobre el, mala decisión, yo no sabia pelear así que como pretendia tomar desapercibido a un vampiro de siglos y sobre todo el mas temido de todos, totalmente una estupidez. Alec por otra parte esquivo perfectamente mi movimiento provocando que yo chocara con un árbol, lastimado mi hombro y muñeca, los ojos me ardieron por las presentes lágrimas quería llorar por el intenso dolor de mi hombro pero lo que dolía mas era mi orgullo, el haber dado la batalla ganada a él me descartaba.

—Levantate — me dijo

Sorbi la nariz

—Mi hombro se lastimó— le dije lloriqueando— no podré seguir.

El no pareció comparecido por mi siguió con su postura, mandíbula levanta demostrando la superioridad y sus brazos cruzados por su pecho haciendo ver más temible..

—Ya te das por vencida ¿de verdad?— arquero una ceja— esperaba mas de ti— chasqueo la lengua.

Eso de verdad hirió mi orgullo de mujer. Maldito me estaba provocando.

—Lamento desilucionarte— dije tajante.

—No te preocupes, nunca me espere mas de ti, una híbrida débil— me estaba desafiando.

Sin pensarlo nuevamente con claridad, solo dejándome llevar por la ira que me hierva la sangre, corrí lanzándome sobre el, Alec no esquivo ataque, caí sobre el con ambas piernas por cada lado de su cuerpo y con toda mi fuerza lo golpee en la cara, el parecía no sentir nada simplemente me observó y puso ambas manos sobre mi cadera haciéndonos girar.

Di un chillido al sentir el cambio repentino de posición, el sobre mi. Alec sonrió con esa sonrisa que comenzaba a idolatrar.

—Así me gustas híbrida.— dijo acercándose a mi cara, su fría nariz acariciaba la mía. Mis ojos se perdieron en su color rojo intenso dejándome llevar, sus labios tomaron los míos en un suave beso, mi estado de shock evitó que al principio le correspondía a su beso, hasta que cai a la realidad saboree sus labios gustosa de poder probarlos, mi estómago parecía tener una fiesta de juegos artificiales que chocaban con mis vísceras haciendo que fuera un poco doloroso, mis manos llegaron hasta las hebras de su castaño pelo perdiendo mis dedos en el. Pasaron unos largos minutos llenos de emociones gratificantes hasta que mis pulmones pidieron aire, Alec se apartó de mi, sus ojos me miraban diferente, y en un parpadear el ya no estaba.

Me levante del suelo aun con mis pensamientos perdidos. ¿Qué paso? Caminando por los pasillos del castillo mi mente no dejaba de cuestionarse. ¿Ese brillo que me regalo sus ojos ers diferentes? ¿O será que yo deseaba que me mirara diferente. Nos sabía distinguir la realidad y este beso me dificultó pensar con claridad.?

Me deje caer en la cama y tome mi celular, y un mensaje llamo mi atención. Era de Jake, comenze a leerlo y abrí los ojos en par.

¡Jake vendrá a Volterra!






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⏰ Última actualización: Aug 09 ⏰

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Entre el Cielo y el infierno (CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora