Viviendo con Playboys [Sin Editar]

Capítulo 28

*suspiro* Estoy agotada ya de tantas tonterias que dicen siempre estos playboys que por desgracia me caen bien.

Cogí mis cosas de clase y me dispuse a ir al aparcamiento, pero nada más abrir la puerta e ir por el pasillo mirando al suelo, me choco con un mastodonte, caí al suelo y escuché como todos susurraban que me iba a matar, que si me había chocado con con un asesino y bla bla bla. Miré hacia arriba y vi como me ofrecía ayuda una mano llena de tatuajes, la agarré y me levanté de un salto.

(el mastodonte de Leoj)

-una cosa mastodonte-le dije y se me quedó mirando con una mirada demasiado fría a lo cual yo le sonreí provocando que se sorprendiera y aflojase esa mirada tan gélida.

-que?-dijo con una voz ronca.

-sigueme un momento-le agarré de la mano y todos comenzaron a susurrar cosas como:esa chica está loca, la va a matar, para que habrá cogido a Leoj?.

Así que se llama Leoj eeeh bueno hablare con este supuesto asesino y me haré su amiga, decidido.

-mmmmh Carrie-dijo el chico bañado de tatuajes tras de mi.

-aah sí aquí estamos bien, lo que te quería decir es si quieres ser mi amigo.

-lo siento pero yo no tengo amigos.

-peeero no dijistes nada de amigas así que quedamos como amigos.

-no escuchaste los rumores sobre mi acaso?-dijo frunciendo el ceño.

-también dicen que soy un travesti y no lo soy así que me dan igual los rumores, no creo que seas un asesino, pareces un buen tío.

Se sorprendió y me contestó algo que no esperaba que contestase:-pero otros a veces son ciertos.

-ya, pero tu pareces un buen tipo, así que somos amigos porque lo digo yo. Choca los cinco-dije con una sonrisa en mi cara levantando la mano provocando que soltara una gran carcajada y sonrió de lado-oyeeee!!, no me dejes en visto, choca-volví a levantar la mano y esta vez rió fuerte y chocó.

-así que quieres ser la amiga de un asesino.

Fruncí el ceño y negué:-quiero ser la amiga de Leoj, quiero saber como te va el día, quiero ser tu confidente, tu mejor amiga y más cosas-sonreí provocando que se sorprendiera y me mirase con ternura.

-eres muy enana y mona, lo sabes verdad?

-y un mojón soy mona, soy grande-dije poniendo morritos.