Capítulo 24

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"Estaba en aquella casa otra vez.Todo estaba igual, pero esta vez no me iba a quedar quieta.Empecé a caminar por el pasillo hasta llegar a una puerta.Enonces recordé la puerta en la que había visto los ojos rojos.Me di la vuelta y detrás de donde había estado, estaba aquella puerta.Pero esta vez,cerrada y sin aquella mirada.Abrí la puerta y me encontré con en una sala intacta.El suelo estaba brillante, había una cama de matrimonio en el medio, con sábanas blancas, y los cojines a juego.La habitación estaba bien iluminada gracias a la luz que entraba por los grandes ventanales.

Observé que al lado de la cama había una cómoda, el cajón del medio estaba abierto.Me acerqué con curiosidad, a parte de ser el único mueble a parte de la cama, tenía el cajón abierto, y al estar intacta la habitación, me daba a pensar que alguien había olvidado el cajón recientemente.

Me acerqué silenciosamente,temiendo que alguien más estuviese cerca.Cuando estuve al lado, observé el interior del cajón: contenía un joyero pequeño,con forma de corazón, y al lado, un libro que parecía más bien un álbum.

Dentro,había un colgante y una pulsera,ambos a juego.Eran de plata y en el centro,ambos contenían un círculo con un diamante incrustado en el medio.Examiné el fondo,y al no encontrar nada más, lo dejé en su sitio y procedí a abrir el libro.

No era un álbum, era como un diario.Abrí la primera página y vi un dibujo.En él,se podía distinguir una casa dentro del bosque.Intenté fijarme en más detalles,pero un ruido sonó detrás de mi.Me giré y todo se volvió negro."


Me desperté sobresaltada, con sudor en mi frente y la respiración agitada.El sueño había sido tan intenso que parecía incluso real.Me giré para ver la hora en el reloj de mi mesita de noche, eran las cinco y cuarto de la madrugada.Conociéndome, me levanté en vez de intentar conciliar el sueño de nuevo  y me dirigí al baño.Jess seguía dormida, y recapacité si el darme una ducha la despertaría.Su ronquido me confirmó que estaba dormida profundamente, por lo que decidí darme una ducha.

Me retiré la ropa y me observé en el espejo.Mi piel había empalidecido, aunque las ojeras habían reducido su tono violeta.Desde que todo encajaba y parecía haber una pequeña salida a los problemas, estaba durmiendo mejor, y las pesadillas se hacían menos frecuentes.

Me metí en la ducha, y después de estar más de media hora duchándome, pues la mayor parte me la pasé debajo del chorro de agua caliente sin hacer nada, pensando en el día que tenía por delante.Cuando acabé, me peiné y me maquillé un poco, solo por no parecer un zombi delante del Consejo.

Salí del cuarto de baño seguida del vapor acumulado en este, y abrí el armario.Gracias a la luna llena que iluminaba la habitación conseguí ver mi ropa, y opté por elegir unos vaqueros blancos junto con una camiseta rosa pálido suelta.Me calcé mis zapatillas favoritas y bajé a desayunar.

La casa estaba en silencio,algo que se me hacía raro.Normalmente siempre estaba llena de gritos por las discusiones de mis hermanos, o estas últimas semanas, de las voces de los individuos que venían todas las tardes.

Bajé las escaleras y encendí una pequeña lámpara que había en la mesa al lado del sofá,para no caerme con cualquier cosa.Me puse la chaqueta que estaba en el respaldo del sofá, hacía bastante frío a pesar de la calefacción.Entré a la cocina y casi me da un infarto al ver una sombra en la silla.

-Buenos días,¿qué haces despierta tan temprano?-Preguntó Uriah.

-¿Qué haces tú aquí?-Le devolví la pregunta mientras me llevaba una mano al pecho y trataba de tranquilizarme.-Algún día me vais a dar un infarto entre tú y Daemon...

Almas secretas[Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora