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                Cerré la puerta de mi apartamento bruscamente y en cuanto llegue a la mesita ratona entre medio de los sillones de la sala principal deje caer la carpeta llena de papeles que tenía en mis manos sobre ella, la cartera en el suelo y yo en el sofá. Sin usar mis manos, me saque los incómodos zapatos que tenía que usar en el trabajo y me desabroche los primeros botones de la camisa.

         Era un infierno tener que trabajar en aquella editorial y yo que había pensado que iba a disfrutarlo tanto. Desde pequeña me encanto escribir y mi sueño era escribir mis propios libros y pensaba que era tan fácil, pero luego de haber probado suerte con las que yo consideraba mis mejores historias y haber obtenido un “no tienes experiencia en el mundo de la escritura” por respuesta, me dedique a buscar trabajo en una editorial y encontré la más grande editorial que jamás haya visto, y moví cielo y tierra para trabajar allí, incluso me mudé dejando a mi familia y empezado una nueva vida en un nuevo país.

         Aun recuerdo como logre convencer a mis padres de que todo estaría bien. En aquel entonces tenía 23 años y estaba por terminar la universidad, por lo que no tendría que estudiar más y ya tomaba mis propias decisiones. Mi mejor amiga decidió mudarse conmigo y hacer un cursillo de fotografía y algunos otros idiomas además de trabajar de enfermera en un importante colegio de la zona. Y al llegar sentí que todos mis sueños se harían realidad, que por fin lograría publicar un libro y meterme en aquel mundo.

         Pero de eso hace dos años y medio. Ahora tengo 25 años, vivo con mi mejor amiga quien tiene un novio que pasa cada tanto por el apartamento, y sigo trabajando en la editorial pero nada es lo que yo pensaba.

         La editorial trabaja para una revista de chismes muy importante, por lo que siempre está entrando nueva información sobre los famosos: fotos, rumores, exclusivas. Incluso llegan los desesperados reporteros y fotógrafos queriendo vender las fotos. ¿Mi cargo? Bueno, yo los recibo y archivo toda aquella información y siempre tengo un artículo en la revista, del artista y la primicia que mi jefe decida.

         Muchas de mis amigas, que son chicas del edificio, me dicen que les encantaría mi trabajo porque me entero de las cosas antes que cualquier otra persona, pero es horrible tener un jefe como Ronald.

-Veo que llegaste- dijo mi amiga Olivia saliendo de la cocina limpiándose las manos con un trapo que dejo sobre la mesa. -¿Cansada?

-bastante. –conteste enderezándome en el sofá y sacándome la chaqueta negra que tenia puesta. –fue un día bastante duro y los que vienen aun mas.

-¿Por qué? ¿Nuevo reportaje?- preguntó mi amiga y yo solo asentí y con la mirada le señale la carpeta sobre la mesa ratona.

-parece grande. –dijo ella. -¿Por qué no te das una ducha, yo termino de preparar la cena y conversamos sobre esto?

-gracias- dije parándome- eres la mejor amiga del mundo, aunque actúes como mi madre en ocasiones.

-solo en ocasiones- dijo ella antes de que yo desapareciera dentro de mi habitación.

         Me senté en mi lugar de la mesa, y frente a mi tenía un buen plato de carne a la plancha con ensalada. Olivia sí que sabía como cocinar, totalmente diferente a mí. Tenía suerte de tenerla. Luego apareció ella con la botella de agua en sus manos. Tenía el cabello castaño claro, el cual no era su tono natural, atado en un moño flojo y sus ojos miel quedaban totalmente despejados.

-¿Lista para cenar? – preguntó mientras se sentaba frente a mí.

-si, muero de hambre- contesté y comencé a cortar un poco de carne. –bien, el articulo nuevo es uno de los más importantes de la edición del mes de la revista. Es bastante grande pero no es solo escribir sobre el artista como me toco en otras ocasiones. Le dije a Ronald que no quería hacerlo, que prefería no tener un artículo este mes ya que en realidad yo no soy periodista.

-¿periodista?

-quiere que interrogue a esta banda

-¿Banda?

-One Direction. –contesté y se genero un pequeño silencio hasta que Olivia decidió romperlo.

-¿Tienes que entrevistar y escribir sobre ellos?

-Si. Le dije que podía escribir el artículo si alguien más hacia la entrevista, pero prácticamente me dijo que me despediría si no lo hacía así que no tengo otra opción. –dijo resoplando y tomando el vaso de agua. –tengo toda esa información sobre ellos- dije haciendo señas hacia la carpeta- me la dieron algunas de mis compañeras de piso y creo que también quiere que entreviste fanáticas por lo que… voy a tener que buscarlas.

-¿alguna otra cosa que quieras decirme sobre eso?

-no quiero hacerlo. No veo nada deslumbrante en ellos como para hacer un artículo tan grande. – dije.

-va a estar todo bien, _______. Te va a salir genial. Tal vez puedas encontrar fanáticas en el edificio. Creo que hay una chica que escucha su música en el primer piso y la sobrina de Nathan es fan de ellos

-bien, tengo dos chicas en la mira- dije sarcásticamente.

         Me mire al espejo mientras me delineaba los ojos de negro. Entraba a trabajar a las nueve y eran las ocho. Aquel día trabajaría medio horario en la oficina escribiendo, ya que mi jefe había tenido la amabilidad de programar un encuentro con los integrantes de One Direction sin siquiera preguntarme si el horario me quedaba bien. No  tenia excusa para no hacerlo.

         Alguien golpeo la puerta principal y Olivia se dirigió a abrirla. Pude escuchar la voz de Nathan, su novio y la de una chica que saludaban a mi mejor amiga. ¿Una chica?

         Verifique que mi trenza cosida estuviera perfecta y le aplique un poco mas de fijador por las dudas, me acomode la chaqueta del conjunto de trabajo y salí de mi habitación con mi cartera y papeles.

-Buenos días, _____-dijo Nathan sonriéndome.

         Nathan era un chico encantador y estaba feliz de que mi amiga estuviera saliendo con él. A su lado se encontraba una chica de unos quince o dieciséis años de cabello rubio rizado, ojos marrones y pecas.

-Buenos días.- contesté.- ¿Quién es ella?

-Ella es Sammy, mi sobrina. Olivia me dijo sobre tu nuevo artículo y me pregunto si podía traerla para que le hicieras algunas preguntas.

-Me seria de mucha ayuda pero tengo que irme a trabajar ahora. ¿Está bien si viene cerca de las ocho de la noche?

-Claro, estaremos aquí a esa hora.

         Les sonreí y salí del apartamento. El edificio estaba en silencio salvo por algunas personas que cerraban las puertas de sus apartamentos ya que salían a trabajar como yo.

         Me senté en el asiento delantero de mi coche, deje las carpetas y la cartera en el asiento del acompañante y saque de abajo del asiento los zapatos sin tacón que usaba para conducir. Me los puse y me abroche el cinturón. Sería un largo día lleno de sorpresas, estaba segura de eso.

Unexpected [Louis Tomlinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora