CAPÍTULO 6

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Bastian

Salgo hecho una furia del edificio de Zenda, peor más que todo triste porque pensé que quizás entre nosotros podía suceder algo, pero soy un idiota en hacerme ilusiones con alguien como ella, es que era obvio yo soy un simple asistente y ella la jefa y dueña del maldito mundo. Tomo un taxi y le pido que me lleve a la empresa, no quiero llegar tarde

***
Llego a la empresa y veo que el auto de Zenda no ha llegado, así que corro y subo en el ascensor mientras pienso en que debería renunciar, esto se volverá muy incómodo entre ella y yo. Suspiro y entro a mi piso mientras me acomodo en mi puesto y suspiro. A pesar de todo no me arrepiento de todo lo vivido con ella, fue increíble. Escucho el ascensor y la veo bajar como alma que lleva el diablo

-En mi oficina, pero ya – dice y veo que es mi final, me despedirá y quedare en la calle

Lo único bueno es que tengo ahorros, más la paga de aquí, tengo como sostenerme. Camino hacia su oficina y me pide que cierre con seguro. Suspiro y la veo que se sienta en su escritorio y me mira con furia

-Señorita Gastrell – comienzo pero ella alza su mano y me hace callar
-Me dejaste con la maldita palabra en la boca – dice enojada – dijiste solo estupideces y a mí ni me dejaste hablar – dice con dientes apretados sorprendiéndome
-Yo pensé – digo pero ella vuelve a levantar la mano
-Tu nada, ahora te callas – dice con tono amenazante – yo te iba a decir que teníamos que hablar y aclarar todo lo que paso y quizás hacer las cosas diferentes, pero no el señor decidió decir una sarta de estupideces y dejarme hay – dice frustrada apretando con fuerza su escritorio
-Lo siento, pero pensé que te habías arrepentido – digo rápidamente – Zenda estábamos tomados – digo exasperado para que me entienda
-Que parte de que no me voy arrepentir que te die no entendiste – dice enojada – eres un completo imbécil – me dice mientras se baja de la mesa y camina de un lado a otro
-Si lo soy, lo siento ¿sí? – digo exasperado, porque la cague en grande – pero no sé ni que decir – digo frustrado
-Por ahora que tengo en la agenda y dejarme sola – dice mientras camina hacia el ventanal y me da la espalda – tengo un almuerzo con mi familia, así que acomoda mi agenda – dice distante y soy un cabrón
-Tiene una reunión con Vero para un nuevo proyecto – digo y ella asiente – Zen – le digo pero ella niega
-Necesito pensar – dice cortante
-Bien – digo con tristeza y salgo de su oficina

***
En toda la mañana no he vuelto hablar con Zen, sé que está enojada, pero no pensé que tanto, bueno y que esperaba que me abrazara porque dije todo lo que dije y no la escuche, es que soy un jodido imbécil. Miro la hora y no demora en salir para el almuerzo con su familia, como quisiera que almorzara conmigo. Escucho el ascensor y veo a una sonriente madre de Zen venir hacia mi

-Querido – me dice mientras me da dos besos -- ¿mi hija está muy ocupada? – me pregunta y niego con una sonrisa
-Claro que no, no demora en salir – le digo y ella asiente, en eso se abre de nuevo el elevador y veo a la última persona que espera ver venir hacia mi
-Buenas tardes – dice tan serio como siempre
-Padre – digo con dientes apretados -- ¿lo puedo ayudar? – digo en tono amargo
-Si, venir por mi hijo, para que deje este ridículo trabajo y vuelva a estudiar para que sea alguien en la vida – dice con severidad, sus palabras me duelen pero no le demuestro dolor alguno
-No lo puedo ayudar señor Zatarain – le digo con seriedad -- ¿algo más? – digo haciendo que él se colocó rojo de la cólera
-¡Que rayos te pasa, andando de secretaria como un marica! – me grita haciendo que los del piso me miren y Dulce abra mucho sus ojos
-Llamare a seguridad – digo mientras tomo el teléfono, no pienso pelear con el
-¿Quién es este sujeto? – dice con voz fría Zen a mi espalda
-Lo siento señorita Gastrell – digo rápidamente mientras me levanto de mi asiento – él es mi padre, pero ya se va – digo rápidamente y ella asiente
-¡Le rindes pleitesía a una mujer! – vuelve a gritar y solo quiero golpearlo
-¡¿Quién se cree usted para venir a mi empresa a gritar?! – le grita Zen y estoy más que despedido
- Lo siento mucho – digo apenado y aniquilando a mi padre con la mirada – Harrison lárgate – le digo y el bufa
-Eres una deshonra para la familia – dice con severidad
-Señor pero que le pasa – dice Dulce mientras le propina una cachetada – poco hombre, machista – dice colérica
-Brown sácalo de aquí – dice Zen y veo como Harrison es arrastrado por Brown y más personal de seguridad mientras el grita como un loco que me arrepentiré que me olvide que tengo padres

Miro a Zen con vergüenza y solo quiero que la tierra me trague, esto es lo peor que me ha pasado

-Yo lo lamento tanto – comienzo a decir mientras agacho la cabeza
-No te preocupes tu padre es un imbécil – dice con calma Zen -- ¿estás bien? – me pregunta y me sorprende
-No me vas a despedir – le digo y ella me mira como si estuviera loco
-¿Por qué lo aria? – pregunta confusa – que el demente de tu padre viniera no ara que te despida – dice con tranquilidad -- ¡y ustedes que les pago para que miren o que! – grita y todos los trabajadores corren – si quieres puedes irte ya – me dice y niego con una sonrisa triste
-Gracias – le digo mientras le doy un rápido abrazo, ella me sonríe y niega – y a usted también Dulce – le digo y ella sonríe
-Me encanta golpear hombres imbéciles – dice como si fuera lo más común del mundo, haciendo que Zen y yo riamos – bueno debemos irnos – dice mientras se despide
-Enserio, si te quieres ir – me dice y niego
-Necesito tener mi mente ocupada, mejor ve y disfruta con tu familia – le digo y ella me sonríe con tristeza, pero asiente mientras se va

Me acomodo en mi escritorio y siento una fuerte opresión en el pecho y solo quisiera salir corriendo y gritar, pero debo mantenerme fuerte. Miro unos papeles y decido que lo mejor será revisar esto y olvidar lo ocurrido

***
Son casi las 6 de la tarde y el resto del día transcurrió con total normalidad, los demás empleados me miraban con burla o lastima, pero simplemente no les puse cuidado, lo que la demás gente sobre mí no me importa, pero aun siento las palabras de mi padre en mi mente cono cuchillas afiladas. El ascensor suena y sale un preocupado Elliot

-Hermano – dice mientras me abraza – supe lo de mi padre, lo siento – dice y yo niego
-Se había demorado – digo haciendo que nos riamos
-Adivina a quien me robe – dice mientras me señala el ascensor y de ahí se baja Isabela
-Princesa – digo mientras me levanto y ella corre a mi brazos
-Gruñón – dice mientras me abraza con fuerza – como te e extrañado – dice con nostalgia
-Yo también pequeña – le digo mientras nos separamos y limpio sus lágrimas – Mateo logro sacarme esta noche de casa así que tendremos noche de hermanos – dice y yo asiento
-Que bien, voy a apagar todo y salimos – le digo mientras beso su frente, pero ella no me suelta
-Zen – dice mi hermano alertándome que Zen está a mi espalda
-Mateo– dice con voz fría, me giro y ella nos mira con una ceja alzada
-Hola soy Isabela – dice mi hermana mientras le tiende la mano de forma educada, Zen la acepta y le sonríe con cortesía
-Zenda– dice y mi hermana sonríe
-Si la jefa de mi hermano – dice mientras sonríe – lamento mucho si importunamos en su trabajo – dice con inocencia
-Tranquila, ya la hora laboral término – dice con una sonrisa mientras sus gestos se suavizan -- ¿Cuántos años tienes? – le pregunta y ella sonríe
-19 – dice feliz
-Eres hermosa, debes de tener a miles de hombres a tus pies – dice haciendo que Mateo y yo gruñamos y ella se sonroje y ría
-A decir verdad – inicia Isabela pero la detengo
-Nada de novios, hasta los 80 – le advierto y ella bufa
-Por Dios, ni que fuera virgen – dice haciendo que todos abramos mucho los ojos y ella tape su boca
-¡¿Qué?! – gritamos Mateo y yo
-Supérenlo nadie es virgen en esta época y menos a esta edad – dice restándole importancia y veo como Zen se sonroja y mira hacia el otro lado, que raro
-Quien es para matarlo – dice Mateo y escucho como Zen ríe
-Son unos machistas – dice mientras camina hacia el ascensor – Isabela , un gusto conocerte y no te dejes – dice y ella asiente con una sonrisa, en eso el ascensor se abre y baja mi pesadilla personal
-Hola cariño – me dice mientras camina hacia mi e intenta besarme
-¿Qué mierdas haces aquí? – le digo con rabia mientras la empujo, genial lo que le faltaba a mi día
-Te extrañaba, amor ¿Por qué me tratas así? – dice haciendo un estúpido puchero
-Elena...

Complaciendo Tus DeseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora