Referencias

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Referencias



[I]  Dios tiene una perspectiva muy distinta a la humana. Dios no ve seres humanos sino almas. Para comprenderlo mejor, tal vez, sea bueno remitirnos a este párrafo del Bhagavad Gita, libro sagrado del hinduismo.
En el siguiente texto el que habla es Krisna. Éste, es una manifestación de Dios en la tierra en forma de hombre, y es quien le explica a Arjuna - príncipe hindú - acerca de Dios, de los deberes, de la vida y la muerte, entre otros temas espirituales.

"Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir.(...), la aparición temporal de la felicidad y la aflicción, y su desaparición a su debido tiempo, es como la aparición y desaparición de las estaciones del invierno y el verano. Todo ello tiene su origen en la percepción de los sentidos, (...), y uno debe aprender a tolerarlo sin perturbarse.(...) Los videntes de la verdad han concluido que, de lo no existente [el cuerpo material] no hay permanencia, y de lo eterno [el alma] no hay cambio. Esto lo han concluido del estudio de la naturaleza de ambos. Sabed que aquello que se difunde por todo el cuerpo es indestructible. Nadie puede destruir a esa alma imperecedera. El cuerpo material de la entidad viviente eterna, indestructible e inconmensurable, tiene un final con toda certeza; por lo tanto, pelea, (...) Tanto el que cree que la entidad viviente es la que mata como el que cree que ésta es matada, carecen de conocimiento, pues el ser ni mata ni es matado. Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. Ella no ha llegado a ser, no llega a ser y no llegará a ser. El alma es innaciente, eterna, permanente y primordial. No se la mata cuando se mata el cuerpo. (...), una persona que sabe que el alma es indestructible, eterna, innaciente e inmutable, ¿cómo puede matar a alguien o hacer que alguien mate? (...) Al alma nunca puede cortarla en pedazos ningún arma, ni puede el fuego quemarla, ni el agua humedecerla, ni el viento marchitarla. Esta alma individual es irrompible e insoluble, y no se la puede quemar ni secar. El alma está en todas partes, y es sempiterna, inmutable, inmóvil y eternamente la misma. Se dice que el alma es invisible, inconcebible e inmutable. Sabiendo esto, no debes afligirte por el cuerpo. Sin embargo, si crees que el alma [o el conjunto de las señales de vida] nace siempre y muere para siempre, aun así no tienes por qué lamentarte, (...) Algunos consideran que el alma es asombrosa, otros la describen como asombrosa, y otros más oyen hablar de ella como algo asombroso, mientras que hay otros que, incluso después de oír hablar de ella, no logran comprenderla en absoluto. (...), aquel que mora en el cuerpo nunca puede ser matado. Por lo tanto, no tienes que afligirte por ningún ser viviente. Considerando tu deber específico como ksatrilla*, debes saber que no hay mejor ocupación para ti que la de pelear en base a los principios religiosos; así que, no tienes por qué titubear. " (Bg 2:12-31)

Ksatriya era la casta de los militares en la india en aquellos tiempos, aproximadamente unos tres mil quinientos años antes de Cristo, época en que fue escrito el Bhagavad Gita.

[II] Saṃsāra es el ciclo de nacimientos, muertes y renacimientos en la mayoría de las tradiciones filosóficas de la India); incluyendo el hinduismo, el budismo y el jainismo ("La Rueda del Samsara"). Se asume como un hecho irrefutable de la naturaleza. Estas tradiciones difieren en la terminología con la que describen al proceso y cómo es interpretado.
La mayoría de estas religiones, consideran que el objetivo final es el de volver a Dios logrando la autorrealización y de esa manera cortar el ciclo de nacimientos.
En el hinduismo impersonalista, el saṃsāra es visto como mera ignorancia de la verdadera naturaleza del ser: no hay diferencia entre el alma (el yo) y Brahman (lo divino). Debido a avidya ('ignorancia', lo contrario de vidya) el alma cree en la realidad del mundo temporal y fenoménico, lo que lleva a la confusión de creer que el cuerpo es el yo. Ese estado de ilusión es conocido como māyā.

[III] Deuteronomio o "Segunda Ley". La primera parte del Antiguo Testamento está formada por "La Ley". Se trata de una larga obra que originalmente era un solo libro, pero que más tarde fue dividida en cinco partes para mayor comodidad en su manejo. Los judíos llaman a estos cinco volúmenes "los cinco quintos de la Ley de Moisés", y los denominan con las palabras iniciales (en hebreo). A esta obra así dividida, los griegos le pusieron un nombre griego: "El Pentateuco", es decir, "Los cinco volúmenes"; y llamaron a cada una de estas partes con un nombre griego que indica aproximadamente el contenido de la obra. Así se conoce actualmente:
"Génesis" ("Origen")
"Éxodo" ("Salida")
"Levítico" ("Libro de los levitas")
"Artimoi" ("Números" por el censo con el que comienza)
"Deuteronomio" ("Segunda Ley")

[IV] Gehena es el infierno o purgatorio judío. En el judaísmo el infierno es un lugar de purificación para el malvado, en el que la mayoría de los castigados permanece hasta un año, aunque algunos están eternamente. El nombre derivó del incinerador de basuras cercano a Jerusalén, la cañada o barranco de Hinón, identificada metafóricamente con la entrada al mundo del castigo en la vida futura. Gehena también aparece en el Nuevo Testamento y en las primeras escrituras cristianas como el lugar en donde el mal será destruido. Presta también su nombre al infierno del Islam, Jahanam.

único Dios. La historia del pueblo elegido, su motivo de ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora