Noche 7: Papá

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(N.A: de ahora en adelante, sólo podré la edad de Anna, pues en éste capítulo ya tiene dos años y medio... que rápido crecen 😭)

[2 años, 6 meses]

*Yuri*

-señor Katsuki, por favor, felicite a Natasha de mi parte, se tiene bien merecida esa medalla de oro
-claro que lo haré

Anna me observaba confundida. Casi no salíamos de casa, pero ese día, necesitaba ir por la despensa de la semana. Natasha había ganado la medalla de oro por tercer año seguido. Ahora que regresaba de Roma, podría comer un poco de katsudon.

-mami, Na-chan -la pequeña señaló un puesto de revistas en donde Natasha aparecía en la portada de una de ellas
-esa es nueva-respondí mientras la observaba-¿la quieres?
-¿por qué comprar una foto cuando tienen a la original?-preguntó una dulce voz y en ese momento, Anna estiró sus brasitos hacia la figura de su hermana

De manera automática, Natasha levantó en vilo a su pequeña hermana y comenzó a repartir besos en su pequeño rostro.

-¡Na-Chan! enite- balbuceo la pequeña peliplata
-por supuesto que sí... ¿porque no lo haría?-preguntó mientras la acomodaba en su pecho-traje muchos regalos, por que Anna se portó bien, ¿verdad que sí?

La niña parecía festejar el regreso de su hermana. Celestino me habló por teléfono para disculparse de haber enviado a mi hija sola de regreso a Japón y con la medalla de oro, a lo que le respondí que estaba bien. Natasha sabia cuidarse sola.
Era normal que mi hija necesitará algún tipo de seguridad, a pesar de ser una alfa, muchos solían confundirla con una omega por su silueta tan delicada y sus suaves movimientos al caminar, pero eso se debía a las clases de ballet que solía tomar con Minako, pues incluso la ayudaba a dar clases en el estudio.

Annia llegó corriendo a casa a penas salió de la escuela. Estaba feliz, pues al fin podría estrenar su bonita mochila italiana que su hermana le trajo como recuerdo.

-Michael y Sara Crispino me pidieron que te entregará esto-  comentó Natasha mientras me ofrecía un envoltorio de pan- me costó trabajo que Celestino no quisiera comérselo
-debería darles las gracias- respondí mientras me dirigía a la cocina-¿y que tal el banquete?- pregunté mientras comenzaba a picar el apio
-aburrido~-comentó mientras jugaba con Anna
-papá-señaló Anna mientras veía la televisión.

En la pantalla se veía la figura de Víctor deslizarse por la pista de hielo. Me recordaba la primera vez  que lo vi patinar.

-no Anna, él no es Papá- respondió de inmediato Natasha
-pero...-interrumpio Annia
-No es papá-repitió y se alejó a su habitación-si me disculpan, quiero descansar, nos vemos luego.

Todos en la sala nos quedamos en silencio mientras stay close to me sonaba una y otra vez en mi mente, y observaba Aquella rutina que años atrás, logró enamorarme

*Yurio*

-¡ya anciano!-solté cuando sentí el agarré de la mano de Víctor en el brazo- ¡sí vas a acercarte, hazlo de una maldita vez!

No era muy fanático a ese tipo de cosas, pero el anciano realmente lo necesitaba, tanto él como la chica que ahora mismo se tomaba miles de fotos con sus fans y daba miles de autógrafos mientras la medalla de oro colgaba de su cuello.

-tengo que hacerlo- se repetía el viejo calvo una y otra vez mientras daba un paso hacia la multitud.

De pronto, la multitud se disperso con tranquilidad, dejando a la chica sola.

-es el momento, ahora o nunca- agregué y lo empuje en dirección hacia la chica

Avanzó poco o poco hasta ella y yo le seguí los pasos. Ese año estaba de buen humor, yo había ganado la medalla de oro, así que en realidad. el anciano podía hacer lo que quisiera. Habíamos ido al aeropuerto por que Otabek tenia que regresar a Kazajistán por que su padre se había enfermado, y al Parecer, la reina del hielo también regresaba a casa.

-hola-saludo con algo de timidez Víctor
-hola Víctor- respondió la chica con tono gélido-¿hay algo que necesites?

De acuerdo, el tono de Natasha daba miedo, bastante diría yo.

-sólo quería saber como se encontraban- respondió Víctor algo intimidado por la chica

¿Quien pensaría ver esa imagen? el gran Víctor Nikiforov intimidado por una chica. Natasha parpadeo confundida y luego suspiro.

-sí te refieres a mamá, esta bastante bien, gracias. Víctor, comprendo que aún te preocupes por mi madre por el lazo, pero si te acercas lo suficiente a él para hacerlo sufrir, lo vas a lamentar el resto de tú miserable vida

La mirada llena de resentimiento me hizo retroceder, no sólo a Víctor, si no  también a Otabek y a mí. La joven se dirigió a una puerta de abordaje y se perdió de nuestras miradas.

¿acaso esa chica tenia la ligera idea de cuantas veces el anciano estuvo a nada de romper el lazo a la fuerza? la única manera de hacerlo era sí el mordía a otro omega... o moría. Y prefería mil veces morir a vivir sin el cerdo. Todas sus tentativas de suicidio sucedían mientras ahogaba sus penas en vodka, una botella tras otra.

Víctor Nikiforov ya no era ni la sombra de lo que solía ser antes, el anciano alegre que siempre parecía quererte hacer vomitar arcoiris con las miles de sorpresas que le preparaba al cerdo. Natasha tampoco era lo que solía ser; la chica amable con una linda sonrisa en todo momento. ¿desde cuando se volvió una alfa sobreprotectora? En ese momento recordé la última llamada de Natasha a Víctor, última oportunidad, tu decisión cambiará nuestras vidas.

¿Que hubiera pasado si el anciano hubiera escogido la otra opción?

-soy un idiota, de haberme quedado, estaríamos todos juntos aquí-susurró Víctor mientras suspiraba

Me imaginé la escena que Víctor creó. Me imagine al cerdo junto a la mocosa de cabello negro y a la presumida de Natasha con el cabello plateado. Mientras que el cerdo tenía en brazos otra copia exacta del anciano pero mucho más pequeño.

-Me disculparé con Yuri, sea cómo sea- respondió el viejo calvo y se alejó de ahí

¿como era posible que la empalagosa imagen de una familia perfecta hubiera acabado así?

sólo es cuestión de tiempo para mostrar nuestra maldad*

[~<...>~]

*Nicolás Maquiavelo

Pequeño regalo [Yuri!!! on ice : omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora