Blanco y Morado

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Dedicado a MisakiLukonchang

Mis ojos no creían lo que veían y solo voltee mi rostro hacia los cadáveres de los científicos.

Solo sentí que alguien subió una de mis muñecas arriba de mi cabeza y tomó mi barbilla para ver mi rostro.

Shun tenía los colmillos más largos.  Sus dientes perfectos ahora eran aún más blancos y perfectos.

Su cabello tenía más brillo, era lasio, suave y de un blanco platino.

Sus iris eran moradas. Su piel parecía nieve.

Sus labios más rosados y más húmedos.

Tengo algo con esos labios.

Me siento loca.

Solo faltaba verlo saliendo de una piscina con traje de baño.

Y morí.

Sentí algo llegar a mi labio y Shun lo limpio rápidamente.

- Te has roto la nariz Ángel -
Técnicamente podía dejarme caer del asombro. Pero teníamos que dejar todo limpio y salvar la cuidad.

- Iré a eliminar posibles ratas que vuelvan a producir otra infección en otro lado. Ustedes - Señale a todos los chicos con el dedo - leerán el cuaderno que hay en el cuarto raro y repetirán lo que hicieron ese grupo pero con las fórmulas moradas. Traten de ser exactos.

Me di la vuelta para irme por el pasillo.
Comenzando a caminar.

- Chicos vayan que yo la acompañaré - oí a los chicos moverse y a Shun seguirme.

- Podía hacerlo sola - dije mirando al frente aparentando ser el héroe. Aunque simplemente quería borrar el rastro de sangre que aún Shun tenía en los labios.

Soy loca lo sé.

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Después de revisar y oír las maquinas produciendo la formula pensé que sería más efectivo en a cada rincón del país inyectando a los zombies porque después si queda uno y muerde a una persona se contagian de nuevo.

Había dejado de caminar bruscamente y gire en mi sitio para salir del lugar  e ir con los chicos pero no se si mis deseos son más grandes o cupido me la hace.

Lo explicaré detalladamente.

Shun me seguía demasiado pegado así que termine besándolo.

Sentí mi cara arder de la pena hasta que Shun cerró sus ojos.

Deslice mi brazos por su cuello hasta juntarlos detrás de su cuello. Y cerré mis ojos.

Sentí que Shun se despegaba e iniciaba otro nuevo beso suave atrapando uno de mis labios.

El me abrazó por la cintura y nos quedamos así hasta jadear por nuestras respiraciones irregulares.

Separo sus labios y me dijo al oído.

- Por fin puedo besarte mi Angel - No podía dejar de mirarle.

Un viaje a Japón con mi zombie (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora