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-Si, estoy soltero- dijo y, aunque yo esperaba una expresión más triste, lo que vi fue un gesto neutro, que yo no podía descifrar. ¿Estaba mal por estar soltero o le parecía la cosa más maravillosa del mundo? Llegue a la conclusión, en escasos segundos que le daba igual –si, estuve saliendo con alguien durante bastante tiempo pero las cosas cambiaron, nosotros cambiamos.

         Y lo entendía. Luego de varias relaciones que fallaron, notaba algunos cambios en mi, varios a decir verdad. Ya no era esa persona tan confiada con los demás, no era tan abierta y tampoco me gustaba demostrar tanto mis sentimientos a los chicos como cuando era una adolescente. Supongo que luego de haber sido totalmente pegajosa con mis ex novios, llegue a la conclusión de que era demasiado expresiva y eso los había ahuyentado. Y después estaba Olivia diciéndome que no había sido eso y que era porque ellos eran unos idiotas.

-La gente siempre está cambiando y las cosas cambian junto con nosotros. –agregó. Yo asentí porque realmente estaba de acuerdo con él. – hace ya ocho meses que terminamos y no he salido con nadie más que con los chicos, aunque tampoco es que tengamos mucho tiempo libre.

-Me imagino.- comenté para decir algo. Sentía que todo lo que yo hacía era escuchar y no quería aquello.

- Y ese fue el porqué del fin de nuestra relación- dijo- ella quería una familia y no estoy seguro de poder dársela o no sé si estoy listo para ello.

-Oh. – exclamé mientras comenzaba a jugar con mis uñas y lo miraba con un semblante neutro.

         ¿De verdad se estaba abriendo tanto hacia una extraña como yo, sabiendo que podía tranquilamente filtrar aquella información? Era realmente extraño, pero me gustaba, de verdad que sí. Yo sabía que yo no haría aquello, no tenía la necesidad de hacerlo y me gustaba que la gente confiara en mi persona.

-Bueno, pero no conteste tu pregunta.-dijo  haciéndome recordar que le había preguntado cuáles eran sus prioridades-  mis prioridades son el trabajo con la banda y poder estar ahí para mi madre y hermanas menores.

         “Bien”, pensé para mí misma, “su prioridad en el trabajo, igual que yo”. La verdad era que yo había estado muy concentrada en mi trabajo para lograr mi meta que era tener al menos un libro mío publicado y esa haya sido mi prioridad desde el día que me había mudado a Londres: cuidar de mi trabajo. No había salido con nadie ni tampoco había vivido mi vida como lo hacía mientras estaba estudiando.

         No buscaba nada más que no fuera un “si” de respuesta de algún jefe de editorial luego de haber leído algo mío. No buscaba amor, ni amigos, ni tampoco nada seguro más que aquel trabajo y luego lograr mi meta. Me había concentrado muchísimo en aquello, y si bien tanto Olivia como mi familia me decían que debía abrirme a otras cosas, durante aquellos últimos años me había cerrado totalmente.  

         No lo había visto hasta aquel momento. Era una mujer de veinticinco años que simplemente trabajaba y vivía con su mejor amiga en Londres, la cual tenía un novio y seguramente pronto se fuera a vivir con él.

-¿Y cuáles son tus prioridades?- preguntó Louis.

-El trabajo- contesté encogiéndome de hombros con algo de indiferencia hacia mi respuesta. –quiero lograr tener un libro publicado y estos últimos años he estado trabajando muy duro para lograrlo pero no veo ningún avance.

-¿seguís escribiendo?- preguntó y yo asentí. -¿Por qué no lo llevas a algún lado? Ya tienes bastante experiencia laboral en ese rubro.

-si, mi mejor amiga me dice lo mismo. Que incluso debería renunciar a la editorial. –comenté volviendo a analizar la idea. –

-no sé si renunciar sea buena idea, pero si presentar tu trabajo a alguien.

         La noche continuo entre conversaciones, conociéndonos, risas e incluso recuerdos de nuestros momentos de adolescencia. Me contó varias cosas sobre el comienzo de la banda y yo le conté más profundo sobre mi pasión por la escritura.

         Louis me demostró que se podía ser una persona medianamente normal si uno se lo proponía estando dentro de aquel mundo exigente y persistente de la fama y la fortuna. Él lo era, y trataba de mantenerse siempre firme a su postura. Me caía muy bien, y me sentía cómoda junto con él, cosa que hacía mucho tiempo no sentía junto con alguien que no fuera Olivia o Nathan. Si bien me llevaba bien con mis compañeros de oficina, no tenía una relación de amistad con ellos.

         Volvimos a mi casa en su auto e incluso lo invite a entrar, pero rechazó la oferta porque al otro día tenía trabajo que hacer con la banda: varias entrevistas y una sesión de fotos. Lo entendía, ya que sus prioridades eran parecidas a las mías. Lo salude con un beso en la mejilla y una sonrisa, los cuales me devolvió.

         Su sonrisa era cálida, amistosa y juguetona. Parecía un niño pequeño al sonreír de aquella manera y, por extraño que suene, yo también me sentí pequeña por unos instantes.

         El olor a té inundó mi nariz en cuanto cruce la puerta de entrada del apartamento. “Gracias Olivia”, dije para mis adentros. Mi mejor amiga se encontraba en el sofá, tomando una taza de té y vi una tetera y otra tacita esperando por mí sobre la mesita ratona. Le sonreí en agradecimiento y me senté a su lado luego de sacarme las sandalias de tacón alto.

-Cuéntamelo todo- dijo con una sonrisa picarona en el rostro.

-no hay mucho que contar.-comenté mientras me servía algo de té- es una gran chico. Me sorprende que sea así siendo tan famoso.

         Le conté sobre lo que hablamos, que fue, básicamente, nuestras vidas. Olivia no me interrumpía, simplemente escuchaba, cosa que me encantaba de ella y supongo que por esa razón era mi mejor amiga. Le comenté también lo último que sentí al verlo sonreír cuando nos despedimos.  

-¿Sabes qué es eso?- preguntó en cuanto terminé. Alce las cejas y negué con la cabeza. ¿Con que saldría ahora?- te gusta. Y no mientas, ni a mí ni a ti, eso es lo peor que puedes hacer. Sé que quieres concentrarte en tu carrera de escritora pero eso no quita que no puedas darle lugar a otras cosas en tu vida.

-Olivia, sabes que yo…-dije pero me interrumpió.

-Sé que es inesperado, pero deberías darle la oportunidad de que suceda. –Dicho esto se levanto y entró en su habitación para salir segundos después con un montón de hojas en sus manos.- Cambiando de tema, me tome el atrevimiento de hacer algo por ti. –dijo dejando las hojas a un lado de la bandeja con la tetera y las tazas de té.- imprimí tu mejor historia, la que más me gusta, para que la lleves a algún lado. 

Unexpected [Louis Tomlinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora