Euforia

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— M-minhoo~

Taemin rió removiéndose en lo que el mayor besaba su mejilla con ternura haciéndole un poco de cosquillas, no le gustaban pero en esos momentos era lo que más necesitaba. Estaba a punto de salir al escenario y su esposo estaba en su camerino asegurándose de que no se sintiera tan presionado, pero lo lograba. Sonriendo le pidió un beso que fue cubierto de inmediato por las atenciones de su esposo.

— Lo harás bien mi joya.~
— Eso espero -Suspiro Taemin-
— Lo vas hacer bien ¡Te amo! -Minho hablo a su oído riendo-
— ¡También te amo~!

Salió al escenario sabiendo que su esposo lo dejo tras las bambalinas, está vez bailaría una canción dedicada para él que había estado practicando hace mucho tiempo sin decírselo a Minho. Trataba sobre su amor desde la primera vez que se vieron hasta cuándo se vieron ser separados. Aunque al principio no iba a bailar aquella sino otra, pero un día su representante lo vió bailando la canción para Minho y decidió que fuera esa.

— Hola Sulli ¿Nerviosa? -Taemin sonrió a la bailarina de apoyo que recién se estaba entrando en esto del baile-

— Claro que sí maestro -Taemin tomo de sus manos dándole un ligero apretón para que sintiera ánimo-

— Lo harás bien~ tranquila.

Taemin confiaba plenamente en Sulli, ella desbordaba de talento aunque lamentablemente otros maestros de baile de había encargado de enseñarle que no era así, la chica tenía ciertas dificultades para aprender de forma inmediata pero él siempre había tenido mucha paciencia, y al final resultó ser lo que esperaba, la chica llegó a ser tan buena alumna como Kai.

— ¡Lo hicimos!

Sulli se abrazaba a su cuello dándole ligeras palmadas en su espalda completamente eufórica, aunque el recién estaba conteniendo su aliento se sentía un poco viejo pero de igual forma sonrió. Todo el mundo lo felicitaba y para que decir los gritos de la audiencia a su espalda que no hacían más que recordarle que era todo un éxito. 

— Joya~

Sintió la gruesa voz a su espalda haciéndolo sonreír, todos se apartaron dejando que el esposo del maestro Taemin pasará para felicitarlo. El menor se sintió avergonzado cuando Minho le entre un ramo de flores tan grande que debía sostenerle con los dos brazos besando de su rostro. Las mujeres que los acompañaban suspiraron como siempre, pero no porque les gustaba alguno de los dos porque Minho se había vuelto más guapo aún pero el tampoco se quedaba atrás, sino porque encontraban que aquella pareja era la más hermosa que hayan visto.

Ambos se fueron hasta el camerino para tener algo de privacidad pues no querían causar algún tipo de polémica después de semejante éxito, Minho se sentó con él en un pequeño sofá que había sonriéndole se sintió más calmado luego de bailar, su esposo tomaba su mano acariciándola le gustaba jugar a veces con su anillo de bodas, o simplemente lo hacía pues recordaba que el mayor decía que tenía unas manos muy pequeñas, lo reconocía. Suspiro besando la mejilla de Minho, recibiendo un beso de respuesta en sus labios manteniéndose así, era uno de esos momentos en que las palabras sobraban, le gustaba estar de esa forma, en silencio sin que nadie los interrumpiera.

— Joya~ tienes que ir a una conferencia en un rato ¿Crees que podamos...? –Taemin quedo mirando a Minho que tenía la cara sonrojada-

— Minho...no sabía ese lado tuyo –Sonrió coqueto apegándose al pecho de su esposo como le gustaba hacerlo- Pero no creo que nos alcance el tiempo, ya sabes, nos gusta hacerlo más de una vez- Confesó riéndose-

— N-no, joya... yo no me refería hacerlo –Minho lo miro negando y Taemin quiso morirse de la vergüenza- Solo pensé que si podíamos besarnos hasta que te llamaran.

Desbordando pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora