1.

284 20 4
                                    


Mi móvil lleva sonando varios minutos, pero estoy tan calentita en mi cama que no pienso moverme ni un milímetro. 

Estoy segura de que es Noah, la hermana de mi ex mejor amigo. Desde que él y yo no nos hablamos, Noah se empezó a acercar a mi y terminamos siendo muy amigas. Tal vez ayude que ella es colchonera y necesita a alguien para compartir ese sentimiento, ya que toda su familia es merengue.

Claro, que mi familia tampoco es perfecta, están divididos entre culés y madridistas. Soy la única colchonera, y bien orgullosa que estoy.

Cansada de el estúpido sonido, contesté la llamada.

-Noah, espero que sea importante.

-EN UNA HORA SALEN LOS PASES, ¿PUEDES MOVER TU CULO Y PONERTE EL ESTÚPIDO ORDENADOR YA? GRACIAS.

Y colgó.

Se me había olvidado por completo lo de los pases. Sabía que no los íbamos a conseguir, yo nunca tengo buena suerte a la hora de comprar entradas y las colas virtuales me vuelven loca. ¿Sabéis la rabia que da cuando va a llegar tu turno y de repente te vuelven a poner más atrás? Se me cuelan virtualmente, es lamentable.

Sin mucho ánimo, me senté frente al ordenador, y tras varios minutos observando la pantalla negra, lo encendí.

Rápidamente entré en la página y ¡sopresa! la página se había colapsado.

De verdad, ¿a qué mente ingeniosa se le ocurrió hacer esta estupidez? La idea en sí estaba bien, pero no sé, un sorteo hubiese sido mejor idea.

Al menos los pases cuestan poco, si no ya me imagino a Noah mendigando solo para poder comprárselo.

Noah volvió a llamarme solo para recordarme que solo quedaban 20 minutos. 

Fui a desayunar tranquilamente, era inútil estar ahí sentando sin hacer nada.

Subí a mi habitación nuevamente para ver que quedaban menos de 10 minutos. Refresqué la página y vi que ya estaban a la venta, rápidamente cogí dos y no tardé ni medio minuto en poner todos los datos. Un mensaje diciendo que mi compra se había realizado con éxito apareció en mi pantalla. Aún en shock llamé a Noah.

-Tía, no me llames, quedan 3 minutos.

-Los tengo.

-¿Qué? No bromees con esto.

-Sabes que no bromearía. Refresqué la página y estaban ya a la venta, no sé cómo pero ya los compré.

-¡JÚRALO!

-Te lo juro, Noah, ven a mi casa ya, corre.

Colgué, y aún sin creerme que lo había conseguido, me puse a saltar como si mi crush del instituto me hubiese hablado.

Noah no tardó ni 5 minutos en llegar a mi casa, y eso que vivía un par de calles más abajo.

-¡VAMOS A PASAR UNA SEMANA ENTERA CON LOS NENES EN NUESTRO ESTADIO!

-Y puede que con octogenarios radicales, no todo va a ser tan perfecto.

-Qué negativa, ahora dirás que no te mueres por ir.

-Obvio que sí, pero haber conseguido tan fácilmente las entradas no me da buena espina, seguro que algo malo pasa.

-Deja de ser negativa, tal vez va siendo hora de que algo nos salga bien.


Los días pasaban y cada vez estaba más cerca el tan esperado momento.

Será extraño ver a mis jugadores favoritos durante 7 días seguidos. Aunque yo no estoy tan obsesionada como Noah, ella cree que va a casarse con Griezmann o con Gabi... o con los dos.

En realidad sería super raro tener algo con ellos, o sea, son como nuestros bebés...

¿No?

La mayoría tienen mujer o novia... E incluso hijos...

¿Por qué estoy pensando en esto? Es todo culpa de Noah por obligarme a leer historias en la cosa esa llamada Wattpad.

La verdad es que está interesante, hay historias de todo, incluso de Rajoy. No me extraña que hasta Cristiano tenga mojabragas, si es que la gente pone el listón muy bajo.

En fin, que me voy por las ramas. Será mejor que me ponga a hacer la maleta porque el día tan esperado ya se acerca.

Un último adiós - Saúl ÑiguezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora