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|||| 1 semana después ||||

- No puedo creerlo aún ______ - repitió Sam después de contarle casi todo a Sam, no le contaría la parte...bueno la parte que solo Justin sabe, solo le dije que estuve con él.

- Sam – la reprendí – llevas hablando de eso durante cinco días – dije cepillándome el cabello mientras ella se colocaba su blusa.

- Es que no puedo creerlo.

- No es la primera vez – dije en un tono bajo haciendo que mis mejillas se pusieran coloradas.

- Lo se, pero esa vez ¿Fue con amor? – pregunto yo recordé esa vez que el me salvó cuando intentaron….

- No lo se – respondí.

- ¿Hay que esperar una hora más por ustedes o ya terminaron de hacerse cirugías? – pregunto Matt en un tono burlón.

- No seas tonto, hermano – dije acercándome a él – tienes que dejar la envidia – le hablé como se le habla a un niño de cinco años – Se que quieres nuestro maquillaje pero prometo que para tu cumpleaños te regalare uno hasta con brillo labial – el solo rió y siguió mi juego.

- ¿Enserio? – Pregunto ‘emocionado’ – Pero que sea rosado y con brillos – dijo alegre mientras bajábamos las escaleras, nos detuvimos al ver que mama, papa, Sebas y Dylan nos miraban con una cara nada normal, a Sebas se le callo la pequeña pelota que traía en sus manos luego Dylan estallo en risas hasta tirarse al suelo y luego todos reímos.

- Yo sabía que Matt estaba dentro del closet – comento Sebas el cual todos reímos, llegamos al restauran de comida china y ordenamos, hable con mama de todo, incluyendo lo que paso con Justin mientras papa, Dylan, Sebas y Sam hablaban entre ellos.

- Mama tengo que decirte algo – susurre insegura llamando la atención de ella, ella dejo de comer y me miro expectante.

- Dime cariño.

- Ya...ya no… ya no soy virgen – susurre con vergüenza, sentía la intensa necesidad de decirle ella abrió sus ojos exageradamente mientras yo bajaba la cabeza, antes de la fiesta tampoco era virgen pero necesitaba decirle eso, mi relación con ella había mejorado en gran manera y no podía permitir que por no decirle algo esta relación que tanto anhelé se dañara por mi desconfianza, el golpe del tenedor cayendo en el plato hizo que ella misma saliera de sus pensamientos.

- Cariño – le dijo a mi padre - ¿Podemos irnos? No me siento muy bien – dijo ignorándome o talvez quería que habláramos en casa por suerte ya habíamos cenado la última era mamá, como siempre. Nos levantamos papá pagó la cuenta y mama fue al auto, estaba seria, en todo el trayecto era un constante silencio que me daban unas ganas de detener el auto y vomitar. Miraba a mamá por el retrovisor del auto y su mirada demostraba…. Nada, su mirada era totalmente inexpresiva, llegamos a casa y todos bajamos, mamá subió a su habitación y la cerro, yo suspire y camine hacia la mía, al entrar al cuarto sentí que mi estómago gruñía pero no era por hambre, era esa sensación de querer devolver todo lo que comí en la cena, me acosté ignorando esto, lleve mis sábanas hasta mi cabeza, cubriéndome totalmente y pensando que así pasaría todo y olvidaría el rostro de mamá lleno de decepción y más decepción

nuestra historia (justin bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora