El Cambio (2/3)

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Empezaba a oscurecer cuando por fin vieron las puertas del castillo.

-Merragh - anunció Largo - este pequeño castillo fue antaño una de las múltiples residencias del Rey de Namuith. Hace un par de siglos que se cedió al gobernador de Testa y de él paso a manos de los Volteph. Cientos de personas habitaban este lugar. Primero sirvientes del antiguo rey, luego al pasar a dominio de Testa se convirtió en un bastión militar. Ahora no hay más de 30 personas y se usa casi exclusivamente para el Cambio.

Salieron completamente de la espesura del bosque y pudieron ver la fortaleza con detenimiento. El pequeño castillo era aproximadamente el doble del palacio de Testa y sin duda alguna el edificio más grande que había visto nunca Damyck. Pero era obvio que aquel lugar había vivido tiempos mejores. De la muralla que rodeaba el fuerte no quedaba más que alguna columna aquí y allá y una vieja verja metálica oxidada yacía en el suelo, allí donde debía haber estado la entrada. El castillo no había sufrido mejor suerte ya que por lo menos tres cuartas partes de este no eran más que ruinas. Lo único que parecía mantenerse medianamente en pie eran las propias puertas, un trozo del salón principal y la mayor parte del ala oeste.

-Pos no parece mu bien cuidao el fortucho este - apuntó Berry
-Como ya he dicho, este lugar solía albergar a más de cien personas solo del servicio. Si ahora solo se encargan del castillo una treintena de ellas pues es normal que el paso del tiempo haga mella en estos muros.
-Menos mal que ya no hay guerra con los del Sur porque este no sería un muy buen bastión contra ellos - murmuró Damyck evaluando los puntos débiles del castillo.
-De todas formas estáis ante un lugar histórico. Y aquí empezará vuestra nueva vida. Apresurémonos, deben estar esperándonos.

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El interior del castillo tenía peor aspecto que el exterior si cabe. Tal y como había acertado a evaluar solo se mantenía una parte del salón principal, quedando una gran zona al descubierto. No ondeaba más que un estandarte de los Volteph en un rincón y la iluminación, ya necesaria pues oscurecía, era casi nula. Habían dejado a los caballos en un establo improvisado en un lateral del castillo. Ahí tenían un abrevadero y alfalfa de sobras.
Dentro del castillo les esperaba un hombre increíblemente pálido y encorvado de cabellos ralos. Se frotaba las manos con impaciencia mientras soltaba pequeñas risotadas.

- Lord Freisan, como me alegro de verle señor - dijo el jorobado encorvándose un poco más a modo de reverencia.
- Déjate de formalidades Trevon, nunca han sido de mi agrado - respondió Largo con un deje de mano. -Traigo a tres aspirantes más para el Cambio. - señaló a sus acompañantes.
-Oh sí, síiii...- rio agudamente - Morruggel les espera, oh sí, síiii - una nueva risa y se lamió los labios, dejando ver por un momento unos afilados colmillos. - Si quieren...acompañarme.... - se inclinó instando a que le siguieran e indicándoles el camino.
-Menudo tipo - susurró casi inaudible Come-hierba pero el súbito y ligero cambio de ritmo de su guía pareció indicar que le había oído.
- En este castillo - explicaba mientras los llevaba por los pasillos del ala oeste. - no solo proporcionamos el Cambio a aquellos que lo merecen. Oh no, nooo. - risita - También investigamos. Cosas cruciales. Cosas para los Volteph. Avances. Oh sí, síii...Médicos eso es.
-¿Avances médicos pá los Chupasangues? ¿Qué medicina necesita un ser inmortal? - Berry miró al jorobado interrogativo
-Cosas importantes, oh sí, nada de tonterías no, no, no... Por ejemplo como sobrevivir a la exposición directa con la luz Solar. - risita.
- ¿Y cómo va la investigación?
- Va. - Trevon tardó unos segundos en volver a hablar. - Notarán que no hay mucha actividad ahora mismo por estos lugares. Normalmente somos alguno más pero ahora mismo estamos al mínimo de personal. Solo somos 13 en el castillo contándonos a mí y al señor Morruggel. El resto están...oh sí...de vacaciones, sí, sí... Ya llegamos, el Señor les recibirá inmediatamente.

Entraron en una salita de espera, adornada simplemente con unos viejos bancos de madera, un par de candelabros en las paredes y un tapiz con el estandarte de los Volteph en el. Al final de la salita había una pequeña puerta por la que desapareció su extraño guía.

- ¿Qué le pasó? - preguntó Damyck al cabo cuando creyó que ya no les podría oír.
-Casi no supera el Cambio - Largo miraba la puerta por la que se había ido. - Solía ser uno de mis mejores amigos en el cuerpo, Trevon Magherty, hijo del marqués de Magherty. Cuando los Volteph empezaron la campaña de transformación nos opusimos. No había necesidad de someter obligatoriamente a algo tan peligroso como esto. Pero los Volteph insistieron, y sobretodo el jefe de científicos Morruggel. Tenía mucho interés en estudiar el cambio y perfeccionarlo.
"A nosotros nos tocó de los primeros, por oponernos. Fue muy duro para mí, y me pase una semana entera vomitando pero acabe superándolo. Perdí mi humanidad. Pero Trevon...el perdió algo más. El Cambio casi se lo lleva, y no se si no hubiese sido lo mejor. Perdió la cabeza y acabó visiblemente deformado. Morruggel lo acogió como su mayordomo personal, pero eso no fue más que una excusa para poder investigar con él, que había salido mal para que acabase así, y que había salido bien para sobrevivir.

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