capítulo doce

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a yoongi le dolía la cabeza.
era como si una trompeta bañada en limón se sintiera profundamente negada.

al final no habían aumentado su dosis, sin embargo a veces el castaño solía darle más de las necesarias. a veces causaban un efeto rebote, ingería tantas que su cabeza terminaba explotando, se comenzaba a sentir mareado y en ocasiones había recurrido a tener que vomitarlas para ver si así podía remediarse su rojizo dolor.

hoseok muchas veces no hacía nada, a veces se comportaba extraño.

el pelinegro creía que el castaño era muy amigable y dulce, pero a medida que fueron conociéndose pudo notar que no era siempre así. hoseok a veces tenía muchos ataques de ira por simples estorbos.

el menor a veces lo ignoraba, muchas veces lo besaba, en raras ocasiones lo abrazaba, y también solía tomarle de la mano cuando se sentía triste.
era cálido cual hielo, y frío cual llama de fuego.

yoongi volteó cuando siento el dorso de su mano ser acariciada por los dedos de hoseok. el castaño acabó de aspirar el arma suicida que luego tiró por una pequeña ventana de la casita del árbol.

sus ojos estaban rojos, y sus labios se encontraban palidos.

—¿te sientes bien? —inquirió el mayor al verlo de ese modo.

hoseok cerró sus ojos lentamente, luego sin responde los volvió a abrir para palmear el bolsillo de su pantalón. finalmente sacó una bolsa blanquecina.
de su interior sacó algo diminuto, del mismo color.

—¿qué es esto? —preguntó yoongi cuando hoseok se lo extendió.

—trágalo.

—¿pero qué es?

—un caramelo —respondió mientras se sentaba mejor en el suelo, sacando otra de esas armas suicidas junto a su mechero.

—¿son como los que me hace tomar papá?

—sí, yoongi, son como los que te hace tomar papá.

el mayor con algo de duda lo depositó en su boca, para luego poder tragarlo sin si quiera beber agua.
hoseok aspiró el humo que soltaba aquella arma suicida.

—¿sientes algo? ¿te gustó?

yoongi frunció su ceño—. es... rara.

—ingiere otra —el menor le pasó la bolsa blanquecina.

yoongi la miró, en su interior habían varios caramelos como el anteriores. se preguntó de donde hoseok los había sacado.

—no quiero más —se negó el pelinegro.

hoseok se acercó al rostro de yoongi con una pequeña sonrisa. apagó el arma suicida y luego entrelazó sus labios morados a los de yoongi.

el mayor siguió su beso, mientras una de sus manos acariciaba la mandíbula de hoseok con ternura.

—prométeme que tomarás dos más y te daré un regalo —prometió cuando se separaron.

yoongi lo miró ilusionado—. ¿qué regalo?

—es sorpresa.

—dame una pista —el mayor hizo un mohín, causando que el castaño ría levemente.

—un regalo que te hará disfrutar mucho, algo que tal vez desees tanto como yo.

yoongi pensó que tal vez aquella sorpresa era que por fin hoseok le pediría que sean algo.

sin embargo, yoongi no recibió el regalo esperado.

APOTROPAICO ━ YOONSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora